Las crisis
Maxwell Jones decía en 1968 que la Comunidad Terapéutica –término puesto en boga por él- "proporciona una situación de laboratorio para experimentar con métodos que resuelven productivamente situaciones de crisis vitales".
Esa escondida, evanescente, Argentina extraña para los ojos de quien no quiere ver, da siempre que hablar. El tema que nos ocupa es la cantidad de insomnes en un pueblo del sur argentino, de la Patagonia más precisamente. Allí se detecta una epidemia de insomnio de origen desconocido. Se trata de un pueblo aislado, distante muchos kilómetros de otros pueblos también lejanos y aislados. En fin, es sabido que en la Patagonia todo es distancia, viento y enigma.
La historia del Sida nos trajo dos grandes significaciones de la enfermedad. La primera etapa lo caracterizó como una “enfermedad gay - peste rosa” y la segunda como una enfermedad de grupos de “alto riesgo”. En el marco de nuestra investigación, a partir de los resultados de la encuesta y la información obtenida en los talleres, puede afirmarse que la categoría “grupo de riesgo” continúa vigente en el imaginario de los jóvenes de ambas escuelas. Pero, a la significación que imaginariza al sida como una enfermedad debida a la “perversión sexual”, se superpone, a modo de capas geológicas, otro imaginario, el de una enfermedad debida al “exceso sexual”, como eran la sífilis y otras enfermedades venéreas.
De esta forma, vemos cómo el imaginario social produce efectos determinando las significaciones imaginarias que circulan en el universo adolescente.
Nos enfrentamos a una especie de apuesta de Pascal: supongamos lo peor y seguramente llegará; comprometámonos a luchar por la libertad y la justicia y su causa podrá avanzar.
Noam Chomsky
Todo encantamiento ha terminado: con ello el reino de la posibilidad reside por entero en nuestros comunes y potentes manos.
I Aún hoy sorprende que un hombre haya suscitado tantos odios y rechazos por haber creado un sistema de pensamiento que condena la hipocresía, la mentira y la falsedad. Es decir, que haya nombrado las máscaras que mantienen al ser humano en la esclavitud y el sometimiento.
El agente de salud no encuentra la distancia adecuada entre el sujeto y el objeto de la observación. Su corporeidad ha quedado desvitalizada en esa lucha. Sin embargo, la falta de vitalidad será una aliada para investigar qué otra sensibilidad es posible para enfocar las nuevas tareas que se le imponen.
La decencia es algo que se espera. Es algo que se supone va ocurriendo en una especie de presente continuo, cada acto, cada gesto, cada operación en la realidad, pagan, de algún modo, su tributo a la decencia. Sin embargo, no es del todo seguro que dicho impuesto sea tributado. (Para colmo, se dice, y parece cierto, que el nuestro es un país de evasores).
En febrero de este año se realizó, en Barcelona, un Coloquio1 acerca de las transformaciones en la sociedad y el psicoanálisis. Fue este un intento logrado para analizar las relaciones y los efectos que se han desarrollado entre ambos, atendiendo a las transformaciones sociales en curso que se reflejan en las modificaciones de las condiciones de vida, en los valores, los modelos y los ideales.
El objetivo de este trabajo es indagar las significaciones imaginarias que circulaban en la sociedad porteña con relación a la homosexualidad, en la primera mitad de este siglo. Para ello haré un recorrido por diferentes textos; científicos, periodísticos y literarios.
En estos "relatos" me detendré en lo que, para estos autores, era "natural", lo que decían "sin saberlo" (Aries, 1988:265), tratando a su vez, de develar las significaciones imaginarias sociales que sostenían y subyacían en sus discursos y, por lo tanto, en sus prácticas.
Los actuales referentes de la maternidad y de la paternidad nos conducen a las Nuevas Técnicas Reproductivas1 cuyos desafíos, que convierten en padres y madres a quienes no podían concebir, iluminan la marcación previa que los mitos –en tanto Referencia original y absoluta– aportaron al enlace entre gametos. Esta Referencia es la que se reconoce como fundadora de los orígenes míticos de la historia de la civilización y resguarda en sí los mitos que las culturas construyeron para explicar o enmascarar anhelos y deseos de nuestros ancestros2.
Si contextualizáramos el estado de la Salud Pública a fin de siglo en la Argentina diríamos:
Según el Banco Mundial, más de 13 millones de personas no pueden acceder a una canasta básica de bienes y servicios, quedando excluidos de la dignidad humana.
El concepto de que los pueblos que no tienen memoria están condenados a repetir su historia ya es hoy un lugar común, pero con tanta reiteración ha llegado a vaciarse de sentido. Y es aquí donde se nos presenta el problema que es motivo de este escrito: Memoria-Olvido-Transmisión. Partiendo de la postura de varios autores de que la transmisión tiene una legalidad independiente de la memoria; trataré de analizar desde varias perspectivas qué papel juega cada una de ellas en la dinámica de lo colectivo.
Cuando llegue el 2000 todo se verá de otra manera. ¿Pero será realmente diferente?
A las nuevas madres les quiero transmitir la esperanza de la lucha, los sueños de los que durante 22 años no dejamos un minuto de exigir justicia y libertad.
La conciencia política que las Madres tenemos, nos la transfundieron nuestros amados hijos.
Llegamos nosotros al 2000 sin justicia para los miles de secuestrados y desaparecidos; con una verdad firme y segura aunque parcial: la que hemos podido construir los familiares de las víctimas de la dictadura, para identificar –sobre un total aproximado de 30.000 víctimas del terrorismo de Estado– a unos pocos desaparecidos. Esto lo logramos, conviene subrayarlo, sin la ayuda de los gobiernos de turno ni de las instituciones armadas.
El tiempo es una materia esquiva, indiferente, parece exterior a nosotros y a veces hasta es bueno considerarlo así. De este modo, el tiempo sería apenas un trazado lineal que está a la espera que lo llenemos con nuestros hechos y cosas. Pero sabemos que no es ni puede ser así. El tiempo nos constituye, nos envuelve con su tensión dispersiva y nos arroja a la incertidumbre. Pero la incertidumbre no es una ausencia de conocimiento sobre lo que va a ocurrir, sino el desconocimiento de que lo que ocurre, suele privarnos de la condición de sujetos plenos.
Hacer un prospecto sobre los vínculos en sociedades urbanas complejas constituye un doble desafío: por un lado, el de intentar acompasar con el pensamiento la aceleración que nos imprimen las profundas transformaciones cognitivas y por otro, el de no sucumbir al pesimismo que se desliza en buena parte de las discursividades contemporáneas occidentales.
¡¡¡Aleluya!!! El “Cambalache” del Siglo XX nos deja, nos abandona en medio del jolgorio que significa –y con que festejamos– todo lo nuevo. Se acabaron sufrires, devaluaciones, el menemismo, los dolores de panza, deudas a pagar y a cobrar (que es lo peor), en fin, se terminaron los sufrimientos(1) como por arte de magia.
Lo patético sería que hubiéramos aniquilado lo fastuoso de un pasado vibrante y fecundo, convencidos de la superioridad de los materiales más abyectos. Olvidados el mármol, la madera, el hierro, reemplazados por acrílicos, aluminios y hojalatas, edificios que denuncian clamorosamente su provisoriedad se impondrían como paradigma de una cultura urbana radicada en la fugacidad.
El presente artículo forma parte del capítulo 11 de La alegría de lo Necesario. Las pasiones y el poder en Spinoza y Freud. Topía editorial, Buenos Aires 2007, 149 páginas. (segunda edición corregida y aumentada)
Pensar es fácil. Actuar es difícil.Actuar siguiendo el pensamiento propio es lo más difícil del mundo.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra