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“Ciudad para vivir… sin drogas”

 

La Dirección de Prevención Social de Vicente López nace en 1985 a partir de un proyecto de Wilbur Grimson(1)(1999: 29 y sig.) y un grupo de profesionales de diversas disciplinas. Su objetivo fundacional fue desarrollar un Programa de Prevención de las Adicciones a nivel local con participación comunitaria que se fue delineando a través de cuatro áreas fundamentales: capacitación, asistencia, programas comunitarios y talleres juveniles.
En 1987, a través de una cesión de la Fiscalía de Estado de la Provincia de Buenos Aires, la institución logra tener un espacio propio: se inaugura la “Casa de la Juventud” que va logrando gradualmente una gran inserción en el municipio.
En 1995 sobreviene un punto de inflexión: el poder político realiza un cambio en la dirección de la institución. No se trata sólo de un cambio de nombres: la nueva directora ya no era profesional, ni tenía conocimientos, ni experiencia en la temática; de este modo la conducción pasa a ser un cargo meramente político partidario. No nos interesa abrir aquí la discusión sobre los aciertos o desaciertos de cada una de estas gestiones. Nos interesa señalar el gradual proceso de banalización y desvalorización de la tarea de los profesionales.
En este sentido, en diciembre de 2003, un nuevo cambio político partidario en la Dirección, inaugura el principio del fin. La flamante directora Dalmacia Francia inicia su gestión con la puesta en disponibilidad de la única psicóloga de planta del equipo de Asistencia. El motivo, “la mala onda” de la profesional, de este modo impone un modelo de gestión basado en un trípode:
1) el miedo de los trabajadores a ser despedidos(2),
2) la designación de sucesivas coordinadoras -o  “interlocutoras”-  con total ignorancia e ineptitud para ejercer la función y sin avales que comprueben la idoneidad de las mismas,
3) un proyecto institucional incoherente e inconsistente (los anteriores fueron denostados, como desgraciadamente suele suceder en nuestro país).
A principio del año 2005 se cierra la Casa (ya que el Intendente se la había “prometido” a una Fundación) y la institución se fusiona con otra: el Centro de la Niñez que tiene la misma directora. En la mudanza “se pierden” más trabajadores y el nombre. El área de “Prevención y Tratamiento de las Adicciones” desaparece del cartel de la nueva institución y es subsumido a “Juventud”. El equipo de Capacitación es disuelto y la única profesional que queda es integrada a lo que era el equipo de “Tratamiento de las Adicciones” con la consigna de que “todos tienen que hacer prevención” y “trabajo comunitario”. En ningún momento explican qué entienden por prevención o trabajo comunitario. La idea era que todos hicieran de todo y en lo posible que estuvieran en varios lugares a la vez. No importa la calidad de la tarea, importa dar la imagen de que se hace algo. Lo que llaman APS se traduce en “atención primitiva”, y no en un sistema de niveles integrados donde cada nivel tiene su especificidad.
Paradójicamente, ese mismo año se realiza la Segunda Encuesta Nacional a Estudiantes de Enseñanza Media sobre consumo de sustancias psicoactivas, que arroja los siguientes datos comparativos de los estudios de 2001 y 2005: un notable incremento en el consumo de drogas ilegales por parte de los jóvenes, la de mayor incremento en el consumo es la pasta base, con un aumento del 200%, le sigue la cocaína, con un 120%, y por último la marihuana, con el aumento del 67.6%. Como todos sabemos y esta encuesta lo confirma, la problemática del consumo en los jóvenes lejos de disminuir, se acrecienta. Esto exige que los equipos del sector público estén a la altura de la extensión y complejización de la problemática.
Sin embargo, los trabajadores del municipio con más experiencia en la temática son separados de sus funciones o no tenidos en cuenta. Como broche de oro, para salir de un apuro la conducción encarga a neófitos en la materia el slogan de la institución para el Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y del Tráfico Ilícito de Drogas: “Vicente López: ciudad para vivir... sin drogas”. Mensaje que va a contramano del pensamiento del equipo de trabajadores con experiencia en la temática y con publicaciones (incluso en la revista de la institución)(3). Allí decimos: “ubicar el problema en “las drogas” centra la discusión en un lugar equivocado, ya que omitimos ver la relación que la persona puede tener con la sustancia” (...) “para ciertos sectores es más sencillo hablar del flagelo de “la droga” que del creciente nivel de violencia y de desamparo en nuestra sociedad, ya que abordarlo desde esta otra perspectiva llevaría a hablar de políticas sociales llevadas a cabo por los Estados.” (Barzani, 2005)
La política en relación a esta problemática es clara si observamos lo que quedó de aquel programa de 1985, pero no retrocedamos tanto en el tiempo: al asumir la Sra. Dalmacia Francia el equipo de trabajadores en la temática de las adicciones contaba con 300 horas semanales incluyendo dos cargos de planta, en la actualidad quedó reducido a cinco trabajadores de salud mental entre los que se reparten un total de 70 horas semanales, y ningún cargo de planta. ¿Qué equipo que pretenda trabajar seriamente en una temática tan compleja como es la prevención y el tratamiento de las adicciones en un municipio con 275.000 habitantes puede funcionar así?
La respuesta que da el municipio a través de sus políticas es clara: “Vicente López, Ciudad para vivir... SIN drogas y SIN equipo de prevención y tratamiento de las adicciones

 

Grimson, W., Sociedad de Adictos, Planeta, Buenos Aires, 1999.

El modelo de contratación del resto de los profesionales es el de “horas taller”. Contratos “basura” rescindibles en cualquier momento a piacere del director de turno y que a partir de junio de 2007, ni siquiera contemplan la licencia por enfermedad. No profundizaré aquí este contexto, remito al lector a dos artículos: Equipo Interdisciplinario del Centro Municipal de la Mujer de Vicente López: “Un centro pionero que peligra”, Suplemento Las 12, Diario Página 12, 3 de Noviembre de 2006, http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/20-2990-2006-11-03.html y Caeiro, A.: “De Villa Freud a Villa la Rana”, Revista Topía, Nº 42, 2004 (version en internet: http://www.topia.com.ar/articulos/de-villa-freud-villa-la-rana).

Por ejemplo, Barzani, Carlos, “Adicciones y prevención”, Revista El Faro, Nº 2, Vte. López, 2005, 8-10 (hay versión en internet: http://www.isisweb.com.ar/adicciones.htm). También Revista Ensayos y Experiencias, Nº 29, Bs. As.-México, 1999, dedicado a “La construcción social del problema droga. Prevención comunitaria y función de la escuela”. Especialmente los artículos de G. Zaldúa, D. Korinfeld, A. Calabrese, y por supuesto, el de Claudia Back, Ana Simari y Corina Bisignani (integrantes del desmantelado equipo de Capacitación).

 

Carlos Alberto Barzani
Psicólogo. Integrante del Equipo de Prevención y Tratamiento de las Adicciones  de la Dirección General de Prevención Social de Vicente López
carlos.barzani [at] topia.com.ar

 
Articulo publicado en
Agosto / 2007

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