Quiero invitarlos a hablar de los niños, quiero pensar en y con ellos, conocerlos, reconocerlos sentirlos, quiero jugar con los niños, aprender juntos, quiero ser con ellos, verlos, escucharlos, aunque no haya palabra, quiero retratarlos en este escrito, partiendo de lo cotidiano. Un retrato delineado desde una mirada cómplice, desde una posición adulta encontrándose con la infancia, la de ellos, la nuestra, quiero pensar espacios y ofrecer respeto a sus tiempos de crecer.
Intervenimos, tomamos partido allí donde el niño nos convoca, así vamos andando senderos, dejándonos sorprender, acomodando escenas, ofreciendo juego, involucrándonos en su padecer, respetando su tiempo de conexión
Cada vez parece haber menos distancia entre el mundo cultural de los adolescentes y el de los adultos. Dejaron en gran medida de ser antagónicos, cosa que los caracterizó hasta períodos recientes, y en cambio parecen ir hacia una nivelación de sus objetos, sensibilidades, ideales. Esto fue observado y comentado ya en muchas oportunidades. Sin embargo los más jóvenes no dejan de declarar un abismo de incongruencia respecto de sus mayores.
El autor es doctor en ciencias Sociales de la UNGS y del Instituto de Desarrollo Económico y Social. También es Magister en Ciencias Sociales, Licenciado en Ciencias Políticas y Profesor de enseñanza media y superior en la UBA. Este texto es una investigación sobre los gimnasios de entrenamiento físico-deportivo-recreativo de la Ciudad de Buenos Aires. Observar que es lo que ocurre en esos espacios, así como interactuar con quienes los frecuentan ha sido el objetivo de este trabajo. Transcribimos a continuación un fragmento de la introducción.
La resolución 1254/2018 del Ministerio de Educación -publicada en el Boletín Oficial el 17 de Mayo- establece el recorte de una enorme cantidad de actividades pasibles de ser ejercidas por egresados de carreras de grado; en el caso de la Licenciatura en Psicología, de 16 “actividades profesionales exclusivamente reservadas al título” (establecidas en el año 2009) se pasa solamente a 5.
Un gran dique se ha roto en los últimos meses alrededor del aborto. Ese dique que contenía aguas tumultuosas que desde hace muchos años venían arremolinándose, acumulando fuerza y energía para finalmente inundar las calles, las plazas, los subtes, las escuelas … Con pañuelos verdes en cuellos o en mochilas que algunas más discretas anudan en sus muñecas. Puedo identificar en sus rostros a cada una de las mujeres que como médica pude acompañar, a las que pasaron por la circunstancia de un aborto, también a las que acompañaron a otras o las que desearían nunca tener que atravesar ese camino de vergüenza y temor por el que sus amigas hermanas o primas han tenido que transitar.
Desde mi lugar en Centros de atención primaria en barrios y desde la práctica de la medicina general, a lo largo de los casi 30 años he oído muchos relatos de mujeres pidiendo ser escuchadas en su deseo de interrumpir los embarazos.
El derecho al aborto voluntario constituye una demanda histórica gestada por el movimiento de mujeres y el feminismo. Refiere no solo a la necesidad de terminar con las muertes evitables de mujeres gestantes, en su mayoría jóvenes y pobres, sino que alude también a la demanda sobre la autonomía y la decisión sobre el propio cuerpo. Por ello se trata de un reclamo que excede el campo sanitario y los derechos democráticos, pues interpela a los cánones morales y religiosos que naturalizan el orden patriarcal. La posibilidad de decisión de las mujeres y personas gestantes en torno a sus cuerpos y a la maternidad como opción, constituye una punta del ovillo de la cual tirar para comenzar a desarmar la trama de la construcción histórica de la opresión y subordinación de las mujeres, base sobre la que se asienta la superexplotación capitalista de la mayoría de ellas (Belluci, 2015).
La propia Organización Mundial de la Salud (2016) reconoció que 222 millones de mujeres en el mundo no tienen acceso a métodos seguros de anticoncepción.
Son tiempos históricos para todas las mujeres; en particular, para toda Argentina y América Latina y el Caribe. Lugar donde el aborto está más penalizado. Según el mapa de las leyes en el mundo, no sólo los países con mayor desarrollo económico, cultural e institucional del hemisferio Norte lo tienen regulado con normas permisivas (predominantemente legalizado), sino también muchos países de Asia y algunos de Africa. El aborto está y existe. Las mujeres abortan, las autoricen las leyes o no. Toman decisiones sobre sus cuerpos y sus vidas, de manera autónoma, responsable y reflexiva, porque tienen derecho a ello.
Como integrante de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, sentimos una enorme emoción. Nuestro proyecto de ley, presentado por séptima vez cada dos años (desde 2007 en adelante) fue el puntapié inicial para que se discutiera el tema en la Cámara de Diputados.
La Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito nació en mayo 2005, federal desde un comienzo, porque las mujeres feministas habíamos construido vínculos, redes, objetivos comunes en diferentes jornadas, seminarios, y sobre todo en los 28 Encuentros Nacionales de Mujeres que se vienen desarrollando anualmente, en sedes provinciales rotativas, desde 1985 en adelante.
No es por la puerta del psicoanálisis por la que saldremos del mundo. Ya sea que aceptemos o evitemos hacernos presentes en el campo de la política, estaremos desde un principio en este campo, nos guste o no, por la simple razón de que no hay otro campo en el que podamos estar. Digámoslo en tres palabras: no hay metalenguaje. No hay lugar para el discurso que no esté atravesado y estructurado por la política.
Es como si el Estado de Derecho únicamente sirviera para disimular que la propiedad sigue siendo lo más determinante, que los seres humanos continúan siendo cosas y que la economía no deja gobernar la política.
Vivimos tiempos de incertidumbre. Cualquiera acordará con la frase. Pero… ¿de qué hablamos cuando hablamos de incertidumbre?
Esta pregunta motivó el trabajo de nuestro dossier, donde el tema se aborda desde diferentes perspectivas. En el Editorial, Enrique Carpintero afirma cómo en la antigüedad la magia y la religión mitigaban la ansiedad ante la incertidumbre, mientras que el capitalismo actual ofrece el consumismo de objetos mercancías para paliar la sensación de desvalimiento que provoca. Y sostiene que “hay que diferenciar la certeza de la incertidumbre que promueve la cultura dominante, que nos lleva a la sensación de fragilidad y desvalimiento, de la incerteza de la incertidumbre que permite la búsqueda de una repuesta.”
Las sociedades antiguas inventaron la religión y la magia para mitigar la ansiedad ante la incertidumbre; en la actualidad el capitalismo ofrece el consumismo de objetos mercancías. Esta incertidumbre puede ser hacia el futuro, al no saber qué va a pasar, o hacia el pasado, al no saber qué está pasando; la incertidumbre despierta los fantasmas más primarios producto de la sensación de desvalimiento con que nacemos.
La esperanza activa permite una búsqueda inmanente para encontrar la “alegría de lo necesario” en la potencia de ser
Incertidumbre es un término muy difundido y utilizado en planos muy variados. La física moderna, por ejemplo, ha apelado a él para interpretar ciertos fenómenos que no encontraban una respuesta en la física clásica.
El capitalismo desarrolla un fenómeno inédito: el proletariado moderno, es formalmente libre pero, contradictoriamente, es la clase productora más insegura en términos laborales
La incertidumbre es un rasgo que se constata, con especial fuerza, en las sociedades humanas. El ser humano, en su largo y accidentado recorrido evolutivo, estuvo -y sigue estando- surcado por situaciones que a los ojos de él eran impredecibles, que escapaban a su control, provocadas por factores exteriores, ajenos a su voluntad y que condicionaban su destino. Esta circunstancia crea, obviamente una sensación de inseguridad, en la existencia presente y futura, tanto en el plano individual como colectivo.
“Tengo el mundo en mis manos”, es la frase que mejor expresa la ilusión de escapar de aquello que resulta incierto. Una eficaz síntesis de cómo se explicita el reaseguro absoluto para escapar de catástrofes, de la desolación, la enfermedad, la muerte, el desvalimiento y/o terror, etc., ya colectivos, ya individuales. El dicho es un himno para los humanos que creen en el control absoluto.
Cuando la incertidumbre se convierte en amenaza de desintegración es el momento en que, para alivianarla o conjurarla, cobran valor los fetiches protectores
No es que el tema de la incertidumbre tenga mala prensa. Tampoco es que tenga poca prensa. Lo que tiene su prensa es mala fe. Es cierto que en general se oculta el tema y se simulan certezas, pero es aún peor cuando se pretende hacer un elogio de la incertidumbre como si en todos los aspectos de la vida ésta valiera lo mismo, significara las mismas posibilidades, o constituyera una especie de máxima existencial.
Este año se cumplen 50 años del llamado Mayo del 68. Un momento único en la historia donde parecía que el mundo cambiaría radicalmente. El siguiente texto permite vislumbrar las diversas situaciones sociales, económicas y políticas que fueron la base de los sucesos de mayo en Francia y que atravesaron todo el mundo. El Mayo del 68 no fue un hecho aislado, sino un emergente de la subjetividad de esos momentos, tal como aquí se analiza.
El siguiente fragmento es un adelanto de la nueva edición ampliada de Las Huellas de la Memoria de Enrique Carpintero y Alejandro Vainer, que se publicará en los próximos meses por la Editorial Topía.
En esta década la economía mundial creció a un ritmo prodigioso. El avance de la internacionalización del capitalismo y el desarrollo de la tecnología y la investigación científica fueron decisivos. Como plantea Eric Hobsbawm, empezó a aparecer una economía más trasnacional “es decir, un sistema de actividades económicas para las cuales los estados y sus fronteras no son la estructura básica, sino meras complicaciones. En su formulación extrema, nace una <economía mundial> que en realidad no tiene una base o unos límites territoriales concretos y que determina, o más bien restringe, las posibilidades de actuación incluso de las economías de grandes y poderosos estados.”1
Los países desarrollados tenían lo que se denominaba el “Estado de Bienestar”, con el cual respondían a las influencias de las ideas socialistas en la clase trabajadora
Del sometimiento neocolonial a la emancipación de subjetividades emergentes
Autor: David Pavón-Cuéllar (Coordinador)
Kanankil Editorial, México, 2017. 296 páginas
David Pavón-Cuéllar, doctor en Psicología y Filosofía mexicano, ideó este libro que contiene aportes solicitados especialmente a un conjunto de psicólogos y psicoanalistas de distintos países latinoamericanos. La importancia es que reúne un conjunto de textos que permiten ver historias y desarrollos actuales de quienes cuestionan los efectos del capitalismo en la psicología en la región.
Reproducimos el artículo publicado en 2017 en el sitio Prensa Obrera sobre los orígenes del 8 de Marzo como día internacional de la Mujer Trabajadora.
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora tiene sus orígenes en el movimiento internacional de mujeres socialistas de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, que intervino en la construcción de los primeros partidos socialistas, en las fábricas textiles y en los movimientos de mujeres sufragistas.
La emergencia del feminismo y del movimiento de mujeres en Argentina y en el mundo, no es un hecho episódico. El 3 de junio de 2015, la denuncia y demanda contra los femicidios bajo el lema de #NiUnaMenos constituyó un acontecimiento que tuvo ecos en todo el mundo, desde Estados Unidos hasta la Patagonia, desde Arabia Saudita, hasta Turquía, Rusia, los países europeos y algunos países de África.
En la actualidad, la participación de las mujeres en la escena política de los diferentes países da cuenta del surgimiento de una nueva oleada de luchas feministas que revoluciona tanto las agendas políticas como la vida cotidiana y recoge la experiencia de otros momentos históricos en donde las mujeres agenciadas en sus reivindicaciones contra la explotación y la opresión, la subordinación y la discriminación de género, lograron grandes conquistas.
La invisibilidad del trabajo de las mujeres es parte del orden patriarcal que otorga a las acciones y experiencias femeninas menor relevancia social que a las masculinas, o sencillamente las ignora... En el caso de las trabajadoras ferroviarias se expresó en la dificultad de las mujeres de “salir” de los puestos de limpieza que son los peor pagados.
Existen coincidencias en términos temporales, entre el enfoque de Derechos Humanos y el de Género en relación a la Salud Mental en Argentina. Ambos ubican su desarrollo con la vuelta de la democracia en nuestro país. El primero, a partir del trabajo de los equipos de Salud Mental de los organismos de Derechos Humanos con víctimas de la dictadura y sus familias. El segundo, por un lado llegó con el regreso de muchas exiliadas que se habían formado en los Estudios de la Mujer o se habían incorporado a las luchas feministas en otros países y se juntó con una corriente de “insiliadas” que en grupos privados, pequeños y muchas veces clandestinos estudiaban y traducían escritos feministas, entre los cual cabe destacar el CEM (Centro de Estudios de la Mujer). Mujeres que en conjunto realizaron sus aportes para el crecimiento de este campo de estudios. Algunas de las cuales conformaron ONGs que comenzaron con la atención de mujeres víctimas de lo que hoy denominamos como violencia de género entre las cual es importante destacar a: Lugar de Mujer y a la Fundación Alicia Moreau de Justo.
El sujeto subyacente del marco de los Derechos Humanos es el sujeto universal, que desde los estudios de género se lo identifica como un particular que ha logrado construir hegemonía: varón, adulto, blanco, propietario y heterosexual. Para un posible encuentro, es necesario tensar la relación en la universalidad de un derecho y el derecho simultaneo a ser diferente...Que en este caso sería el derecho universal a ser diferente.
Las migraciones del siglo XXI y las de finales del siglo XX comparten aspectos con migraciones anteriores: constituyen una crisis, se producen multiplicidad de pérdidas que implican la elaboración de un duelo, se disuelven las redes de sostén en el país de origen y hay que reconstruir nuevas en el país receptor, etc. Los cambios a nivel político, económico y social atraviesan los acontecimientos y afectan los procesos migratorios.
Este artículo nace de mi vivencia como migrante ilegal a fines del siglo XX y a principios del siglo XXI y del trabajo realizado como psicoterapeuta con inmigrantes en Uruguay (país de origen) y en España (país receptor).
La crisis migratoria en cuanto ruptura con el grupo que vivimos y que nos conforma, revela el acoplamiento psicosocial entre lo interpsíquico y lo intrapsíquico.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra