La raza en el diván invoca la necesidad de considerar los efectos psíquicos de la opresión que generan las relaciones sociales de género, raza, sexualidad y capacidad, entre otros marcadores sociales; efectos que suelen ignorarse en la mayoría de las encuestas e investigaciones sociales. Este rastreo, ofrecido en el ensayo, promete rendir valiosos frutos para los estudios sociales con perspectivas feministas y antirracistas… Nos invita a habitar las posibilidades que abre la ira, entendiéndola como una pasión que, a diferencia del resentimiento, potencia las versiones no esencialistas de las identidades, incluidas las políticas colectivas. Mara Viveros Vigoya
Así como la heteronorma no requiere necesariamente de personas homofóbicas, el racismo sistémico, como tan bien lo teoriza Thamy Ayouch en este libro, no requiere de racistas: “el racismo se refiere en términos generales a un mecanismo social, a veces incluso sin sujetos directamente racistas, que asigna posiciones diferentes e ‘identidades’ distintas a grupos en función de relaciones sociales de poder”. Es un racismo tan sistémico que está naturalizado al punto de ser invisible, al menos en tanto disfrutemos, en alguna medida, de los siempre relativos beneficios de la blanquitud (soy blanco en Argentina, no así en Europa, donde paso a ser sudaca). Este libro nos recuerda que podemos ser agentes de un racismo sistémico aun identificándonos con las concepciones políticas más progresistas. Jorge N. Reitter
Este libro habla de la construcción de psiquismos en relación con la raza, que no “existe”, pero que tiene múltiples efectos de marcas traumáticas, la mayor parte transgeneracionales. Nos interpela a salir de la coartada fuertemente incorporada de forma generalizada en subjetividades marcadas por la desigualación de ser un intruso o un impostor, o simplemente, un problema. Nos invita a reconocer sin esencializar, a trabajar la contingencia de las posiciones de hegemonía y de desigualación. Y de ahí la propuesta múltiple de: desubalternizarse, defenderse, situarse, desmelancolizarse, enfurecerse, desontologizarse, para por fin “perder el norte”, lo que implica descolonizarse y asumir “el sur”. Débora Tajer
Thamy Ayouch fue asignado como hombre, prescripción con la que se identifica, aunque de forma no binaria. Nació en Marruecos y ha vivido como extranjero íntimo en varios países. Se ha esforzado por cruzar fronteras lingüísticas sin ser detenido en las aduanas, y por cultivar una serie de complicidades emocionales e intelectuales. Ha intentado resolver su extimidad escribiendo artículos y libros supuestamente muy serios. Es psicoanalista (sólo de sus analizantes) y desarrolla actualmente su investigación y docencia sobre la epistemología del psicoanálisis, la teoría política, los estudios queer, los estudios post y decoloniales y los estudios críticos de la raza y la blanquitud en la Université Paris-Cité, como Profesor catedrático ("Professeur des Universités").