La llamada Masacre de Once, que dejó como saldo cientos de muertos a consecuencia del incendio perpetrado en la discoteca “República de Cromañon” durante el recital que la banda de rock “Callejeros” dió el 30 de Diciembre de 2004, ha provocado un profundísimo dolor. Asimismo, ha abierto otra oportunidad para que se expresen distintas posiciones para una antigua polémica, acerca de si en los conflictos humanos existen culpables e inocentes, o si por el contrario todos somos responsables.
"Quiero ser asesino, ser la víctima, el testigo /
el humo, la bolsa y el vino /
el viaje, el primer paso, el destino /
subir, bajar o reaccionar/
buscar salidas".
“… ¿Cómo pensar en los tiempos que vivimos? ¿Y cómo continuar pensando, en los tiempos que vivimos? ¿Existe aun alguna perspectiva desde la cual trazar el, perfil de una humanidad en continua agitación y a la vez inmóvil, instalada en la afirmación paradójica de que ya no seria posible afirmar absolutamente nada? Una humanidad en fuga, que tolera apenas el hastío de sus propias astucias, que disfraza su identidad o su vacío bajo una serie interminable de decorados, disfraces y simulacros...”
La salida de la crisis hiperinflacionaria de 1989 permitió la continuación de la concentración monopólica que había dejado inconcluso la dictadura militar. Este fue llevado adelante por el menenismo. Como parte del proyecto de vaciamiento y desguazamiento del estado y de lo sectores populares la política se hizo farándula. La frivolidad con su slogan de “pizza con champagne” hizo lo suyo en el imaginario social.
En 1998 el BM publicó un informe sobre Financiamiento y Administración de la Educación Superior (The Financing and Management of Higher Education) en el que presentó la agenda mundial de “reforma” educativa.
Este texto fue leido en el marco del II Congreso Patagónico cuyo tema fue “Lo legal y lo legítimo”. Su autor participó en el mismo como Presidente APSRA (Asociación de Psicólogos Sociales de la República Argentina)
La memoria entendida como un hecho político no remite a la inmediatez sino que aborda todos aquellos acontecimientos no inminentes y aprovechables. Vale decir: la memoria se configura por las marcas que están y que operan como testimoniantes de que un hecho existió. Así, de una manera u otra, las personas vivimos con esas fisuras, con esas marcas, pero intentamos permanentemente volcarnos al olvido. Por ello, es de significativa importancia la construcción de una memoria colectiva como mecanismo disparador que nos indica de dónde venimos para anticipar hacia donde vamos.
Hace algunos pocos años atrás mantuvimos una conversación sobre este tema, en aquel momento el sujeto olvidado era la praxis grupal y se trataba de recoger los hilos de una historia deshilachada.
La memoria humana es un instrumento maravilloso, pero falaz. Es una verdad sabida, y no sólo por los psicólogos sino por cualquiera que haya dedicado alguna atención al comportamiento de los que lo rodean, o a su propio comportamiento. Los recuerdos que en nosotros yacen no están grabados sobre piedra; no sólo tienden a borrarse con los años sino que, con frecuencia, se modifican o incluso aumentan literalmente, incorporando gacetas extrañas.
Al nacer, se verá si tiene pene y, entonces, se lo inscribirá en el Registro Civil del Estado con nombre de varón. Tendrá, identidad “masculina”.
Al nacer, se verá si tiene vagina y, entonces, se la inscribirá en el Registro Civil del Estado como mujer. Tendrá, identidad “femenina”.
Entre sus prodigiosas historias cortas, OHenry publicó sobre el final del siglo XIX uno de los mejores, esenciales y menos conocidos relatos amorosos. Una joven pareja, tan pobre como feliz, según la convención de los cuentos morales, se aproximaba silenciosamente preocupada a la fecha del aniversario de bodas. La vida de sacrificio exaltaba el vínculo, y el anhelo de regalarse sobre el fondo de la pobreza era testimonio del amor. Como emblemas del romance, el admiraba la hermosa cabellera de ella y ella el hermoso reloj sin cadena del esposo. En el intercambio de regalos del gran día, desenvuelven una cadena para el reloj y una redecilla para el pelo, pero advierten dolorosamente que para comprar sus regalos el había vendido el reloj y ella su precioso cabello. La hermosa y patética historia ejemplifica, como ninguna otra, la esencial ausencia de complementariedad del amor, el desencuentro como destino, la central escasez que Jacques Lacan había descripto, casi como lo prefigura este relato, como “dar lo que no se tiene y entregar lo que falta “.
La conferencia de Noam Chomsky en la reunión del Centro Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en La Habana, inevitablemente evocó la obra de Herbert Marcuse, sobre todo aquélla en que analiza críticamente la situación de la "sociedad industrial avanzada" (One Dimensional Man) en los años sesenta del siglo pasado. Creo de gran interés pasar revista comparativa a ciertos elementos de sus teorías, para encontrar analogías y diferencias relevantes para nuestro tiempo.
La crisis social, económica y política produce en la subjetividad diversos efectos, entre ellos, incertidumbre con relación a la dificultad de establecer nuevos horizontes en relación al rumbo del país.
“Incertidumbre que abarca todos los aspectos de la vida y en la que está inmerso el conjunto de la sociedad. Esta vivencia de incertidumbre con relación al futuro inmediato y mediato nos habita permanentemente y es producto de una adecuada evaluación de la realidad.”
“Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir.
Cuando la invasión a Irak aún prometía ser un paseo patriótico con flores y banderitas ante el paso de los tanques y alguno que otro “daño colateral” sin importancia, en el programa Periodistas, un apasionado defensor del “American way” proclamaba los riesgos de las terribles armas de Hussein y el derecho norteamericano a defender la seguridad y la libertad de todos. El personaje, inconfundible, era el comentarista de política nacional e internacional Carlos Escudé, contingentemente argentino, aunque, titularía Oliver Stone, norteamericano por naturaleza.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra