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La verdad… ¿y nada más que la verdad?

De cómo Spinoza nos legó, hace cuatro siglos -y entendemos que sin saberlo- una epistemología para comprender lo que pasa con el discurso político en las redes sociales.

“Nada de lo que tiene de positivo una idea falsa es suprimido por la presencia de lo verdadero, en cuanto verdadero.”

Cualquier intento por relativizar el valor de la verdad -o de lo verdadero, como más modestamente propone Baruch de Spinoza desde las páginas de su Ética demostrada según el orden geométrico, escrito entre 1666 y 1675- merece, como por una especie de acto reflejo, al menos nuestra sospecha.

En tiempos de la llamada posverdad, esta idea spinoziana de que con la verdad no alcanza, parece poner bajo seria amenaza algunos de los más caros presupuestos de nuestra cultura racional y nuestro principio de realidad, y tiene incluso resonancias morales y éticas

La infelicidad de nuestro tiempo

Hace un siglo, Sigmund Freud retomó una discusión clásica, que se remonta a los tiempos de Aristóteles, sobre la felicidad. ¿Qué significa ser feliz y cómo se logra? Polemizaron los viejos filósofos sobre si era más feliz el hombre (siempre el hombre, las mujeres no interesaban demasiado) cuando cumplía con sus deseos más placenteros o cuando lo hacía con sus deberes más elevados, éticos o religiosos.

Un aspecto tenían en común, estos puntos de vista en apariencia tan distintos: se trataba de conductas individuales, que dependían de cada uno de ellos y no del contexto social en que vivieran. Y, por supuesto, estuvo históricamente condicionada y se refleja en el arte y la literatura de cada época. En Roma la felicidad era la riqueza y el poder y la capacidad de mostrar lujos inverosímiles, como sedas que hacían el larguísimo camino desde China hasta Italia, o el ser propietario de las vidas de miles de seres humanos y mostrarlo en palacios y estatuas. Pero, ¿son felices los altruistas o los egoístas? ¿Los que siguen los deseos de la sociedad o los propios?

¿Qué significa ser feliz y cómo se logra? Polemizaron los viejos filósofos sobre si era más feliz el hombre (siempre el hombre, las mujeres no interesaban demasiado) cuando cumplía con sus deseos más placenteros o cuando lo hacía con sus deberes más elevados, éticos o religiosos

La estafa con la sangre

En esta hibridación entre tecnología y magia de la cultura actual se promueve la creencia de que los límites no existen, que Silicon Valley tiene la capacidad de llevarnos a soluciones que parecen dispuestas por los dioses. Después de todo, nuestra manera de pensar, de imaginar, de amar, de comunicarnos ha sido modificada por sus arrolladoras invenciones. No quedan afuera de las mismas ni el espacio exterior, ni la guerra. Esta última, estamos viendo, se vuelve más y más cibernética. Algo así como: “con drones y ejércitos de hackers hábiles le complicamos la vida a cualquiera”.

La innovación tecnológica aparece como un criterio de verdad absoluta, nada es imposible y los desarrolladores tienen esa aura de inefabilidad que los protege como a una casta sacerdotal

La situación represiva en Argentina 2022

María del Carmen Verdú es abogada y militante antirrepresiva desde fines de los ‘80. Es integrante fundadora de CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional). Escribió el libro Represión en Democracia, de la “primavera alfonsinista” al “gobierno de los DDHH” (Buenos Aires, Herramienta, 2009). La CORREPI es una organización antirrepresiva, autogestiva, que se define anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal. Se fundó en 1992. Como relata Verdú: “militamos hace más de 30 años contra toda forma de represión estatal (gatillo fácil, torturas, detenciones arbitrarias, muertes en lugares de detención, femicidios de uniforme), contra la criminalización de la protesta y el conflicto social y por la libertad de presxs políticxs.” En este texto aborda una faceta de nuestra era del malestar actual: la situación de la continua represión estatal y las necesarias luchas que se llevan adelante.

Desde el inicio de la pandemia se ampliaron las facultades y recursos de las fuerzas represivas con la excusa de “hacer cumplir las medidas sanitarias”, en lugar de garantizarlo con suficientes medidas sociales y asistenciales universales

La precarización del Yo

Editorial Revista Topía #93 noviembre/2021

El capitalismo tardío fue constituyendo lo que llamamos una corposubjetividad construida en la precariedad de la relación con uno mismo (intrasubjetividad), con los otros (intersubjetividad) y con la cultura (transubjetividad). La subjetividad da cuenta de un cuerpo construido en el anudamiento de los espacios psíquico, orgánico y cultural que adecuan nuestra forma de vivir. Por ello no reducimos la subjetividad al aparato psíquico, sino a las formas singulares en que se conforma este anudamiento los cuales van a determinar los procesos de corposubjetivación.

En este sentido, la precariedad corposubjetiva de los sujetos es uno de los síntomas estructurales del capitalismo tardío

La insoportable (pero histórica) precariedad del ser

Hay que hacerse cargo: según lo ha mostrado la biología o la etología, pero también ciertas ramas de las llamadas humanidades (la arqueología, la antropología tanto física como cultural, la prehistoria, etcétera), el ser humano -es decir, parlante, sexuado, mortal- es un ente extremadamente precario. Al contrario de lo que sucede con otras especies animales, su nacimiento es siempre prematuro, inmaduro, excesivamente anticipado. Su carácter social -al cual muchos, idealistamente, le atribuyen una originalidad congénita- no es, pues, una “excepción”; o bien, si lo es, lo es en tanto respuesta a su insuficiencia. Por lo tanto, desde su propio nacimiento y durante muchos años, su precariedad tiene como contrapartida necesaria una situación estructural de dependencia: cada ser naciente, precario recién iniciado, requiere el soporte de algún/os Otro(s), precarios con mayor experiencia, simplemente para sobrevivir: para que su precariedad no retroceda nuevamente hacia la Nada. Una de las definiciones posibles de la palabra sociedad, entonces, es que se trata de una estructura sumamente compleja de articulaciones entre precariedades “desiguales y combinadas”.

Cada ser naciente, precario recién iniciado, requiere el soporte de algún/os Otro(s), precarios con mayor experiencia, simplemente para sobrevivir

Precariedad subjetiva y pandemia

Precariedad es un término utilizado sobre todo para condiciones laborales que implican inseguridad e incertidumbre. En las actuales condiciones que genera la combinación de pandemia y recesión económica mundial el sentido del término precariedad abarca a amplias capas de la población que estamos amenazadas no solamente por el virus, sino por la incertidumbre e inseguridad laboral y económica. Enfrentar esta difícil situación requiere de un esfuerzo cotidiano y de la conservación de un equilibrio emocional que permita afrontar ese desafío. Y hay quienes carecen de esa fuerza y equilibrio y caen en diversas situaciones de afectación psíquica.

La precariedad abarca a amplias capas de la población que estamos amenazadas no solamente por el virus, sino por la incertidumbre e inseguridad laboral y económica

Plantarse contra la precariedad de la vida

Columna

“Señor, señora no sea indiferente, que matan a travestis en la cara de la gente”, es una canción que se sintió durante toda la marea verde y que volvió a resonar por estos días. La gran mayoría de la población conformada por mujeres, identidades feminizadas, niñas, niños y adolescentes empeoró sustancialmente su situación con la pandemia, más el arrastre de la crisis económica de los últimos años del macrismo; y particularmente impactó en la población travesti y trans. La precariedad se ve en los índices de violencia y muerte.

“No somos esclavas”: luchas de las trabajadoras contra la precariedad en pandemia

Llevamos casi dos años en un mundo conmocionado por la pandemia. Esta crisis dejó a la vista las contradicciones de un sistema que no puede garantizar ni la salud ni la vida de millones de personas, porque prioriza las ganancias de unos pocos. Tan solo en el último año, 100 millones de seres humanos cayeron en la pobreza, mientras que las 500 personas más ricas del planeta obtuvieron el mayor crecimiento de su patrimonio en una década. Al mismo tiempo que las multinacionales farmacéuticas hicieron fabulosos negocios con las vacunas, ha crecido la precariedad de la vida y ha aumentado la carga de los trabajos domésticos para las mujeres en los hogares. No es el virus, es el capitalismo patriarcal y racista.

Tan solo en el último año, 100 millones de seres humanos cayeron en la pobreza, mientras que las 500 personas más ricas del planeta obtuvieron el mayor crecimiento de su patrimonio en una década

Tarde, demasiado tarde para Kairós. La precariedad de los trabajadores de salud en la CABA

El atravesamiento de algo tanto mayor a nosotros-todos nos ordenó, como las limaduras de hierro frente a un campo magnético. Nuestra vida y nuestra muerte eran otra cosa que la versión singularizada que teníamos de ellas. Aprendimos a redefinir nuestra vida, sin darla por ya-hecha. Acabando con lo que se daba, la pandemia produjo crisis (en plural), y esos cortes decisorios se transformaron en momentos fecundos (Kairós) para tejer otra cosa.

La Salud Pública en la Argentina lleva décadas de des-concierto: los tres subsistemas de atención no trabajan en conjunto ni guiados por políticas públicas centradas en mejorar las condiciones de la salud de cada uno de los habitantes

Pandemia, trabajo y psicoanálisis. Entrevista con Lise Gaignard

Lise Gaignard es psicóloga laboral y psicoanalista francesa. A través de sus crónicas en “Alternativa Libertaria” (una organización federativa, constituida por varios grupos anarquistas, surgida en Francia en 1991), lidia desde hace muchos años con las tendencias a la psicologización despolitizante del sufrimiento laboral. Gaignard ha trabajado en hospitales, cárceles, clínicas de psicoterapia institucional y en el campo de la investigación en ciencias sociales. Trata de articular y de transmitir la consustancialidad del trabajo y la vida psíquica tanto en el ámbito profesional como en el familiar.

Trabajamos con otros, para otros, bajo las órdenes de otros, con un sueldo o no pero nunca trabajamos solos. Aunque movilicemos al trabajar toda nuestra singularidad, el trabajo no es nunca un asunto personal

Inesperados visitantes durante la cuarentena

La llamada de la vida animal

En 2020, más exactamente durante los meses que duró la cuarentena, que simultáneamente se presentó en gran parte del mundo, se produjo un hecho inédito: mientras los seres humanos estábamos confinados y las ciudades se desocupaban porque dejaron de transitar personas, de circular automóviles y se restringió cualquier actividad comercial, deportiva o recreativa, esas ciudades eran visitadas por animales silvestres, poco o nunca vistos en vivo y en directo.

El capitaloceno que surgió hace unos cinco siglos también es un tanatoceno (era de la muerte y la matanza) no solo de seres humanos sino de animales

La imposición de la felicidad o la rebeldía

Los caminos del cyborg

Este es un artículo que fue escrito bajo la frase influencia de A. Gramsci: “con el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad”, es un intento de respuesta al mayor proyecto de obsolescencia programada que impone el capitalismo: ni más, ni menos, que la continua trasformación del ser humano en un cyborg adaptado a los ideales del consumismo. Un hedonismo complaciente al poder. Está en línea con lo que Enrique Carpintero más de una vez se preguntó en sus escritos: ¿cómo inventamos lo que nos mantiene unidos?

La historia nos demuestra, una y otra vez, que los vengadores solitarios aumentan la represión hacia la sociedad, como sabemos el miedo paraliza e invita al sometimiento al poder

¿Quieres ser Elon Musk?

Cuando un modelo de desarrollo tecnológico (o esa especie de entelequia que llamamos “la tecnología”) se presenta como meta o destino de la humanidad, el aura de la racionalidad tecnocientífica se desvanece y deja al desnudo lo más primitivo e inconsciente de las relaciones de dominación.

A mediados de febrero Elon Musk dejó de ser el hombre más rico del mundo. El multimillonario nacido en Sudáfrica en 1971, dueño entre otras empresas de la fábrica de autos eléctricos Tesla, la compañía aeroespacial SpaceX y la vanguardista Neuralink, que en agosto pasado le alegró el encierro al mundo presentando su novedoso prototipo de implante cerebral -con el cual se monitoreó en vivo la actividad neuronal de una cerdita llamada Gertrude-, fue superado en fortuna una vez más por Jeff Bezos, el Señor Amazon, emperador del comercio electrónico.

Los grandes procesos de acumulación primaria en la historia del capitalismo se han basado, en definitiva, en la concesión de un dominio virgen de toda legalidad, de donde poder obtener recursos a destajo, indiscriminadamente

2020: El estallido del principio de realidad

Por los días en que este texto se va cerrando, ya hay más de 2 millones de muertos, y algo más de 106 millones de infectados de coronavirus en el mundo. En Argentina, la cifra asciende a 50.000 muertos y 2 millones de infectados. Más allá de las discusiones acerca de si se están magnificando los números, o de si hay tantos muertos como por otros virus menos difundidos; en primera instancia diremos que no es posible determinar con exactitud qué nos va dejando la pandemia Covid-19.

Los núcleos confusionales abren paso en muchos casos a ansiedades catastróficas, y pacientes que habitualmente trabajan analíticamente comienzan a requerir dispositivos de mayor contención y/o interconsulta psiquiátrica

Pandemia: efectos en las familias

Algunas observaciones desde el Psicoanálisis

¿Qué nos está dejando la pandemia en la familia? La pregunta es de una amplitud inabarcable para la observación del fenómeno y para examinar sus consecuencias. La dificultad proviene de -por lo menos- tres condiciones.

La primera es que el psicoanálisis, que trabaja con conceptos teóricos que pretenden ser generales, se encuentra con singularidades a las que estos conceptos no se pueden aplicar en forma directa. Esto ocurre con varias de las expresiones que se han producido y se siguen produciendo a raíz de la pandemia. Al mismo tiempo, carecemos del lapso de observación escrupulosa y detallada necesaria para identificar las manifestaciones que ha generado en la vida de la familia para comprobar si nuestras teorías amplían y enriquecen nuestra comprensión de este momento histórico.

El mar desde las casas

(Miradas a través del Cine)

A propósito de estas “accidentadas vacaciones”, por causa del tan comentado coronavirus y su posterior contagio y transmisión, que obligó a una cuarentena (la más larga del mundo), la mayoría no pudo o no quiso (por cuestiones preventivas y económicas) viajar a la costa, y a sus respectivos centros turísticos. Nos conformamos con mirar el mar a la distancia, por televisión desde nuestras casas. Donde “cuánto más nos acercábamos al mar, éste más se alejaba”. Y donde cada día nos levantamos, no de una pesadilla, sino a la pesadilla como en los textos de Kafka, en especial la novela El Proceso, llevada al cine por Orson Welles.

El mar sugiere el infinito, y cuando esta embravecido, causante de tragedias, naufragios y tsunamis. El mar como metáfora también de las pasiones humanas que sobrepasan, como pensaban los románticos, la capacidad racional

La política como producción de comunidad de las potencias

Editorial Revista Topía #90 noviembre/2020

La pandemia no vino para quedarse. Esto que vivimos, algún día para algunos quedará como una historia llena de anécdotas; para otros, la gran mayoría, tendrán una marca de la catástrofe económica o el trauma devastador de la muerte de algún ser querido. Pero la pandemia tiene una característica fundamental: ha corrido el velo de las inequidades del capitalismo tardío. Desde nuestros medios digitales miramos una realidad que antes estaba, pero no queríamos dar cuenta. La desigualdad social estaba enunciada en artículos y libros, pero hoy es una presencia que se ha vuelto obscena. La violencia de género y familiar fue potenciada por el encierro; el teletrabajo se instaló con una gran fuerza impulsando el sometimiento y la explotación; el desmantelamiento de la salud pública pone en evidencia la falta de recursos de los profesionales que es uno de los sectores más afectados por el virus.

Los sectores que defienden el capitalismo deben reinventar una estrategia de dominación. Esto no se va a dar sin conflictos internos de los sectores hegemónicos y con las luchas de los dominados

Oh que será…

Siete notas sobre los destinos de lo común (imaginando una pospandemia)

Nuestro mundo jamás se ha caracterizado por la igualdad, en cuanto a su administración de bienes y servicios, ni en cuanto a Derechos y garantías, ni aun en su distribución o reparto del tiempo y el espacio. “Lo común”, podría decirse que es una declaración siempre inexacta, siempre sujeta a los efectos y condiciones desigualantes, históricos e innumerables. Pero es también una construcción y una búsqueda irrenunciable. La libertad, no es entonces un bien del que disponer, ni un derecho o acceso al consumo, ni una expresión más de la propiedad privada, ni tampoco la capacidad de imponer deseos, sino la brecha que se construye singular y colectivamente cada vez que achicamos, disminuimos, desarmamos y combatimos el predominio de la desigualación, y construimos un “común”. Esta pandemia, una vez más, y en forma exacerbada, visibilizó que la desigualdad no es un sustantivo sino un verbo, no es un dato natural y estable sino una forma de distribuir recursos, entre los cuales también se hallan el espacio, el tiempo, las certidumbres, el futuro, la salud, etc. Se conjuga en acciones, se sostiene en políticas, se decide cada día. Por ello no se saldará únicamente con la vacuna.

Esta pandemia, una vez más, y en forma exacerbada, visibilizó que la desigualdad no es un sustantivo sino un verbo, no es un dato natural y estable sino una forma de distribuir recursos

Planeta Cyborg recargado

Entre los eventos económicos ocurridos durante el mes de agosto señalaremos dos: Wall Street ha marcado un nuevo record de operaciones, las empresas que han salido beneficiadas en este ir y venir de ese dinero especulativo son: Microsoft, Apple, Alphabet (Google) y Facebook, según la versión impresa del diario La Nación del 19 de agosto de 2020. Las cinco empresas acaparan el 22 por ciento de ese enorme volumen de dinero. Del mismo diario extraemos dos días después otro significativo dato: “Apple duplicó su capitalización de mercado en poco más de dos años y se convirtió ayer en la primera empresa norteamericana en bolsa de superar un valor de dos billones de dólares (…) Las acciones de Apple subieron aproximadamente un 60% en lo que va del año. (…) Ahora la tecnología se ha convertido en el petróleo del siglo XXI.”1 De acuerdo a esta caracterización es imposible pensar un modelo de negocios que se sostenga por fuera de las plataformas digitales. Son ellas las que crean, organizan y tramitan el e-commerce.

Las empresas tecnológicas han dado el zarpazo final para hacerse del conjunto de la economía mundial. Para ello han recibido la sorprendente e inesperada ayuda del devastador virus

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