Cuando recibimos chicos que no juegan, solemos verificar que en realidad se trata de familias que no juegan las que tenemos frente nuestro. Y es por eso que los tratamientos que incluyen un espacio para los chicos y otro para los padres suelen funcionar mejor. Me interesa aquí la óptica de lo familiar, porque cuando no se incluye algún modo de pensar el jugar en nuestra visión clínica de conjunto, se suele ver psicopatológicamente lo que es un potencial juego que para desarrollarse necesita ser reconocido y recibido por un otro. El pensar a nivel de las familias abre otras perspectivas clínicas.
¿Qué clase de niño fue Edipo? ¿Fue el inclemente, el perverso (polimorfo) que mató a su padre y se acostó con su madre, guiado por un deseo ciego e irrefrenable y por una agresividad sin límites? ¿O fue un niño nacido en un hogar que lo esperaba con temor, con un designio terrible, un hogar sin las condiciones básicas de criar un niño? Un niño no amado, ¿no deseado?, al que se lo castiga, se lo atrofia (no olvidemos sus pies hinchados) en el afán de liberarse de él, por un temor irracional.
Al igual que las familias de padres y madres heterosexuales, las familias de madres lesbianas y de padres gays constituyen un grupo diverso. Sin embargo, a diferencia de las familias heterosexuales, los padres gays, las madres lesbianas y sus hijos/as sufren las consecuencias de los prejuicios contra la homosexualidad, lo cual les vale a menudo el rechazo de jueces, legisladores, profesionales y de la opinión pública en general. Así, por ejemplo, llegan a perder la custodia de sus hijos/as, se les imponen restricciones en el régimen de visitas o incluso, la prohibición de adoptar. Las reacciones negativas frente a la paternidad gay y a la maternidad lésbica son comunes tanto en la población en general como en los/as psicólogos/as. Tal como sucede con otros grupos estigmatizados, los mitos sobre lesbianas y gays no se basan en las experiencias reales de las personas, sino que son transmitidos culturalmente. El objetivo de esta síntesis de los resultados de las últimas investigaciones sobre padres gays, madres lesbianas y sus hijos/as, es entonces, el de contrastar los mitos difundidos con datos empíricos y contribuir de este modo a mejorar los efectos negativos de los prejuicios existentes.
Los próximos relatos corresponden a situaciones actuales de niños en relación con la sexualidad.
1) En una escuela pública de la ciudad de Buenos Aires Lucas, de 4 años, llega al jardín y saca de la mochila un consolador que apoya sobre la mesa en la ronda con sus compañeros. Al preguntarle la maestra qué es, responde: “Es un juguete de mi mamá.”
La maestra se lo pide para guardarlo y entregárselo a la madre. A la salida se lo da a la mamá y ésta expresa: “¡No sé de dónde lo sacó! ¡No entiendo!”
Una niña le exige a su madre que saque fotos de lo que está haciendo una amiga, como no lo hace, ella toma su celular y no cesa de disparar desde varios ángulos. La madre trata de oponerse diciendo que con mirar alcanza y sobra. La niña culmina con dos selfies: la primera con su amiga y la última ella sola. Cuando concluye quiere volver a casa pronto para que las tomas sean subidas a su Facebook. La madre, ya un poco molesta, le dice que no quiere llegar a casa y tener que estar horas discutiendo para que apague la computadora.
Como en algunas películas de suspenso, empezaremos por el final. A pesar de toda la producción y la documentación científica, de los consensos internacionales, de la reglamentación de la ley nacional de salud mental, de la existencia de la ley 448 (CABA) de la indiscutible reivindicación de los derechos humanos de los pacientes, de la innegable importancia de los programas comunitarios, en el 2012 se desmanteló en la Ciudad de Buenos Aires un programa de atención comunitaria destinado a niños/as y adolescentes con trastornos mentales severos (PAC, GCABA) perteneciente a la Dirección Adjunta de Salud Mental y con sede en el Centro de Salud Mental Nro. 1. Dicho programa que había comenzado en el 2007, asentaba su trabajo sobre la promoción de los derechos del niño, niña y adolescente (NNyA). El PAC puso énfasis en una mayor inserción social de esos NNyA a partir de una mirada integral e intersectorial que tomara en cuenta la multidimensionalidad de los determinantes sociales de la salud. Para ello fundó su trabajo en la interdisciplinariedad, la Intersectorialidad, la territorialidad, y la integralidad. Centrarse en esa perspectiva de derechos ha incluido accionar tanto en la accesibilidad, como en la equidad en la atención en salud, trabajar en la coordinación y la continuidad del proceso salud/enfermedad/atención, logrando una mejora en la efectividad de los cuidados.
Con la intención de observar algunos aspectos de la actual niñez digital, la nacida dentro de la sociedad del espectáculo, bucearemos en la historia de la infancia. En leyendas, mitos, religión y relatos históricos podemos ver cómo los niños fueron realzados o ignorados en diversos períodos históricos. Nos servirán para comprender lo que promueve la sociedad del espectáculo, ver cómo el entramado de entretenimiento, por vía de la imagen, y el control social va modificando lo que entendemos por infancia.
Exposición realizada en la mesa redonda organizada por la revista Topía: “Una batalla cultural en el campo de la salud Mental. La psiquiatrización de la subjetividad.” Participaron Alicia Stolkiner, Beatriz Janin, Alberto Sava y Enrique Carpintero
Luego de 35 años del golpe de estado, este año algunas cuestiones clínicas relacionadas con la adolescencia y las formas en que en ella puede ser leído o cercenado el dolor tomaron la forma de algunas reflexiones que quiero compartir con el lector en esta oportunidad.
Para comenzar, tres pequeños relatos de la clínica actual con niños y adolescentes vinculados a la sexualidad, que me han impactado y que me han provocado dudas acerca de cómo posicionarme y cómo intervenir como analista.
Claudio de 12 años es sorprendido en casa de sus tíos, con sus primos Mariano de 10 y Gabriel de 12, mientras le chupaba el pito a éste.
Las ideas de 1) abandono del niño remite a alguien que abandona, es decir, un sujeto activo que produce un abandono de otra persona; existe entonces un sujeto abandonante. Por otra parte encontramos 2) el niño abandonado, sujeto de abandono que se caracteriza por la pasivizacion conductual: no puede hacer otra cosa como no sea dejarse abandonar (si exceptuamos el marasmo que conduce a la muerte). Ambas ideas de abandono se conjugan alternando dos niveles de análisis.
Desde hace unas décadas, un conjunto de situaciones vividas en las escuelas ha pasado a ser definido como expresión de la denominada violencia escolar. Los medios masivos de comunicación y los expertos -a veces utilizando los mismos medios; otras veces, como parte de publicaciones académicas y culturales- han jugado un rol fundamental en la instalación de la violencia escolarcomo prioridad entre los problemas educativos que se estudian y debaten.
Si hay algo que está cambiando en nuestro tiempo, es la sexualidad de los adultos y los niños. La represión que operaba sobre la genitalidad de los adultos, hoy se ha aflojado y podríamos preguntarnos qué efectos esto ha producido en la sexualidad infantil.
La idea de que un consumo elevado va acompañado de conservadurismo político es propia, no sólo de ciertos sectores de la izquierda norteamericana, sino del sentido común. Ese sentido común superficial y pre-científico puede definirse como “pobrismo” y tiene más de cristiano que de socialista. Si fuera cierta la proposición inversa, cuanto más pobre más revolucionario, en Haití habría doce octubres por año.
Los hechos de la Semana Trágica
podrían haberse evitado
“haciendo desaparecer uno por uno a los cabecillas, sin ningún arresto legal”.
General Luis Dellepiane, 1919
El propósito de este trabajo es presentar una modalidad de tratamiento psicoterapéutico en niños con Déficit Atencional.
Dicha modalidad fue instrumentada a posterior de la derivación realizada, en primera instancia por instituciones escolares y, en segundo lugar por el Neurólogo, quién confirmaba dicho diagnóstico.
Desde la dictadura militar del 76 se profundizó en la Argentina un modelo económico que provocó la acentuación de las diferencias sociales, con aumento de la miseria y gran pauperización de la clase media.
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra