“Son revoltosos”, “no les interesa nada”, “no puedo dar la clase”, “son apáticos”. Éstas son las frases más comunes que escuchamos cuando nos acercamos a una escuela para trabajar con la comunidad educativa (directivos - docentes).
Nuestras acciones están motivadas fundamentalmente por dos vectores que confluyen, pero que no necesariamente obedecen al mismo objetivo: 1) la demanda de las escuelas y 2) la escasa concurrencia de lxs adolescentes al hospital y al centro de salud.1 Por las características de la población citada, sólo consultan por cuestiones puntuales, por ejemplo: alguna dolencia física y algunas chicas, en el mejor de los casos, para informarse sobre métodos anticonceptivos, cuando no, ante un embarazo.
Este libro presenta diversos debates, perspectivas, voces y miradas en torno al campo del erotismo y la pornografía. Raquel Osborne profundiza acerca de la complejidad que implica una supuesta diferenciación entre erotismo y pornografía poniendo de relieve que se trata de un terreno muy resbaladizo y donde los sesgos de todo tipo, tanto más se filtran, cuanta mayor es la intención de diferenciar entre estos dos conceptos. Michela Marzano llama la atención sobre la paradoja de la sociedad contemporánea que se enorgullece de su discurso sobre las relaciones íntimas, presentándolas como la expresión de un intercambio basado enteramente en la autonomía y la libertad individual y propone cuestionar el verdadero resultado de la liberación sexual. Irene Meler aborda las tendencias contemporáneas de la sexualidad desde una perspectiva que articula el enfoque de Género con el análisis de las subjetividades. Los deseos y las prácticas sexuales constituyen analizadores privilegiados del estado de las relaciones de género, donde el poder se anuda con el deseo de modo inextricable.
Continuamos esta sección de encuentros con quienes trabajan en el ámbito de la Salud Pública. Esto permite a los lectores apreciar qué es lo que efectivamente está sucediendo en el quehacer cotidiano en Salud Mental. Cómo se trabaja en algunos lugares, cuáles son las problemáticas concretas. En este caso encontraremos la tramitación de la violencia, cómo se palpa la medicalización en Salud Mental y las dificultades en el trabajo interdisciplinario e interinstitucional.
Participaron Ricardo Mauro (Lic. en Psicología y jefe de unidad), Rita Wassertheil (Lic. en Psicología y coordinadora de Adolescencia, Marisa Rubín (Lic. en Psicología y coordinadora de Adultos), Natalia Schaposnik (Lic. en psicología y coordinadora de Niños), Joaquín Tey (Lic. en Psicología y jefe de residentes), Marina González King (Psiquiatra y jefa de residentes) y Carlos Barzani (tanto como profesional de Adolescencia del Hospital y miembro del Consejo de Redacción de Topía).
Continuamos esta sección de encuentros con quienes trabajan en el ámbito de la Salud Pública. Esto permite a los lectores palpar qué es lo que efectivamente está sucediendo en el quehacer cotidiano en Salud Mental. Cómo se trabaja en algunos lugares, cuáles son las problemáticas concretas. Y en este caso particular poder vislumbrar la potencia del trabajo interdisciplinario, cuestionado por sectores de poder médico psiquiátrico en la actualidad, tal como se puede leer en la Nota de Editores de este mismo número.
Estamos a más de cuatro años de la aprobación de la Ley Nacional de Salud Mental. Una de las cuestiones básicas para poder modificar la situación es poder ver cómo efectivamente se trabaja. Esto implica cómo es la práctica y las problemáticas concretas en cada lugar. Cuáles son sus necesidades y sus dificultades. Es por eso, que desde nuestra revista queremos abordar estas cuestiones e inauguramos esta sección para dar la palabra quienes trabajan en el ámbito de la Salud Pública.
Gabriel tiene 14 años y concurre a la primera entrevista con su madre. Lo hago pasar; su madre se queda en la sala de espera con el hermano menor de 7 años. Gabriel cuenta que es oriundo de un pueblo de Paraguay y que vive hace unos cuatro meses en una habitación que alquila su madre en un barrio del conurbano bonaerense.
Habla con un ritmo muy acelerado y en voz baja y suave, esto hace que en diversas oportunidades tenga que repreguntarle. Gabriel es un joven menudo y que aparenta tener menos edad de la que tiene.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de pornografía o decimos que algo es pornográfico?
Éste es uno de esos términos o “conceptos” que hablan más del sujeto clasificador que de los objetos o sujetos que son clasificados. En este sentido la socióloga Raquel Osborne señala que existen tantas definiciones de pornografía como personas deseen proponer una, de este modo “se habla de obscenidad, erotismo, pornografía o indecencia para referirse a las mismas cosas, dependiendo de quién use estos términos." Algunas definiciones apuntan al contenido del material: toda representación - texto, imagen- de sexo explícito no simulado, destinada a ser consumida por el público. Otras más en términos funcionales: el material que apunta a estimular la fantasía con el fin de provocar reacciones corporales y emocionales de placer sexual. Hasta llegar a afirmaciones que develan el carácter polisémico y moralizante del término como la del escritor francés Alain Robbe-Grillet: “la pornografía es el erotismo de los otros”. El intento de distinguir entre “erotismo” y “pornografía” ha sido una tarea controvertida a lo largo de la historia del cine. Dependiendo del censor o el ente calificador, determinado film ha sido permitido, prohibido, censurado o calificado como “X” o “condicionado”. ¿Las películas “El imperio de los sentidos” (Nagisa Oshima), “Calígula” (Tinto Bras) y “Emanuelle” (Just Jaeckin) son eróticas o pornográficas? Hacerse esta pregunta en la actualidad puede llevarnos a una respuesta obvia; pero ¿qué habrían respondido distintos sectores sociales en la década del 70, cuando fueron estrenadas? Sin dudas, la respuesta nos lleva a darle crédito a la irónica frase que postula que la pornografía de hoy no es más que el erotismo de mañana.
“«Hay putos», escribió con sencillez espantosa Francisco López de Gómara para describir algunas costumbres que lo sorprendieron después de escuchar los relatos referidos por los viajeros del Nuevo Mundo.”3
Así comienza Osvaldo Bazán el segundo capítulo de su historia sobre la homosexualidad en la Argentina sin disimular su irritación al adjetivar el relato del historiador y clérigo autor de la Historia General de las Indias (1552). Esta narración que, según su autor, ha “trabajado por decir las cosas como pasan”, registra incansablemente la presencia del “pecado de sodomía” o “pecado nefando” en los nativos de América. El empeño de López de Gómara por “decir las cosas como pasan” nos permite discernir lo que era “natural” para él y el público para el que escribe. El clérigo no se queda solo en la descripción de “actos” o “conductas”, sino que además sustantiva y adjetiva a los protagonistas de esos comportamientos expresando una y otra vez sus juicios de valor.
“Nos presentamos al mundo como una ciudad amigable de cara al segmento gay. Sabemos que se trata de un público con buen nivel adquisitivo y cultural, con alto nivel de compras, y nos parece un interesante nicho a captar a nivel turístico.”
De esta forma se expresaba Rodrigo Herrera Bravo, director ejecutivo del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires entre 2007 y 2009 en la introducción de “BA Gay, La guía total de Buenos Aires 2008-09”. Estas palabras resultan aun más sugestivas si advertimos que la mayoría de los legisladores del partido político del que forma parte este funcionario votó en contra de la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo e incluso tuvo entre sus filas a algunos de sus más fervientes detractores como son las actuales senadora Gabriela Michetti y diputada Silvia Majdalani.
En el mes de febrero se conoció periodísticamente un fallo de la sala H de la Cámara Nacional en lo Civil en el que se condena a una psicóloga por mala praxis a causa de “no haber advertido en tiempo y forma el abuso sexual al que estaba siendo sometida una niña en tratamiento, por parte de su padre”; luego que el juez en primera instancia rechazara la demanda. Según la noticia, la profesional lo habría detectado luego de dos años de tratamiento.
Pensar el lugar del psicólogo en atención primaria de la salud no es tarea fácil, mucho menos poder llevarlo a la práctica cuando nuestra formación académica está centrada principalmente en el aspecto clínico. Es por esto que cuando somos convocados a trabajar por fuera del espacio del consultorio, aparecen más preguntas que respuestas y nos vemos enfrentados al reto de repensar nuestro lugar allí.
La finalización del tratamiento en un grupo terapéutico (abierto) de uno de sus integrantes, nos remite inmediatamente a la elaboración de la separación/duelo no sólo de quien concluye -como sucede en los análisis individuales- sino de quienes continúan. Si bien el tema del duelo se va planteando y trabajando en ocasión de eventuales abandonos a lo largo del proceso, el alta de uno o varios integrantes permite un abordaje más sistemático.
Numerosos cambios se han producido en nuestra sociedad los últimos veinte años, tomaré como analizadores dos hechos que se relacionan con el enfoque referido a la diversidad sexual, dos momentos que involucran a la institución donde me formé como psicólogo, la Facultad de Psicología de la UBA.
El día 1 de julio la revista Topía estuvo presente en el evento organizado por la FALGBT en el salón “Eva Perón” del Senado de la Nación con el fin de apoyar la aprobación de la Ley de matrimonio para personas del mismo sexo. Allí estuvieron presentes investigadores del Conicet, psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras y profesionales de diversas disciplinas e instituciones explicando y argumentando los motivos por los cuales resulta un avance en la salud mental de nuestra sociedad.
Presentaré un dispositivo de tratamiento de las adicciones para adultos que se va adecuando de acuerdo a la peculiaridad de cada sujeto, dado que no existe una forma “única” de abordaje.
En Agosto de 2007 salió publicado en el Nº 50 de la Revista Topía el artículo “Ciudad para vivir... sin drogas”. Allí relataba el desmantelamiento progresivo de la Dirección de Prevención Social, una institución pionera en el trabajo sobre la problemática de las adicciones. Fue creada por Wilbur “Dicky” Grimson en 1985 en el municipio de Vicente López, Provincia de Buenos Aires, cuyo intendente es Enrique “el japonés” García desde 1987.
En los últimos años se habla cada vez con mayor asiduidad de las así llamadas “nuevas sexualidades”, ¿qué se quiere significar con tal denominación?, ¿se trata de cambios profundos en la sexualidad de esta época o sólo de nuevos modos de presentación? Recordemos que ya en 1905, Freud postula en sus “Tres ensayos de teoría sexual” que la pulsión sexual no viene abrochada a ningún objeto adecuado para su satisfacción y que incluso, ni siquiera el interés sexual del hombre por la mujer es algo obvio, sino un problema que requiere esclarecimiento.
La cuestión de las adicciones atraviesa la sociedad actual. Desde el debate sobre la despenalización del consumo, los distintos planteos sobre las terapéuticas, hasta las mediáticas propuestas de una conductora televisiva de reinstaurar el servicio militar obligatorio para combatir el delito y “sacar a los chicos del paco”.
El concepto de “ocio represivo” fue desarrollado por Juan José Sebreli a fines de los años ’60 en el libro Mar del Plata, el ocio represivo. Sebreli nació en Buenos Aires en 1930. Es sociólogo, historiador y crítico literario argentino. Su trayectoria intelectual se inicia con el existencialismo sartreano para luego pasar por el marxismo y llegar a sus posiciones actuales de apoyo al liberalismo. Participó en las revistas culturales Sur y Contorno.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra