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Dar en el blanco: Haciendo Fierros en el Boulevard

 
Una aproximación etnográfica al interior de los gimnasios porteños. Alejandro Damián Rodríguez (Prometeo Libros, Argentina, 2017. 176 páginas)

El autor es doctor en ciencias Sociales de la UNGS y del Instituto de Desarrollo Económico y Social. También es Magister en Ciencias Sociales, Licenciado en Ciencias Políticas y Profesor de enseñanza media y superior en la UBA. Este texto es una investigación sobre los gimnasios de entrenamiento físico-deportivo-recreativo de la Ciudad de Buenos Aires. Observar que es lo que ocurre en esos espacios, así como interactuar con quienes los frecuentan ha sido el objetivo de este trabajo. Transcribimos a continuación un fragmento de la introducción.

La proliferación de los gimnasios porteños en el marco de una tendencia global

Al caminar por la Ciudad de Buenos Aires, ya sea por una avenida céntrica y transitada, o por una pequeña calle olvidada de un barrio cualquiera, es muy probable tener que pasar frente a la puerta de un gimnasio. Así sea la sucursal de una cadena de establecimientos; o un gimnasio-club de musculación, fitness y deportes; o uno exclusivo para mujeres; o un gimnasio público en una plaza; todos esos espacios de entrenamiento corporal pasaron desde hace ya bastante tiempo a integrar el paisaje de la mayoría de los barrios porteños.

Estos establecimientos han sido montados ex nihilo, en algunos casos, la mayoría de ellos, mientras que en otras ocasiones, los antiguos clubes sociales y deportivos barriales mutaron su forma, sumando a su oferta de actividades las nuevas demandas de los socios: básicamente, musculación y fitness grupal. Del mismo modo, algunos gimnasios de barrio, que antaño eran más bien reductos de levantadores de peso y fisicoculturistas, se remodelaron, ampliaron sus puertas al público en general y trataron de hacerle frente al desembarco de los nuevos competidores comerciales, especialmente a las sucursales de las cadenas de gimnasios que comenzaron a penetrar los barrios porteños a partir de comienzos de la década de 1990.1

De todos estos cambios en la geografía porteña han dado cuenta, con bastante nivel de detalle, los principales periódicos nacionales (La Nación, 09-01-2005; Clarín, 03-08-2007; La Nación, 04-03-2007; La Razón, 03-09-2007; La Nación, 03-05-2009; entre otros), así como la principal publicación argentina de fitness (Mercado Fitness). Sin embargo, a partir de esos materiales no es posible cifrar la cantidad total de gimnasios existentes en la Ciudad de Buenos Aires. Respecto a esto último, en un informe del año 20052, la investigadora Cristina Irigoyen-Coll ya advertía sobre los problemas que le ocasionaba, para desarrollar un estudio sobre consumo de esteroides y percepción del riesgo entre usuarios, el hecho de no contar con una base de datos unificada de todos los gimnasios de la Ciudad.

Para suplir esta falencia de datos hemos intentado dos estrategias diferentes. En primer lugar recurrimos a la información existente en los ya mencionados periódicos nacionales. Por ejemplo, en uno de esos diarios (La Nación; 09-01-2005), y también en el año 2005, se indicaba que ya existían casi tres mil gimnasios en todo el territorio argentino. Si bien esa cifra nos da una idea aproximada del fenómeno en términos nacionales, poco nos dice respecto a la situación específica de la Ciudad de Buenos Aires. Para acercarnos al fenómeno en términos estrictamente porteños, tuvimos, y como parte de la segunda estrategia, que construir información primaria. Para tal fin realizamos un relevamiento de gimnasios existentes (Rodríguez, 2011), construido a partir de información recogida en portales de Internet donde se aglutinan estos establecimientos con intereses comerciales. En base a esa pesquisa propia es posible indicar que alrededor de quinientos gimnasios han abierto sus puertas en la Ciudad de Buenos Aires.

El crecimiento de esta industria dedicada enteramente al entrenamiento del cuerpo debe ser enmarcado de forma global ya que, aunque con particularidades propias a cada caso, atañe a las principales ciudades del mundo. Por lejos, las de los Estados Unidos -país de origen de las cadenas de gimnasios globales más importantes y principal mercado de consumo de estas actividades- son el exponente más visible de este proceso de mundialización-gimnasio: Venice Beach, en California -la meca del fisicoculturismo mundial (Klein, 1986 y 1993)-, y Miami conforman los dos casos más emblemáticos de ciudades que han visto proliferar gimnasios por doquier. De igual modo, otras ciudades del mundo dan cuenta del mismo proceso expansivo. Así puede observarse en muchos trabajos socioantropológicos que, aunque con objetivos de investigación disímiles, dan cuenta del fenómeno en ciudades tan distintas como Manchester (Crossley, 2005), Río de Janeiro (Sabino, 2000, 2005 y 2007, Sabino y Luz, 2007, Dos Santos y Salles, 2009), Salvador de Bahía (Iriart y De Andrade 2002, Iriart, Chaves y Ghignone de Orleáns 2009), entre otras. Asimismo, si prestamos atención ya no a las investigaciones socioantropológicas, sino a los informes de la industria del fitness, observamos que la proliferación del fenómeno es realmente global: en todas las grandes ciudades del Caribe y de Centroamérica, de toda Sudamérica, de Europa, y de países como la India se han instalado gimnasios desde las últimas décadas del siglo XX y hasta la actualidad (Mercado Fitness, ediciones varias, 2003-2012).

Entonces, dada la magnitud del fenómeno-gimnasio, y retomando lo que decíamos más arriba respecto a la necesidad de “actualizar” la agenda de los estudios sobre el cuerpo a los tiempos que corren, está claro que en ella el espacio-gimnasio no debiera faltar. Por el contrario, su investigación tendría que ser priorizada, ya que prestar atención a lo que sucede “puertas adentro” de estos establecimientos puede ofrecer pistas para entender varios cambios: la expansión de estos establecimientos en la Ciudad, la mayor cantidad de personas que cada día se acercan a entrenar allí, qué es lo que hacen las personas en estos lugares y qué motivaciones los impulsan a emprender modificaciones estructurales sobre la carne de sus cuerpos.

Notas

1. A principios de esa década incluso, había desembarcado en la Ciudad el reconocido Gold´s Gym, cuya casa matriz está en California pero que posee sucursales en todo el mundo. Unos pocos años después de abierta, la filial porteña cerró sus puertas para siempre.

2.Esa investigación contó con el apoyo de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR).

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Articulo publicado en
Julio / 2018