Artículos escritos por Lila María Feldman | Topía

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Lila María Feldman

Gramática del poder: la vida mentirosa de las palabras

Nuestro mundo jamás se ha caracterizado por la igualdad, en cuanto a su administración de bienes y servicios, ni en cuanto a Derechos y garantías, ni aun en su distribución o reparto del tiempo y el espacio. “Lo común” es una declaración siempre inexacta, siempre sujeta a los efectos y condiciones desigualantes, históricos e innumerables. Pero es también una construcción y una búsqueda irrenunciable. La libertad, no es entonces un bien del que disponer, ni un derecho o acceso al consumo, ni una expresión más de la propiedad privada, ni tampoco la capacidad de imponer deseos, sino la brecha que se construye singular y colectivamente cada vez que achicamos, disminuimos, desarmamos y combatimos el predominio de la desi-gualación, y construimos un “común”. 

El desamparo en la cultura podría ser la versión actual de aquel texto freudiano acerca de la cultura y su malestar, una versión que permite dimensionar mejor tantos estados de derrumbe subjetivo con los que trabajamos día a día y con los que convivimos

El narcisoanálisis frente al espejo

(¿Los mitos son eternos, como el agua y el aire?)

Esta época es la época de la revisión de los mitos más que de su recuperación. En cuanto a la cultura en general, podríamos decir, por ejemplo, que es la época en la que cayó el mito del amor romántico. No porque se haya acabado el romance (menos mal que no), pero sí la representación del amor que hizo de nuestras historias trama de idealizaciones con sus consiguientes sumisiones y derrumbes, y que -entre otras cosas- ha producido o permitido tantos feminicidios. Tantos, que resultan incontables.

Narciso y Edipo 
(varones por supuesto) son los mitos de los que el psicoanálisis se nutrió, y también son los mitos que legó a la cultura, filtrándose y enriqueciendo el lenguaje coloquial

Oh que será…

Siete notas sobre los destinos de lo común (imaginando una pospandemia)

Nuestro mundo jamás se ha caracterizado por la igualdad, en cuanto a su administración de bienes y servicios, ni en cuanto a Derechos y garantías, ni aun en su distribución o reparto del tiempo y el espacio. “Lo común”, podría decirse que es una declaración siempre inexacta, siempre sujeta a los efectos y condiciones desigualantes, históricos e innumerables. Pero es también una construcción y una búsqueda irrenunciable. La libertad, no es entonces un bien del que disponer, ni un derecho o acceso al consumo, ni una expresión más de la propiedad privada, ni tampoco la capacidad de imponer deseos, sino la brecha que se construye singular y colectivamente cada vez que achicamos, disminuimos, desarmamos y combatimos el predominio de la desigualación, y construimos un “común”. Esta pandemia, una vez más, y en forma exacerbada, visibilizó que la desigualdad no es un sustantivo sino un verbo, no es un dato natural y estable sino una forma de distribuir recursos, entre los cuales también se hallan el espacio, el tiempo, las certidumbres, el futuro, la salud, etc. Se conjuga en acciones, se sostiene en políticas, se decide cada día. Por ello no se saldará únicamente con la vacuna.

Esta pandemia, una vez más, y en forma exacerbada, visibilizó que la desigualdad no es un sustantivo sino un verbo, no es un dato natural y estable sino una forma de distribuir recursos

La desobediencia implicada

Una historia personal de las desobediencias en la clínica psicoanalítica con niñxs y adolescentes.

1- La desobediencia enjaulada

“Venir a parar acá, al loquero... Me estalla la cabeza días en la calle con los pibes me falta la gorra roja creo que se la quedó el Brian no dormí nada estábamos por allá en la plaza y después corrimos íbamos a romper el vidrio de los chetos esos mi vieja cuando se entere me mata cuando le cuenten y encima me falta la gorra tengo frío acá hay morfi por lo menos no me mires la cicatriz esa ¿ves porqué necesito la gorra? me tapa me falta algo cuando no la tengo el forro del Brian cuando lo agarre lo cago a trompadas y ahora acá ¿vos sos psicóloga que es eso? esa vieja de ahí es tremenda forra y ese pibito que llora y el otro que grita me hace acordar a mi hermano más chico ¿sabes que lo agarró el tren? mi mamá me cagó a golpes cuando se enteró que era mi culpa que anda a meterte por ahí vos que sabes que viene el tren y no se ve nada de noche me falta la gorra al Brian le dije que solo un rato soy un boludo yo no me mires ahí te dije deciles que no quiero eso que te clavan y te dejan medio tarado y dormido aunque quizá mejor me duermo todo no puedo dormir yo pienso no me para el bocho por eso me corté por eso para dejar de pensar y que la cabeza me pare o me fumo unos porros al Brian le dije pero corría y corría y acá caí me puse loco cuando me agarraron los quería romper a todos a patadas me vieron los tatuajes muerte de la yuta se la agarraron conmigo yutas de mierda y que me corto todo y ¿a quién le importa?”.

¿Para qué me dan un paciente que el hospital no tiene intención de tomar? Y que yo no iba a tratar a nadie como si fuera una bolsa de papas

El sueño es al futuro lo que el azogue al espejo

“Fin de la historia”, anunció Fukuyama en los noventa. Fue como declarar el fin de los sueños. Por supuesto que esa frase, junto con la maquinaria neoliberal que renueva su propuesta, no nos los arrebató. Contra todas las políticas que buscan aniquilarlos, o domesticarlos, proponiendo espejismos, los sueños se imponen. El sueño es nuestra reserva humana por excelencia. Guardián del vivir1, propongo en mi libro, contra cualquier sistema de dominación, ya sea que esté anclado en un discurso biologicista, religioso, o neoliberal. Los sueños hacen del abismo medida humana, y del tiempo hacen historia y apertura al acontecimiento. Existe la creación porque existen los sueños y la capacidad de tenerlos. Los sueños son condición de creación (y vaya que lo son: componen la matriz de gran parte de la historia de la literatura, de la filosofía, y por supuesto del psicoanálisis), y son condición de futuro.

Contra todas las políticas que buscan aniquilarlos, o domesticarlos, proponiendo espejismos, los sueños se imponen. El sueño es nuestra reserva humana por excelencia

Sueño, medida de todas las cosas

Primer Premio del Sexto Concurso Topía de Libro de Ensayo 2017
Lila María Feldman

Este libro fue publicado por Editorial Topía como primer premio del Sexto Concurso Topía de Libro de Ensayo 2017 que tuvo como jurados a Ursula Hauser, Juan Carlos Volnovich, Vicente Zito Lema. Poeta, Miguel Benasayag y Enrique Carpintero.

Prólogo de Eduardo Müller

Un libro que no da sueño.

Prologar un libro es presentarlo desde adentro. Un prólogo prologa y prolonga el texto, como si solo no le alcanzara para presentarse. Se trata, en este caso, de un texto injusto. Innecesario. Este libro se las arregla solo, como se dice: se la banca.

Así que intentaré explicar en este prólogo por qué este libro no lo necesita.

 

El libro de Lila Feldman realiza un sueño. Un sueño de ella. Si el sueño es la realización de un deseo, un libro sobre el sueño es una doble realización. Y tiene el mérito de no ser una realización alucinatoria. Tal vez lo fue en los comienzos. Pero el libro que el lector tiene en la mano es una realización pura. Una vía regia, no al inconsciente de la autora, sino al tema de los sueños en la clínica psicoanalítica y en la cultura en general.

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