La crisis política y social había llevado a la realización de golpes militares que interrumpieron los gobiernos de Arturo Frondizi (1958-1962) y de Arturo Illia (1963-1966), los cuales habían ganado debido a la proscripción del peronismo1 Las huelgas y manifestaciones obreras y estudiantiles fueron una constante en la lucha por reivindicaciones políticas y sociales.
Mientras la sociedad empezaba a sentir los efectos de una política económica que disminuía su nivel de vida, la clase media se sentía desalojada de un espacio de ascenso social como era la Universidad. La idea “cientificista” - como se la denominaba en esa época- dejaba paso a un cuestionamiento de las teorías hegemónicas como el funcionalismo sociológico, el conductismo y el psicoanálisis kleiniano.
Nuestros ciudadanos eran como todos, absortos en ellos mismos. En otras palabras, eran humanistas, no creían en las plagas. Una plaga no está hecha a la medida del hombre. Por lo tanto, el hombre se dice a sí mismo que la plaga es irreal, un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan, y los humanistas en primer lugar, porque no tomaron precauciones.
La humanidad aparece cuando el sexo se transforma en sexualidad regulado mediante el tabú del incesto y la subjetividad se constituye en el pasaje del instinto a la pulsión y de ésta al deseo. De esta manera la sexualidad esta sometida a la cultura que, en cada período histórico, controla el carácter transgresor del deseo erótico mediante mecanismos de dominación que modulan el deseo y crea subjetividades.
Quiero trasmitir una experiencia -ya olvidada en sus detalles- que me ocurrió hace ya muchos años. Desde ella podremos reflexionar acerca de las manifestaciones de la locura y su relación con las instituciones de Salud Mental.
Cursaba los primeros años de la carrera y trabajaba en el PAMI (cuando esta institución se iniciaba en los años setenta). En esa época conceptos como psicosis, locura, marginación, poder psiquiátrico y manicomio me parecían fáciles de entender aunque todavía estaban alejados de mi experiencia personal. Una circunstancia permitió que conociera por primera vez “los agrios soplos de la locura”.
(Caminando por la calle observé el cartel de una propaganda de alfajores. Un dibujo mostraba un enorme alfajor mordido que simulaba una gran boca mientras al lado la figura de una persona lo mira sorprendida. En un costado un epígrafe decía: “A ver quién come a quién”. Lo que se quería señalar es que el alfajor en cuestión era tan extraordinario que lo elije a uno para comerlo. Es decir, uno no come un alfajor es este quién lo come a uno. Evidentemente podríamos trasladar esta situación a la mayoría de los productos que se ofertan en el mercado del actual desarrollo capitalista.)
El alma y el cuerpo son un solo y mismo individuo, al que se concibe ya bajo el atributo del Pensamiento ya bajo el atributo de la Extensión.
Baruch Spinoza, Ética
Los tiempos que corren producen una subjetividad sometida en la ilusión de la utopía de la felicidad privada. La vida en comunidad se deja de lado al celebrar el individualismo como máximo referente posible. La exaltación del Yo y el narcisismo se elogian como un logro desde una perspectiva postmoderna. Uno de sus referentes, Gilles Lipovetski, llega a reivindicar el “fin del homo politicus y el advenimiento del homo psicológico que sólo cree en el bienestar”.
Hemos visto el círculo más elevado de poderes en espiral.Le hemos puesto de nombre a este círculo Dios. Podríamoshaberle puesto cualquier otro nombre que quisiéramos: Abismo,Misterio, Oscuridad Absoluta, Luz Absoluta, Materia, Espíritu, Esperanza Última, Desesperanza Última, Silencio. Pero no olvidar jamás, somos nosotros quienes le ponemos el nombre.
Nikos Kazanzakis
Llegamos al número 50 de nuestra revista. Esto nos lleva a recordar el número 1 que publicamos en mayo de 1991. El título del Dossier fue marcando nuestra historia: “El psicoanálisis en la crisis de nuestra cultura”.
En el 2007 se produce un hecho histórico: es la primera vez en la historia de la humanidad que viven más habitantes en las grandes ciudades que en zonas rurales. Sin embargo cada día se hace más difícil vivir en la ciudad del capitalismo mundializado. Paul Virilio habla de la ciudad pánico. La fragmentación social que aparece en el desarrollo urbano muestra espacialmente lo que se inscribe simbólicamente en la subjetividad de aquéllos que la habitan. Desde el poder se genera esta violencia simbólica que enmarca nuestra identidad y legitima nuestras conductas en la afirmación individual no como una posible autonomía, sino como un yo hermético, sin fronteras, en cuyo espacio no entra nadie más y su cumplimiento es el encierro narcisista. En estas circunstancias el yo-soporte es dominado porlas pulsiones destructivas y autodestructivas produciendo los síntomas característicos de nuestra época
Enrique Carpintero
La película Comunidad de locos de Ana Cutuli que vimos ayer muestra como, luego de 30 años, el sistema manicomial en la Argentina sigue igual. Es decir, no existe una política desde el poder que lleve a modificar el sistema manicomial. Los cambios que se han realizado y se siguen realizando dependen de la iniciativa de profesionales sin que puedan plasmarse en una política del campo de la Salud Mental que beneficie a la mayoría de la población. Brevemente voy a desarrollar como fue tratada la locura en diferentes períodos históricos en nuestro país hasta llegar a la actualidad.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) es un organismo que trata los casos de violaciones de Derechos Humanos que no tuvieron resolución en los países de origen. A ella llegan alrededor de 2000 casos al año, de los cuales la Corte analiza y decide tratar 4 ó 5 por año. El objetivo de los juicios que llegan a la Corte es que sean ejemplificadores y las sentencias normalmente tienen un contenido que recomienda o exige un cambio en la política.
¿En qué consiste la felicidad? ¿En obtener dinero para comprar todos los objetos que nos ofrece la publicidad? ¿En llegar al paraíso? ¿En el éxito, la belleza, el amor, la salud? ¿En conseguir todos los placeres? En todas las épocas la felicidad es una idea construida desde el poder de la cultura dominante. En la Edad Media el cristianismo la remite a “otro lugar” después de la muerte que denomina el “Paraíso”. Durante muchos siglos no hubo ninguna apología cristiana de la felicidad en la tierra.
Para los 150 años del nacimiento de Freud decidimos hacerle una entrevista a Fernando Ulloa, quien desde hace tiempo trabaja en distintas situaciones clínicas y con la numerosidad social. Varias preguntas hicimos y otras quedaron en el camino tratando de pensar cómo el psicoanálisis, en vez de repetirse pueda recordar y elaborar para estar a la altura de las demandas que nos plantea la actualidad de nuestra cultura.
Escribir sobre un tema necesariamente lleva a un recorte que implica al autor. Este artículo no es una excepción. En este sentido, al referirnos al 150º aniversario del nacimiento de Freud, queremos señalar algunos aspectos de su vida que consideramos necesarios para la actualidad de una obra que sigue abierta a nuevas interpretaciones y desarrollos.
Como afirmábamos en anteriores editoriales el poder no se agota en los aparatos de funcionamiento del Estado, los partidos políticos y los grupos económicos sino fundamentalmente se encuentra en cómo se relacionan los sujetos en la sociedad. En este sentido la fortaleza del poder no está solamente afuera ya que también la encontramos en nosotros mismos organizando nuestra subjetividad en identidades adecuadas a las formas de las clases dominantes. Por ello, como plantea León Rozitchner,
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra