Es significativo que de las siete tragedias que se conservan, de las ciento veintitrés, que escribió Sófocles, sólo tres o cuatro hayan tenido cierta divulgación: Edipo Rey (muy especialmente), Edipo en Colona, Antígona, Electra. Las tres restantes: Ayax o Ayante según las traducciones, Las Traquinianas o las Traquinias y Filoctetes son motivo de estudio, sólo de especialistas.
La impronta del mito de Edipo en toda nuestra cultura ha sido considerable. Aceptado, cuestionado, permanentemente se vuelve a él. Cada crítica refutada hace imperdonable una nueva.
De acuerdo con el psicoanalista norteamericano Robert J. Stoller, en cuyas ideas me voy a basar para mi argumentación, la perversión es el resultadode un interjuego esencial entre la hostilidad y el deseo sexual. A grosso modo, esta definición hace acercar la visión psicoanalítica de la perversión a una noción corriente de la misma. Sin llegar a convertirlas necesariamente en coincidentes, el autor demuestra que la perversión, en la acepción psicoanalítica, implica en elementos hostiles tal como el uso corriente del término tiene por asentado.
Una mañana de enero, mientras nadaba en la pileta, fui abordado por un señor de unos ochenta años. Me contó que le preocupaba saber si conseguiría un control remoto de repuesto para su televisor, ya que el suyo se había roto y no tendría sentido gastarse en arreglarlo. Acto seguido, el hombre viró el timón en dirección a su nieto de siete años, que esa misma tarde llegaría al aeropuerto desde Pinamar, con sus padres.
Este texto corresponde a un capítulo del libro El erotismo y su sombra. El amor como potencia de ser.[1] Allí tratamos de responder al reto que tiene el psicoanálisis para dar cuenta conceptual de nuestra época. Esto nos lleva a rescatar nociones que definen la particularidad de su práctica; pero también, modificar otras a partir de los nuevos paradigmas de nuestra época. Esta propone nuevos procesos de subjetivación que ponen en cuestionamiento la sexualidad heteronormativa y patriarcal. En este sentido vivimos en un momento de transición donde el patriarcado sigue siendo la estructura familiar dominante pese a que han surgido nuevas formas de familia que ha provocado su crisis: monoparentales, monoparentales extendidas, homoparentales, unipersonales, familias ensambladas, etc. Por otro lado, las teorías e investigaciones ligadas al género y la sexualidad, la importancia de la imagen en la construcción de subjetividad plantean nuevos desarrollos en la teoría.
Un grupo de psicoanalistas freudianos de diferentes países apelan a renunciar a la abstinencia política y reformar la formación psicoanalítica. Los miembros de la Revista Topía adhieren a esta convocatoria.
“Los buenos deseos me vienen particularmente bien, puesto que han lanzado a todos los espíritus maléficos contra mi. Afortunadamente los conozco desde muy atrás y, por tanto, me inspiran escaso temor” S. Freud (1913)
Joseph Breuer y Sigmund Freud desbordaron el marco de la perspectiva técnica, científico-natural de la medicina de su época, en tanto no denigraron los extraños fenómenos histéricos (padecimientos somáticos sin sustrato orgánico), catalogándolos como simulaciones. Muy por el contrario, pusieron a sus pacientes en valor(prominentemente, Bertha von Pappenheim y Anna von Lieben), considerándolos como aliados y como proveedores de conocimiento. En suma, entablaron un verdadero diálogo con aquellos. Freud se transformó de un científico del objeto a uno del sujeto. Avanzó hacia una posición crítica de las instituciones -erigidas por la historia individual y social- esto es, desentrañó la esencia engañosa de lo pretendidamente natural. El Psicoanálisis se volvió Ciencia Social a raíz del hallazgo que el poder avasallador de las producciones neuróticas (o religiones privadas) del individuo -apabullado por la cultura de la domesticación- se funda en el olvido o en la represión de la propia historia, de nuestras propias invenciones. Lo mismo vale para el poder de las instituciones culturales del tipo de las religiones colectivas.
Desde mi egreso de la universidad hasta la actualidad, me he preguntado por el lugar del psicoanálisis en la salud pública -de igual modo que por la relación entre individuo y sociedad-. La respuesta a esta pregunta termina de anudarse a partir de mi viaje de rotación a Paris[1], bajo la siguiente sorpresa: la pregunta acerca de si es posible un psicoanálisis en salud mental no tiene demasiado sentido de ser respondida, sino que su sentido sólo se alcanza al de-construirla. Es decir, al plantearse una especie de arqueología del saber en esa pregunta. Y esto me lleva hacia la encrucijada en la cual nace el psicoanálisis, y que es la práctica liberal. Cada vez que vemos la frase "Psicoanálisis y Salud Mental", vemos condensarse en esa "y" una revolución, la francesa, que deja por separado al psicoanálisis respecto de la revelación de los movimientos de la Salud Mental de que todo acto clínico es en última instancia un acto político. Sin embargo encuentro que el índice de que el liberalismo ya se encuentra allí jugado, como tercero, es que aún hoy el psicoanálisis participa de la ilusión de que se podría estar al margen de la sociedad, ubicando su mito de nacimiento en un por-fuera-de la cultura. Es esto lo que llamo "Teoría de la Marginalidad del Psicoanálisis", la cual tiene efectos que es preciso reconocer.
La música es más que sonidos y silencios. La mejor comprobación es poder explorar la relación de la música con el erotismo. En ese entrecruzamiento no quedarán dudas que la música va más allá del fenómeno auditivo. Si la música es mucho más que lo sonoro significante, el erotismo es mucho más que la sexualidad. El erotismo implica la transgresión de un interdicto y de las normas establecidas. Para Bataille, “lo que está en juego en el erotismo es siempre una disolución de las formas constituidas." Por eso, el erotismo es transgresor, aspira a la libertad, busca lo nuevo y permite ampliar los límites de la propia subjetividad.
El Seminario II se caracteriza por un espectacular movimiento de erección de lo simbólico. Como se sabe, esta operación se efectúa en el teórico Lacan atravesando, superando diversas objeciones que le son presentadas por los interlocutores psicoanalistas u otros y tienden a relativizar el carácter incisivo de la supremacía de la autonomía de lo simbólico como tal. Lo que asombró primero al oyente y luego al lector es el estilo en el que se desarrolla esta transcendentización de lo simbólico.
Para empezar, haré dos observaciones acerca del título de la mesa redonda: "El padre en la cultura".
Primero: en el campo social, el psicoanálisis se articula con las demás figuras que asume el "padre". Por un lado están los roles sociales del padre, por el otro sus figuras psicoanalíticas. Se ubican sobre dos planos diferentes, pero ambos necesariamente están unidos y además son históricos.
Del lado de la historia de los padres, el retroceso de la autoridad patriarcal por vía legal, iniciado en el siglo XVII, no ha dejado de hacerse más marcado. Asistimos, en el derecho, la justicia, el trabajo social, los servicios a la primera infancia, al avance de las cuestiones que conciernen a la implicación del padre en los cuidados y en el desarrollo psíquico: un rol paterno muy diferente a las atribuciones del pater familias.
Como vimos anteriormente Freud fue el primero que saco la sexualidad de los determinantes biológicos para señalar la contingencia del objeto sexual. La sexualidad es una construcción histórica.
Pero a mediados del Siglo XX aparece un nuevo concepto que complementa esta perspectiva freudiana: el concepto de género. Este surgió en la década de los sesenta. Se empleó para destacar un acontecimiento hasta entonces no valorado: existía algo fuera del sexo biológico que determinaba la identidad y el comportamiento de lo masculino y femenino
La importancia que tiene para la mujer embarazada y su pareja realizar un trabajo de preparación para el parto no es ninguna novedad. Sin embargo es interesante que les destaque que esta tarea se ha enriquecido con enfoques que amplían y brindan nuevas posibilidades a cada pareja.
Más de tres décadas de trabajo con mujeres embarazadas, con sus parejas, en las salas de pre-partos y partos me permitió estudiar en profundidad los distintos métodos de Psicoprofilaxis.
Es común que en estos curso se enseñen técnicas de relajación a partir de uso conciente de la respiración
En diversas publicaciones recientes se ha resaltado la necesidad de la revisión de las bases y las prácticas del psicoanálisis a la luz de los tiempos que corren. En diarios, revistas y en libros diversos autores, desde enfoques particulares, se ven llevados a reformular concepciones y prácticas para poder estar a la altura de las complejidades que plantea el padecimiento subjetivo.
Dunne asegura que en la muerte aprenderemos el manejo feliz de la eternidad.
Recobraremos todos los instantes de nuestra vida y los combinaremos como nos plazca.
J. L. Borges.
Sumado a ser más rápidos, más fuertes, más ricos, más hermosos y más exitosos, la posmodernidad también nos propone ser más saludables. La enfermedad, el desfallecimiento físico, la perdida de las aptitudes del cuerpo, pierden su carácter contingente para convertirse en una suerte de cálculo de “factores de riesgo” o de “conductas saludables”.
Nadie ama la música. Amamos músicas que nos marcaron, experiencias vitales intersubjetivas. Vivencias que nos atravesaron hasta los huesos. Este amor no surge de escuchar armónicas combinaciones de sonidos y silencios. Nace de experiencias que dejan huellas. Y queremos volver a encontrarlas. Una y otra vez. En distintas situaciones. Algunos enamoramientos caen en poco tiempo y otros se convierten en amores perdurables. Por eso tenemos diferentes relaciones con algunas músicas. El amor es singular y tan potente como complejo.
1. Algunas disquisiciones acerca del hecho de que las pioneras en psicoanálisis infantil hayan sido en su mayoría mujeres
A lo largo de todo nuestro recorrido hasta 1969 -y podrían extenderse nuestras consideraciones a 1972- podemos ubicar un movimiento relativamente regular y “ascendente” en cuanto a la consideración de que sólo las madres tenían que encargarse de la crianza del niño. De un modo vacilante e incluso muchas veces contradictorio, encontramos a las psicoanalistas rechazando y/o valorando alternativamente el saber de las madres respecto a la crianza de los hijos.
Lo que resulta curioso es que en ningún caso hemos encontrado argumentaciones respecto al origen del cual extraen las mujeres ese saber. Queda por tanto hipotetizar desde dos vertientes fundamentales:
- una adjudicación implícita de un saber de tipo biológico, genético, ligado al sexo femenino.
- el otorgamiento de un “saber atávico”, que se da en una transmisión de tipo cultural, pero que circularía por una especie de “vía secreta” de lo femenino.
El presente trabajo se enmarca dentro del grupo de investigación “Cien años de discurso psicopatológico en Córdoba” dirigido por Juan Argañaraz (UNC) Ya en otros grupos habíamos rastreado las conexiones entre las obras de Freud y Marx en Córdoba, pero no habíamos abordado en profundidad uno de los libros cruciales en nuestra ciudad acerca de esta articulación: Psicología: ideología y ciencia, editado en 1975 por Siglo XXI (México) Allí se construye un riguroso intento de enlace entre la teorías freudiana y discursos de corte marxista. Este libro, es producto de las enseñanzas de sus autores en la cátedra de Psicología General en la Escuela de Psicología (UNC) entre 1973 y 1974.
Enrique Pichón Rivière era transgresor, espontáneo, paradojal, él señalaba los absurdos, rompía los clichés, incluía lo dramático en sus análisis de la realidad.
Por el contrario, el pensamiento que hoy circula de Pichón, es un Pichón formal, de frases ortodoxas, con clichés razonables, reaseguradores, su pensamiento perdió lo desconcertante, aquello que abre una perspectiva nueva, esa temática dramática que extraía de lo que estaba sucediendo y nos angustiaba en ese momento.
Tomando esto como un hecho, decimos: por algo será.
Si no tengo que decir las notas, lo puedo cantar con solturaPaola, cuando buscábamos una escritura para su canto.
Tomo un instante apenas de nuestros encuentros con Paola como pretexto para dar cuenta de cómo algunos conceptos definidos en otras disciplinas me han permitido otra manera de interrogarme acerca de mis prácticas.
Michel Tort es un psicoanalista francés. Es profesor en la Universidad de París VII. Entre sus textos se destacan los libros El cociente intelectual (1981) y El fin del dogma paterno (2008). A lo largo de su obra Tort ha criticado al establishment psicoanalítico francés, que con sus posturas se ha aliado a los sectores más reaccionarios. Con argumentos pseudopsicoanalíticos se han opuestos a cambios sociales tales como el matrimonio igualitario o la adopción por parte de parejas homosexuales.
El 30 de mayo de 2008 fallecía Fernando Ulloa. Parece mentira que hace ya cinco años que no está físicamente con nosotros. Es que la potencia de sus ideas, sus intervenciones, su creatividad siguen atravesándonos. Es por ello que publicamos este texto que permite “volver a Ulloa , a su producción de inteligencia y instar en seguir apropiándonos de su legado. Y seguir avanzando por los caminos que nos enseñó.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra