Perspectivas y debates desde las ciencias sociales en Argentina y el sur de América Latina. Silvia Faraone y Eugenia Bianchi (compiladoras) / Flavia Torricelli y Ana Silvia Valero (coladoradoras) (Ed. Teseo, 2018. 436 páginas. )
Transcribimos a continuación el Prefacio del libro.
Durante la última mitad del siglo pasado afloró en Estados Unidos el diagnóstico de lo que ahora llamamos “trastorno por déficit de atención e hiperactividad” (TDAH). En los primeros tiempos tuvo una variedad de nombres, que incluían “disfunción cerebral mínima”, “hiperkinesia” y “síndrome hiperactivo de la infancia”. A fines de la década de 1980, el término “trastorno por déficit de atención e hiperactividad” fue adoptado oficialmente en el Manual de Diagnóstico y Estadísticas de los Trastornos Mentales (DSM-III) de la Asociación Americana de Psiquiatría. Un diagnóstico paralelo, con criterios más restringidos, se incluyó en la CIE-9 de la Organización Mundial de la Salud, como trastorno hiperkinético (HKD). Los signos del trastorno incluían hiperactividad, falta de atención e impulsividad. Hasta la década de 1990, el TDAH (y el HKD) era un diagnóstico predominantemente de América del Norte. Se considera que en 2000, aproximadamente el 7% de los niños de Estados Unidos fueron diagnosticados con ese trastorno, mientras que en otros países la tasa -cuando ésta era medida- era de menos de la mitad de esa cifra. En años recientes, se realizaron estudios que estiman que la prevalencia del TDAH es de entre el 5% y el 7% de la población. Si bien las estimaciones basadas en la investigación se sustentan en una amplia gama de estudios, los críticos cuestionan la validez de esas cifras.
Como en algunas películas de suspenso, empezaremos por el final. A pesar de toda la producción y la documentación científica, de los consensos internacionales, de la reglamentación de la ley nacional de salud mental, de la existencia de la ley 448 (CABA) de la indiscutible reivindicación de los derechos humanos de los pacientes, de la innegable importancia de los programas comunitarios, en el 2012 se desmanteló en la Ciudad de Buenos Aires un programa de atención comunitaria destinado a niños/as y adolescentes con trastornos mentales severos (PAC, GCABA) perteneciente a la Dirección Adjunta de Salud Mental y con sede en el Centro de Salud Mental Nro. 1. Dicho programa que había comenzado en el 2007, asentaba su trabajo sobre la promoción de los derechos del niño, niña y adolescente (NNyA). El PAC puso énfasis en una mayor inserción social de esos NNyA a partir de una mirada integral e intersectorial que tomara en cuenta la multidimensionalidad de los determinantes sociales de la salud. Para ello fundó su trabajo en la interdisciplinariedad, la Intersectorialidad, la territorialidad, y la integralidad. Centrarse en esa perspectiva de derechos ha incluido accionar tanto en la accesibilidad, como en la equidad en la atención en salud, trabajar en la coordinación y la continuidad del proceso salud/enfermedad/atención, logrando una mejora en la efectividad de los cuidados.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra