Antes de entrar en el desarrollo de la temática “las madres en el cine”, y a modo de homenaje, me gustaría recordar a la francesa Alice Guy (Saint-Mandé, 1873-Nueva Jersey 1968), quien es considerada la primera cineasta de la historia. Esta improvisada e intuitiva realizadora, secretaria de León Gaumont, fue quien inició en 1898 la producción de la Cía. Gaumont.
Alice Guy desarrolló una fructífera carrera entre 1890 y 1920, por lo que fue coetánea de los Hnos. Lumiere, Charles Pathé y George Melies. O sea una pionera del proceso cinematográfico. Ya en 1896, combina las imágenes en movimiento de los Lumiere con el arte teatral, en la que fuera el primer film narrativo y de ficción: El hada de los repollos.
Además, en una época en la que sólo se proyectaban films mudos, ella desarrolló el chronophone (en la que la imagen proyectada en la pantalla está sincronizada con los sonidos que emite el fonógrafo que hay debajo), 30 años antes de que se realizara el primer film sonoro de la historia.