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Las Secretarias del Poder

 

Esta columna trata de la historia de dos mujeres muy distintas entre sí, que perteneciendo a dos culturas y tiempos históricos diferentes son partícipes importantes de los centros de poder. Conocen, de distinta manera, la cocina de la historia que viven. Una fue la secretaria de Hitler , Traudi Junge , la otra nuestra conocida María Julia Alsogaray , polifuncianaria del gobierno de Menem y recientemente liberada. Se trata, es suma, del poder y de las debilidades y fortalezas de cada una de ellas en el ojo   de la política de su tiempo. Una habla al final de su vida, Traudi Junge , sólo para saldar asuntos ante la inminencia de su muerte. La otra, María Julia, amenaza hablar para restablecer negociaciones con el poder.

Roberto Alemann decía que para producir efectos políticos en Argentina nada mejor que una carta de lectores en La Nación , la misma debía ser corta y contundente. María Julia Alsogaray - desde la prisión- utilizó ese recurso y salió rápidamente en libertad por esas oscuras razones que expresan la lógica de las relaciones entre los que manejan el poder en Argentina. Ergo: sobre las privatizaciones se mantiene la decisión de no investigarlas. Muchos de estos asuntos que el poder no quiere que se conozcan han terminado con asesinatos extraños o suicidios confusos, tal el caso de Marcelo Cattáneo . Lo que podría haber dado elementos para una película que denunciara los negocios espurios de la clase dirigente terminó en una muestra más de cómo los que detentan el poder pelean y se encubren.

Traudi Junge fue la secretaria de Hitler desde 1942 hasta la caída del Reich . En el año 2001, con sus memorias, dio pie a dos películas: Punto ciego: la secretaria de Hitler - documental que la tiene como protagonista- y La Caída . Traudi no se reconocía como un cuadro político del nazismo y sus explicaciones sobre la falta de información sobre las brutalidades del nazismo las basa en su ignorancia, en su juventud. Es decir vuelve a aparecer la renegación : “Yo no sabía”. Lo interesante es que la expresa una persona que estuvo durante tres años en el centro del poder hitleriano . Veintidós años tenía la muchacha cuando ingresa al servicio personal del fhürer . Desde 1927, cuando ella tenía quince años, las juventudes hitlerianas eran adoctrinadas con el precepto que ser joven era pertenecer a una idea nueva. Consignas nazis : ¡Dejad paso, viejos! ¡ Largaos viejos! “Sólo el que es eternamente joven tiene un lugar en nuestra Alemania”.

Traude afirma que era una época dónde: - Toda A lemania era nazi . Y las estimaciones, tanto del oficialismo como de la oposición de aquella época, eran que nueve de cada diez alemanes amaban al líder y - reafirmando la definición de Max Weber sobre el líder carismático- separaban su persona -ensalzada- de las críticas a las jerarquías políticas y partidarias.

Traudi era huérfana de padre. Se asume como una joven virgen en cuestiones del amor y declara lo extraordinario que le parecía que el führer se declarara único responsable de todas las decisiones. Es importante este testimonio que muestra la relación íntima que el líder nazi proponía a los alemanes. Traudi dice:“Nos liberaba de la responsabilidad”. Dentro de la propaganda nazi ese pertenecer a una idea joven necesitaba que la población quedara en una infancia dependiente y obediente - no saber que produce una forma de ceguera- a la expectativa de las órdenes del líder. La repulsa a los viejos era una de las maneras de rechazar la experiencia y la transmisión histórica.

María Julia sabe mucho. Maneja el “ tempo político”, hay un tiempo para permanecer en silencio, aún estando presa, y otro para hablar de acuerdo a ciertos códigos. Su interlocutor es el poder: multinacionales, organismos internacionales, jueces, políticos, empresarios, etc. Estos son los saben   a quién pone en peligro esa carta y por qué.

Truadi guardó sus memorias durante cincuenta años. Reconoce que en el bunker estuvo en un punto ciego donde, en verdad, no estaba el centro de decisiones. Como parte del séquito - también necesario a la definición de líder carismático de M. Weber - se imaginó, en esos días finales, parte de un suicidio colectivo. Podemos pensar que su proceso sugestivo con el líder siguió mucho más allá de la muerte de éste - durante mucho tiempo ella creyó no tener responsabilidad ninguna- y el despertar del mismo se produjo ante la revelación que había habido jóvenes como ella que murieron por oponerse al nazismo. Según su testimonio la sociedad alemana recién en los 60 comenzó hablar del nazismo. Para ella debieron pasar veinticuatro años para poder aceptar responsabilidades y consecuencias de sus actos. Entre las últimas actividades de su vida se dedicó a leerle a personas ciegas, extraordinaria situación donde identificaciones y posibles reparaciones se entrecruzan.  

A los noventa y dos años habla con la sensación de terminar su vida con cierta paz. “Creo que estoy empezando a perdonarme”, le dice a la directora de la película desde el hospital poco antes de morir.

María Julia es sin duda la mejor representante de las ideas de su padre Alvaro Alsogaray . Es con él que realiza la alianza Menem y esta hija dilecta de su padre entra dentro del gobierno como parte de un acuerdo político. María Julia garantiza la presencia de la derecha económica en el gobierno. Sabe siempre qué esta haciendo y da la cara en los medios en todos los entuertos que le toca vivir. Un cuadro político que porta apellido con orgullo. No necesita la carnadura de un líder, sabe que el poder al que responde se anida en corporaciones de múltiples cabezas que se pierden en las alturas de los rascacielos o en las bóvedas bancarias secretas y anónimas.

Traudi , en su orfandad, genera una filiación imaginaria con el líder. Pero tan real que la joven al que el amor le había sido esquivo se casa con alguien del séquito del siniestro tirano: su sirviente, con todo la proximidad que hace conocer al líder a través del que limpia su ropa y su cama. El matrimonio con alguien tan íntimo refuerza su manera de pertenecer. Afirma, por boca del líder, que: “Era el único que podía salvar a occidente de los bolcheviques”.

María Julia   no supo pelear eficazmente contra los incendios forestales del sur. Tampoco hacer algo para que los mil días de limpieza del Riachuelo tuvieran algo de verdad, aceptó hacerse cargo de esa mentira como parte de otros asuntos. Lo que la clase dirigente, es decir sus pares, saben ahora es que es capaz de incendiar los acuerdos políticos que no la incluyan. Es un personaje altamente contaminado que puede poner en peligro los negocios entre las multinacionales y el gobierno. Desde el poder se ha realizado un acuerdo, lejos de todos nosotros, en cuyo centro están los sobresueldos y los negociados de las privatizadas para que todo quede en punto ciego.

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Articulo publicado en
Agosto / 2005