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Clínica ampliada: quebrando aislamientos

La salud mental de una sociedad y de cada uno de sus miembros es un problema colectivo y como tal tendría que abordarse como una tarea colectiva. Las desigualdades sociales, las discriminaciones, las violencias, la exclusión, se encuentran íntimamente ligadas a dicha problemática, rompiendo las barreras de lo individual y lo privado para constituirse en un asunto público.

Resulta evidente que los múltiples modos de vulnerabilización del neoliberalismo constituyen una de las más eficaces herramientas de control social, ejerciendo poder sobre la vida de las personas, sus cuerpos, emociones, voluntades; a la vez que producen desigualdades y fragilizaciones, y configuran procesos de destitución subjetiva.

Cada vez se vuelve más necesario proponer espacios donde trabajen equipos y programas con perspectiva comunitaria; lo cual no implica renunciar a la escucha e intervenciones psicoanalíticas

Género y Clínica Psicoanalítica: Una relación difícil

¿Cuáles realidades comenzaron a interpelar la práctica psicoanalítica haciendo necesario incluir el concepto de género? Desde la ampliación de este concepto hace unos 30 años, producto de la reflexión del feminismo, nos encontramos con la existencia de un continuum de diversidades sexuales, un fluir de psicosexualidades que sorprenden e intranquilizan, que angustian. Leticia Glocer Fiorini se refiere a este fenómeno como “presentaciones” y “sexualidades nómades” reconocidas en los conceptos de lesbianismo, gays, travestis, bisexuales, transexuales, intersexuales, cisexuales, asexuales, etc. Además, existen inscripciones genéricas no convencionales ya que dentro del género existen hoy n géneros, entre ellos, transgéneros, neutros, bigéneros.

El no poder reconocer el sufrimiento y la necesidad de quien padece las consecuencias del abismo que siente entre su identidad social y la propia, genera exclusión y produce melancolía. Si podemos retener esta perspectiva podremos ayudar a quien nos consulta de una mejor manera

El género en el espacio psicoanalítico

Ampliar los recursos en la clínica y las estrategias terapéuticas son los desafíos que además de la deconstrucción de las teorías, tiene el psicoanálisis de género. Es decir, no sólo abrir campos de visibilidad teórica, sino abrir posibilidades de intervención. Esto implica un enorme reto para quienes trabajamos desde estas perspectivas, ya que en el momento actual las categorías de género están siendo desafiadas en forma rigurosa y creativa (Butler 1990, 1993, Layton, 1998, Dimen, 2003, Goldner, 2003; Harris,2005).

La clínica actual nos enfrenta a las violencias del patriarcado en sus variadas formas de expresión: relaciones de dominio, abusos sexuales, crímenes de odio

Madre no hay una sola

En el año 1991 se publicó el libro Adopción y silencios1, pudiéndose leer en su presentación “…aquello de lo cual no se habla, lo omitido y silenciado; aquello que se torna invisible pretendiendo que no ocupe un lugar en las preocupaciones o decisiones, aquello que quizás sea temido o deseado por adoptantes, adoptivos y por algunos que trabajamos con ellos, ha sido el hilo conductor de esta publicación”.

Silencios y vacíos retornan como una constante histórica en los procesos adoptivos.

Desde el Equipo de Vinculaciones y Adopción de un hospital público de la Ciudad de Buenos Aires hemos decidido no sólo nombrar, sino poner en escena a aquél sujeto vaciado y silenciado: las madres de los niños que serán adoptados.2 Sin embargo, no se trata de cualquier puesta en escena: lejos de una mirada moral respecto del ejercicio de la función materna, nuestra propuesta es escucharlas en el punto donde se dicen imposibilitadas, para no insistir ni empujar en nombre del “deber ser”, allí donde no hay un margen para habitar esa función.

El dispositivo que inventamos apunta a producir como efecto la restitución de la infancia; instalando o recuperando lugares en acto: lugar de niño, de adulto, de la palabra, del juego, de cuidado, de afecto y de confianza

Adolescencia y poder: “escraches” en escuelas secundarias

Hasta hace no mucho tiempo, las escuelas secundarias parecían haberse transformado en instituciones en desuso, devaluadas, y parecía haber pocos adolescentes que les reconocieran algún valor simbólico a lo que allí sucedía y se transmitía. Adolescentes, muchos de ellos, con dificultades para opinar, elegir, decidir, y sobre todo confrontar. Algunos evitaban la escuela, y recurrían a las pantallas como forma alternativa de acceder al conocimiento, encerrados en sus casas.

Lo que sucede en varias escuelas hace eco con un fenómeno que atraviesa a toda la sociedad: rápidamente se tilda de abuso sexual a situaciones que no lo son

El tabú del aborto

Al iniciar la sesión de la semana pasada Luco me preguntó, como al acaso, cuánto más duraría el análisis. Consciente o inconscientemente preparada, la pregunta no me sorprendió. El tratamiento había producido modificaciones en su cerrada actitud habitual. La pantalla de doble faz que lo apartaba del mundo y al mundo de su emotividad había aflojado la trama de su tejido. Dije pantalla, también podría ser coraza, muro, esfera de cristal, velo persistente como el que protegía al freudiano hombre de los lobos y sólo se rasgaba al hacerse practicar enemas. Serge Leclaire examinó la insistencia de este rasgo en “Philon o el obsesivo y su deseo” (incluido en Desenmascarar lo real).

El tabú entraña una reserva que se manifiesta en prohibiciones, restricciones. Más antiguo que los dioses, el tabú imponía castigos, si era violado, valiéndose de la propia fuerza del trasgresor

¿Soy o no soy transexual?

Alan -un joven de 18 años asignado como varón al momento de su nacimiento- se presenta a la consulta pidiendo comenzar una psicoterapia: “tengo la duda de si soy transexual1, a veces siento que me incomoda mi cuerpo.”(...) “Hace dos años hice tratamiento, pero no pude ir más por problemas de horario.” En aquel momento refiere haber trabajado su independencia y su autonomía, pero que tuvo que interrumpir porque su madre se enfermó de un cuadro de demencia presenil y no podía quedarse sola, así que la cuidaban entre él, el padre y su abuela.

Desde una perspectiva psicoanalítica la identidad es efecto de la identificación que es el mecanismo fundante y estructurante de nuestro psiquismo

Ser Varón trans

Análisis de un sujeto en construcción

Desde el comienzo de mi práctica como analista he tenido la oportunidad de acompañar y analizar personas trans. Digo acompañar, no solo desde la clínica sino también desde espacios políticos y sociales. Como analista y como persona, participo de la vida social de la comunidad donde desarrollo mi práctica, sin por ello perder neutralidad analítica. Quiero decir que tengo una posición ética y política que atraviesa mi ejercicio. Aporto desde mi lugar para el avance y respeto de los derechos de las personas trans, como así también de otras poblaciones que han sido vulneradas y discriminadas históricamente. De esta manera, también, soy testigo de las conquistas de derechos de la comunidad trans y una de ellas, en particular, el derecho a la identidad de género (Ley 26.743) ha impactado en la clínica que desarrollo. Ante lo cual, no son pocas las consultas que en principio se presentan como pedidos de acompañamiento a procesos de reasignación y luego de las entrevistas preliminares han derivado en la posibilidad o la apertura de análisis.

Su pregunta no giraba en torno a ¿quién soy? sino en relación con el modo de estar siendo con ese cuerpo

Escucha y dignificación. Disidencias sexo-genéricas en la clínica.

La clínica de orientación psicoanalítica tendría como primera función escuchar al otro, habilitándolo desde el encuentro a que estructure el campo y tome forma desde su mismidad. Pero también escuchar su escucha, invitándolo a analizar los “ruidos” que le llegan desde sus objetos internos, los otros, sus fantasías, así como desde el impacto que le provoca lo real y las construcciones de realidad que produce. El objetivo será operar sobre el dolor psíquico sin recurrir necesariamente a la adaptación, facilitando el despliegue de manifestaciones múltiples que con voz propia puedan visibilizarse en su singularidad, reconociendo críticamente los moldeamientos hegemónicos de normalización también a nivel sexual y de género. Con ello se lograría un acercamiento a elaboraciones deseantes, vinculares y de autopercepción que habiliten mayores dosis de afirmación y dignidad subjetiva.

Con “heteronormatividad” se hace referencia a un régimen social, político, económico y deseante basado en una forma específica de circulación del poder

El acoso sexual en el trabajo: sus consecuencias y abordaje desde la clínica del trabajo

La acción efectiva del trauma psíquico del acoso o abuso sexual y la seducción perversa ha sido ampliamente estudiada en el campo del psicoanálisis. Tempranamente Sigmund Freud en sus estudios sobre el papel de la herencia y la sexualidad en la etiología de la neurosis (1896) comentó que la seducción adulta puede tener consecuencias negativas en el normal desarrollo de la sexualidad infantil, hasta el punto de desembocar en neurosis histéricas, obsesivas y psicosis. Aún más, en desarrollos posteriores, el mismo Freud sostiene que ni siquiera es necesario que ocurra un evento fáctico de transgresión sexual para que se presente una afección psicopatológica. Basta una teorización imaginaria del niño realizada sobre su sexualidad y la de los adultos para que aquella actúe como desencadenante de las más profundas decepciones y desencantos con la sexualidad posterior.

Las situaciones de acoso sexual en el trabajo se afincan en tácticas de dominación y sojuzgamiento que se promueven en la organización del trabajo y que implican la violencia y el hostigamiento por motivos de género y que terminan por desarticular y menoscabar la integridad de las trabajadoras

El valor de los grupos terapéuticos multifamiliares en la clínica con adolescentes

Aquellos profesionales que nos dedicamos a la clínica con adolescentes, nos encontramos habituados a trabajar con la familia del sujeto por el que nos consultan. En este sentido, el dispositivo de trabajo individual se acompaña de una serie de entrevistas a padres que apuntarán a producir algún movimiento en relación al sufrimiento presentado, no solo en el aquel por el aquel se produce la consulta sino en torno al grupo familiar, apuntando a promover trabajos psíquicos que han quedado obstaculizados.

Papá, quiero contarte que soy gay

José tiene 45 años: “Lo consulto porque hace dos meses mi hijo -Sebastián- de 16 años me contó que es gay y desde ese momento no puedo pensar en otra cosa y tampoco sé cómo ayudarlo.” Sebastián es su único hijo. José cuenta que se separó de Paula -la madre de aquél- cuando estaba comenzando la escuela primaria. Agrega que lo estuvo hablando con Beatriz -con quien está en pareja desde hace seis años- “Bea tiene un primo gay así que es bastante abierta con el tema... charlamos mucho con ella, pero por más que racionalmente entienda que es la elección de mi hijo, no me lo puedo sacar de la cabeza. Pienso todo el tiempo en eso, no puedo pensar en otra cosa.”

Durante los últimos años han aparecido más frecuentemente este tipo de consultas donde un padre o una madre acude a la entrevista a cuestionar su propia dificultad en aceptar a su hijo gay o hija lesbiana que a plantear querer cambiarlo/a

Cuando hay maltrato en relaciones amorosas/sexuales entre lesbianas

Notas sobre un espacio de asistencia

“Fui a [el servicio x] de atención en violencia. Cuando la psicóloga me preguntó por mi ex novia (…) y le dije que ella también era femenina -como yo- no entendía que una mujer femenina me pudiera pegar.”

“Me cuesta ir al dentista. Es acordarme de los dientes que me fue bajando G y me pone re mal.”

Cuando hablamos de maltrato entre lesbianas, las caras se desfiguran en expresiones de extrañeza “¿eso existe?” y parecen decir “ya no saben que inventar”.

Y han llegado a decir “eso no es maltrato, son dos histéricas que se agarran de los pelos.”

Entre los años 2004 y 2012, formé parte del equipo interdisciplinario del Programa Desalambrando, y luego ONG Desalambrando - Bs. As1 que fue pionero en Argentina en prevención, capacitación, asistencia e investigación sobre violencia/maltrato en relaciones sexo-erótico-afectivas entre lesbianas, y en visibilizar el papel que juegan al respecto las formas de violencia y producción de subjetividad patriarcales, heteronormativas y, en particular, lesbofóbicas. El programa tuvo como antecedente el trabajo realizado en Lesbianas a la Vista (grupo de activismo lésbico entre los años 1995 y 2001 en Bs. As.) donde se empezó a hablar del tema maltrato.

Transidentidades, transexualidades, transgéneros: Una lectura sintomática de la clínica psicoanalítica

Giros copernicanos y cierres ptolemaicos signan los procesos históricos tanto como nuestra comprensión de los seres humanos y sus malestares. En el vaivén entre movimientos de apertura y de clausura se inscriben y procesan las transformaciones en los imaginarios sociales que demandan al psiquismo nuevas exigencias de trabajo. Exigencias similares se nos imponen en la clínica para operar sobre las condiciones de sufrimiento psíquico: necesidad de deconstruir las formulaciones devenidas en dogma, desafío de remover los prejuicios infiltrados en las concepciones canónicas, ocasión de revisar nuestras intervenciones para superar los obstáculos (epistemológicos, éticos y políticos) que empobrecen el alcance de nuestra praxis.

Para quienes acompañamos a personas trans o intersex en sus análisis, no resulta infrecuente recoger los efectos de prácticas pretendidamente analíticas o psicoterapéuticas que reproducen las significaciones hegemónicas cisnormativas y heterosexistas

Salud Mental y niñez: Un contexto de tensiones, contradicciones y paradojas

A partir de la Ley Nacional de Salud Mental N°26657 y su reglamentación en el año 2013, en consonancia con la Convención Internacional de Derechos del Niño y la Ley de Protección Integral de las Niñas, Niños y Adolescentes N° 26.061, sancionada en 2005, se inició un proceso de adecuación a los estándares en materia de derechos humanos y de salud mental que obligan al Estado a asumir la responsabilidad de la ejecución de políticas públicas relativas al campo de la salud mental. Si bien era esperable que estas impulsaran la modificación y adecuación de las prácticas de atención y cuidados vigentes hacia la conformación de una red de servicios comunitarios con base territorial, diversas investigaciones realizadas en distintas provincias de nuestro país evidencian que las políticas implementadas no tuvieron un impacto significativo en el campo de la salud mental infantil, y paradojalmente muchos niños y niñas encuentran sus derechos vulnerados. Éstas también permitieron visibilizar las desigualdades en la provisión de cuidados en salud mental entre las diferentes provincias y en sus distritos (entre otros Parra, 2016; Barcala y Luciani Conde, 2015; Barcala et al., 2017ª; CELS, 2015; Faraone et al., 2013; Heredia y Barcala, 2016; Poverene, 2015; Torricelli y López, 2014).

Proliferan multiplicidad de instancias diagnósticas, pero no se brindan respuestas a sus necesidades y problemáticas

La psicofarmacología clínica en el trabajo interdisciplinario en Salud Mental

En tiempos de inmediatez generalizada, de demandas de satisfacción “aquí y ahora” y la necesidad de resolver los problemas “ya”, no es raro que la misma velocidad se aplique a dar por ciertos los mitos y prejuicios sobre los psicofármacos. Con la misma liviandad y celeridad está aquel que cree, imagina, dice que sabe, que la pastilla resolverá completamente el problema, así como el que, en sentido opuesto, está convencido que “esa porquería” no sirve para nada. Ambas posiciones en los extremos de ese espectro contribuyen al fracaso de una herramienta potencialmente útil. En el primer caso porque el apuro, la urgencia por medicar o ser medicado no suelen ser buenos consejeros y contribuyen a utilizaciones no acertadas de los fármacos y en el segundo caso quizás por el rechazo de plano y la pérdida de una oportunidad de una intervención adecuada para un sujeto en determinada situación y momento.

La psicofarmacología como disciplina es sumamente joven y pese a ello ha experimentado numerosos cambios vertiginosamente

Mi caso más triste

Agradezco a Topía la idea de relatar un caso grave, visto y tratado desde una perspectiva psicoanalítica.

El caso que hoy presento, es muy grave. No solo por su enfermedad. Tuvo una vida penosa, ligada, apresada, amarrada a un pasado de condiciones amargamente hirientes y envenenadas. Chocó con situaciones a las que no les encuentro adjetivos. No encuentro palabras lo bastante siniestras, horribles y amargas, para describir lo que vivió.

Tratar con Beto me fue muy penoso. Influyó tanto en mí que con una supervisión no fue suficiente. Tuve que recurrir a la ayuda de una psicoterapia personal 

Trabajo psicoanalítico con pacientes con cáncer de mama

En este escrito me propongo identificar algunas de las particularidades del trabajo con pacientes con cáncer de mama, las características del proceso durante la experiencia del diagnóstico, tratamiento y la recuperación, así como también desarrollar una serie de conceptos que permiten pensar y acercarse con mayor precisión a las vicisitudes del proceso analítico con dichas pacientes.

El psicoanalista entre médicos: Avatares de la interconsulta en el Hospital de Niños R. Gutierrez

El trabajo en interconsulta en salud mental en un hospital pediátrico nos confronta con la difícil tarea de transitar por situaciones clínicas muy complejas y allí donde la ciencia médica parece no alcanzar, somos convocados como psicoanalistas para trabajar con la enfermedad crónica, la muerte en la infancia y adolescencia.

Nuestro trabajo en las salas del hospital se enfrenta muchas veces con la angustia que genera lo imposible de tolerar de la enfermedad, el dolor y la muerte de un niño

Vicisitudes en la construcción de las funciones materna y paterna: repetición o acontecimiento

Tanto la maternidad como la paternidad deben ser separadas de las visicitudes biológicas.

 Por el camino de la fertilidad asistida, el espermatozoide que participe en la procreación de sus hijos, puede no ser el propio. El proceso de ser padre es de otro orden. Posiblemente es más ajustado decir, que es del orden de la cultura del deseo. Única que subvierte el mandato natural sin repetirlo en un mandato cultural. Puede ocurrir, que un varón procree hijos y sin embargo, se desentienda de ellos y no ejerza la función paterna. También puede ocurrir, que alguien considere padre a alguien sin que lo una la génesis biológica. Creo que es imprescindible diferenciar la maternidad y/o paternidad biológicas de las funciones materna y paterna.

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