David Le Breton explora en este nuevo libro publicado por Editorial Topía la importancia y significado de los tatuajes, piercings y otras marcas corporales en la construcción de la identidad personal y social. A través de un análisis sociológico y antropológico, revela cómo estas formas de modificación corporal han sido históricamente estigmatizadas y cómo su percepción ha cambiado en la sociedad contemporánea. Nos invita a reflexionar sobre la relación entre el cuerpo, la identidad y los procesos de transformación personal en un mundo cada vez más individualista. En ese camino publicamos un fragmento de la introducción.
La piel es una superficie de inscripción del significado y el vínculo, una pantalla en la que proyectamos una identidad soñada, utilizando las innumerables formas con que se escenifica la apariencia en nuestras sociedades, arraiga el sentido del yo en una carne que individualiza
El imperialismo aplana los cuerpos para conquistar la subjetividad, y esto no es algo que empieza hoy, con la emergencia social que vivimos, sino que lleva muchos años de desarrollo, y se acelera en los tiempos del auge tecnológico.
La sociedad basada en el mercado considera que el cuerpo es imperfecto y puede ser mejorado, o reemplazado por la tecnología y que los recursos naturales están para ser explotados sin medida porque son propiedad privada
La idea de este escrito es poder pensar cómo la imagen del cuerpo toma un valor considerable, haciendo del mismo una pantalla donde se proyectan pensamientos, se comunican y se tramitan experiencias. Consecuencia de ello, mi interés fue hacia los tatuajes. Desde una mirada psicoanalítica haré una articulación teórica vinculada a un caso clínico que doy seguimiento como residente de segundo año en el Hospital de Alta Complejidad SAMIC de El Calafate.
Al involucrarme en el caso, lo que captó mi atención fueron sus tatuajes, me preguntaba qué querían decir, que significado tenían, qué no podía decir y pensé en cómo construir su historia
Los cuerpos bajo la acechanza de la peste, muchos confinados durante larguísimas semanas, durante algunos meses, muchos expuestos a lidiar de cerca con lo temido. ¿Qué marcas deja esta convivencia en el territorio corporal?
Ya sabemos: cuesta pensar a tiempo real. No hablamos de una experiencia pasada, hablamos imbuidos del movimiento de este desastre al que llamamos pandemia. Pensar en movimiento ha sido siempre un enorme desafío. Como en un vehículo veloz vemos pasar imágenes informes más cercanas a las sensaciones que a las representaciones.
Dados a vivir los andamios del día, la alteridad del virus desata otras narrativas perseguidor perseguido, denegaciones, espantos
Cuando iniciaron los primeros casos de Covid-19 decidimos suspender los encuentros presenciales y comenzamos esta travesía con la valentía de los que se arrojan a acompañar sin un modelo previo. La experiencia que intento transmitir se da en un espacio de formación donde priorizamos la palabra, lo teórico y también el movimiento, lo expresivo con objetos y máscaras, las escenas, la danza, lo lúdico, la plástica y la escritura.
La modalidad virtual nos confrontó con percepciones recortadas, escenas en la bidimensionalidad, cuerpos del otro lado del vidrio sin olores, temperaturas, vibraciones
En el año 2011 se puso en marcha una carrera de Medicina con “currículo innovado” en la Universidad Nacional de La Matanza, situada en San Justo, conurbano bonaerense, Argentina. La innovación se planteaba en varias dimensiones del proceso de formación de los médicos y las médicas. En particular, algunos aspectos eran centrales desde el comienzo de la implementación, entre los cuales se ponderaban el proceso de enseñanza y aprendizaje centrado en los y las estudiantes, la incorporación de las metodologíasde “aprendizaje basado en problemas y en casos” desarrolladasconpequeños grupos tutoriales, la orientación comunitaria sostenida por prácticas pre profesionales desde el segundo mes del primer año, la implementación de prácticas reflexivas semanales en pequeños grupos, la organización de equipos docentes en Unidades y Escenarios de Aprendizaje (en lugar de materias o disciplinas) y el trabajo integrado de los equipos docentes. Este conjunto de modalidades innovadoras en la formación, impactaron a los docentes -en su mayoría profesionales de la salud y sobre todo médicos y médicas-, a los y las estudiantes y a los integrantes de los equipos de salud que se desempeñaban en las instituciones en que se desarrollaban las prácticas pre profesionales.
¿Qué es el Hombre? En esta obstinada pregunta Kant veía condensarse las tres cuestiones fundamentales de la filosofía: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me es permitido esperar? La metafísica, la moral y la religión, que respectivamente respondían a cada una de estas cuestiones, dibujarían en su confluencia una antropología: cada una de ellas sería al mismo tiempo una respuesta (aunque parcial) a la pregunta por el ser del “Hombre”. Y se soñó entonces que con esta antropología se había edificado su morada definitiva.
Cuando recibimos chicos que no juegan, solemos verificar que en realidad se trata de familias que no juegan las que tenemos frente nuestro. Y es por eso que los tratamientos que incluyen un espacio para los chicos y otro para los padres suelen funcionar mejor. Me interesa aquí la óptica de lo familiar, porque cuando no se incluye algún modo de pensar el jugar en nuestra visión clínica de conjunto, se suele ver psicopatológicamente lo que es un potencial juego que para desarrollarse necesita ser reconocido y recibido por un otro. El pensar a nivel de las familias abre otras perspectivas clínicas.
La música es más que sonidos y silencios. La mejor comprobación es poder explorar la relación de la música con el erotismo. En ese entrecruzamiento no quedarán dudas que la música va más allá del fenómeno auditivo. Si la música es mucho más que lo sonoro significante, el erotismo es mucho más que la sexualidad. El erotismo implica la transgresión de un interdicto y de las normas establecidas. Para Bataille, “lo que está en juego en el erotismo es siempre una disolución de las formas constituidas." Por eso, el erotismo es transgresor, aspira a la libertad, busca lo nuevo y permite ampliar los límites de la propia subjetividad.
El sábado 7 de septiembre de 2013 se presentó el libro Corpografías. Una mirada corporal del mundo de Carlos Trosman. En el cálido ambiente del Cavern Club expusieron Patricia Mercado, Julia Pomiés y Alicia Lipovetzky. A continuación reproducimos la presentación de Alicia Lipovetzky.
Los sofisticados implantes son un avance extraordinario ante la enfermedad o la limitación orgánica. Desde otra perspectiva –y sobre esto trabajaremos- puede ser tomada la hibridación hombre-máquina como un analizador cultural. Es nuestra intención mostrar cómo nos vamos constituyendo en un híbrido humano - máquina con múltiples consecuencias.
Resumen: El presente trabajo, basado en algunas investigaciones llevadas a cabo por los españoles José Devís Devís y Víctor Pérez Samaniego, tiene como meta analizar el campo de la actividad física como agente para la salud, enfocando brevemente sus beneficios y más en detalles sus mitos y la arbitrariedad cultural con la que se enmascara su real forma de existencia: la mercantilización de la salud.
Eso que la primavera pone a brotar en los intersticios del desasosiego, eso que se inclina y renuncia a la banalidad de toda rectitud, que cede al vaivén de lo vivo, a su impureza, eso proclive al desvío, a la diseminación frondosa de la cercanía.
Eso que se desprende del salario para apostar al número quimérico del imprevisto.
Eso que se insinúa en el dolor y sabe a fuego y agua, a serenidad en el sueño.
El cuerpo es una construcción cultural y social que de ningún modo existe en estado natural. Esta idea de naturalidad del cuerpo es justamente un mecanismo prejuicioso que obtura la posibilidad de pensar en el cuerpo humano como parte de la cultura. Lo natural está determinado por las leyes de la naturaleza y no puede ser modificado, al menos en el período de vida de una persona, ya que los cambios naturales se mueven con otros ritmos. Lo que indudablemente nos ata al ciclo natural biológico es justamente el período vital humano (que implica al nacimiento y a la muerte), y las necesidades compartidas con el resto de los seres vivos de respirar, alimentarnos, desarrollarnos y eliminar los desechos. No incluyo aquí la reproducción porque, aunque es un mandato natural de todas las especies, como una muestra más de la no naturalidad del cuerpo humano, reproducirse no es la elección de todos los seres humanos, sino solamente de algunos.
Marilyn una muchacha de 18 años, hija de abogada y médico soñaba con terminar su secundario con el regalo más preciado. Una cirugía de su rostro, algunos pequeños retoques de nariz y pómulos. Con el cirujano plástico eligieron los diferentes modelos de nariz y pómulos que los programas computarizados ofrecían a partir de su foto. El elegido fue el menos intrusivo, pequeñas modificaciones, para resaltar su belleza. Merece una reflexión aparte el tema de: adolescencia-regalo-bisturí. ¿Qué incompletud se homenajea en esa mutilación? Llegó el día, dos meses antes de la fiesta de cumpleaños.
Esta es, al principio, la historia de dos galleguitos de cinco años, Nico y Mati, hermanos, mellizos y, para más señas, mis sobrinos de Barcelona. Es decir que en realidad son catalanes, pero yo les digo “mis galleguitos”, lo que además de expresar mi amor, tiene la ventaja de enojar a su padre: “Que somos Catalanes, hombre, CA-TA-LA-NES”, me dice José María en nuestra ya habitual juego-pelea.
Como ocurre con todas las familias de mellizos y gemelos que he conocido, separarse de la mamá o del hermano es aún un poco más difícil que de costumbre.
Hace pocos días celebrábamos con alegría el día de Internet. Ese invento que, como solía decir Bill Gates, nos ha acercado cada vez más. Ha llegado el momento en que todos podemos estar conectados, las barreras que la distancia, cruel verdugo, impone a los sujetos ahora pueden ser franqueadas triunfalmente. No debe ser sino motivo de regocijo el que ahora podamos instituir la celebración de la herramienta que redefinió la manera en que vivimos y prácticamente nombra a la era actual.
Desde el año 1992, integro el equipo de adolescencia del Hospital de niños Ricardo Gutiérrez y desde 1995 soy co-fundadora del Hospital de día de dicha institución.
Comenzaba el año 2000 y en la reunión del equipo de psicología del Hospital B. Rivadavia recibíamos a una terapeuta corporal que habíamos convocado con la ilusión y la esperanza de poder añadir una nueva mirada a nuestra tarea de atender, comprender y ayudar a las mujeres climatéricas que asistían al Servicio de Ginecología. Siempre nos encontrábamos con trabas y dificultades para ayudar a elaborar la crisis que atraviesan las mujeres en esa etapa de su vida: el climaterio.
Quiero compartir e intercambiar con los lectores algunos aspectos de mi experiencia clínica y en investigación, en los campos de la psicología de la salud y la psicología de la cultura, durante los últimos 35 años en Europa occidental y particularmente en la sociedad escandinava. Las siguientes reflexiones son el resultado de estas experiencias.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra