El objetivo de este artículo es transmitir una experiencia clínica en la que la escritura ha tenido una función específica en el transcurso de la cura. El uso de esta herramienta resulta de suma utilidad en el trabajo con adolescentes y jóvenes que tienen dificultades para expresarse verbalmente. Asimismo, como puente entre sesión y sesión, pensando al proceso de escritura como un fenómeno transicional. Aquí me referiré específicamente al trabajo con pacientes con problemas de adicción en el último tramo del tratamiento, que es ambulatorio.
Cuando un sujeto escribe sobre una experiencia vivida, encara el armado del rompecabezas de sí mismo y de su propia historia, se enfrenta con los propios dolores y padecimientos, y con la expectativa de superarlos
Paco: Según el Observatorio de drogas se trata de una sustancia adictiva cuya composición química es predominantemente a base de cocaína alcaloide puro, muy similar al “crack.[1]
Paquito: Llámese así al consumidor de paco en jerga médico hospitalario.
Paquita: 1) Bailarina de la famosa cantante brasilera Xuxa.
La finalización del tratamiento en un grupo terapéutico (abierto) de uno de sus integrantes, nos remite inmediatamente a la elaboración de la separación/duelo no sólo de quien concluye -como sucede en los análisis individuales- sino de quienes continúan. Si bien el tema del duelo se va planteando y trabajando en ocasión de eventuales abandonos a lo largo del proceso, el alta de uno o varios integrantes permite un abordaje más sistemático.
Presentaré un dispositivo de tratamiento de las adicciones para adultos que se va adecuando de acuerdo a la peculiaridad de cada sujeto, dado que no existe una forma “única” de abordaje.
Vivimos una época en que se hacen presentes manifestaciones en la que una mayoría de seres humanos se han entregado a la desesperanza. Se expresan como si su vida hubiera perdido todo sentido. Es cierto que la vida no tiene sentido en sí misma, salvo para los creyentes que consideran que esta vida es sólo un tránsito a la verdadera vida. Esto explicaría el auge de las religiones, el florecimiento de movimientos religiosos de todo color y de corrientes místicas y sobrenaturales de todo tipo y naturaleza.
Hace ya unos años, un paciente internado por abuso de sustancias, señala el problema del target de los psicofármacos. Lo preocupaba encontrar algo más fino, que apuntara más precisamente a las voces que lo insultaban y no a él.
En efecto, la pregunta es: ¿Adónde apuntan, cuál es su diana o su target?
El primero en responder es, por supuesto, el Farmacólogo. Y responde con las coordenadas estereotáxicas bajo el brazo, con el viejo sueño del mapa. El razonamiento farmacológico es impecable: si la introducción en el organismo de una molécula artificial produce efectos sobre la actividad psíquica, entonces, tiene que estar interviniendo de algún modo en el lugar donde esa actividad psíquica se produce. Es una tarea posible entonces, con la tecnología adecuada, hacer un mapa de la actividad psíquica.
La cuestión de las adicciones atraviesa la sociedad actual. Desde el debate sobre la despenalización del consumo, los distintos planteos sobre las terapéuticas, hasta las mediáticas propuestas de una conductora televisiva de reinstaurar el servicio militar obligatorio para combatir el delito y “sacar a los chicos del paco”.
La Dirección de Prevención Social de Vicente López nace en 1985 a partir de un proyecto de Wilbur Grimson(1)(1999: 29 y sig.) y un grupo de profesionales de diversas disciplinas. Su objetivo fundacional fue desarrollar un Programa de Prevención de las Adicciones a nivel local con participación comunitaria que se fue delineando a través de cuatro áreas fundamentales: capacitación, asistencia, programas comunitarios y talleres juveniles.
El objetivo de este trabajo es relatar una experiencia clínica singular. El dispositivo ha sido construido “artesanalmente” en función de las particularidades que se nos fueron presentando y que determinaron la necesidad de adecuación del mismo al modo peculiar de hacer lazo de los consultantes. Asimismo sostenemos que la plasticidad del analista respecto de la cultura del grupo en el que ejerce su práctica es clave para que exista una posibilidad de establecimiento de la transferencia que, a su vez, lleve a producir cambios subjetivos y alivio en el sufrimiento psíquico de quienes nos consultan.
… tales son algunos de los términos que se utilizan para designar un campo de problemáticas sumamente heterogéneo. Distinguirlos, no se trata de una simple exquisitez lingüística, sino que la forma de nominar la temática y a los sujetos que sufren un problema relacionado con el uso de drogas nos habla más de quien emite el enunciado, que del enunciado mismo.
La invitación a participar con una Conferencia en un reciente Coloquio realizado sobre la obra de Jean Laplanche determinó en mí una exigencia: repensar y compartir las reflexiones que uno va haciendo sobre las transformaciones impresas a su propia práctica.
Un artículo publicado en el diario Página/12, del 15/9/04, titulado “La concentración de la pobreza” dice: “Contra todo lo que se puede suponer, el segundo cordón del conurbano bonaerense es la región más pobre del país, situación que da por tierra con las teorías de las ‘regiones inviables’ cuando se analiza el noreste y noroeste del país.
Introducción
El tema que lleva por título este trabajo se apoya principalmente en el interés que me despiertan dos hechos clínicos.
El primero proviene del psicoanálisis británico y se refiere a la importancia que Winnicott le adjudica a las paradojas en el marco de los tratamientos psicoanalíticos con determinado grupo de pacientes.
El psicoanálisis cura y, en algunas ocasiones, permite prevenir enfermedades. Esta se realiza a través del acto de palabra evitando las actuaciones y racionalizaciones que se establecen en una relación imaginaria donde el análisis se transforma en interminable. En sus primeros escritos Freud enunció que un análisis es interminable, lo que finaliza es un tratamiento.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra