*: el uso del asterisco esta implementado para evitar usar el genérico masculino. La @ tampoco es conveniente en estos términos, ya que implica una derogada dualidad genérica y además es difícil leer por programas utilizados por personas ciegas o ambliopes...
El libro Diálogos, que Vicente Zito Lema publicó recientemente en la editorial Topía, nos presenta, evocados desde el afecto, la experiencia vivida de diferentes encuentros con algunos de nuestros grandes maestros: Fijman, Pichon Rivière, Ulloa y Rozitchner. La evocación quizá sea el método más adecuado para esta tarea de ausentar sus ausencias, haciendo aparecer lo que de ellos quedó ahora en nosotros: esa presencia que nos falta pero actualizamos en el afecto.
El sufrimiento de los trabajadores a través de la alienación y la consecuente deshumanización en el capitalismo es algo que ya Marx señalaba desde sus primeros textos, como el fragmento de los Manuscritos económico-filosóficos de 1844 que transcribimos a continuación. A esto sumamos la visión de Christophe Dejours de cómo este padecimiento se ve incrementado en la etapa actual del capitalismo. Esto nos permite ver cuál es el costo subjetivo de integrarnos a esta sociedad, lo que en cada época suele ser naturalizado. Y precisamos develar.
Los debates promovidos en un amplio circuito académico y mediático acerca de las virtudes que la tecnología del Siglo XXI nos deparan para estos tiempos, se presenta, las más de las veces, despojado de las determinaciones políticas, sociales y culturales que dicho enfoque merece.
La editorial Topía ha publicado el libro de Cristophe Dejours Trabajo Vivo, Tomo I- Sexualidad y trabajo y Tomo II- Trabajo yemancipación. Este texto es un fragmento que corresponde al Tomo I. Christophe Dejours es un psiquiatra y psicoanalista, profesor del Conservatorio Nacional de Artes y Oficios y director del Laboratorio de Psicología del Trabajo en Francia.
El 29 de mayo de 2003 ocurrió, en el Museo Nacional de Bellas Artes de la Ciudad de Buenos Aires, un hecho muy comentado por los diarios. Mientras circulaban por las diferentes salas más de mil personas fue robada una escultura de Rodín ubicada en la sala de planta baja, frente a los baños, protegida por una campana de seguridad y cámaras de vigilancia. Tres meses después un cartonero la vendió a una anticuaria por cincuenta pesos. La obra, valuada en 10.000 dólares, fue nuevamente entregada a las autoridades del museo sin que nunca se supiera quiénes la habían robado.
Pocas palabras se usan tanto, dicen tan poco y, aún así, son centrales al pensar hoy la vida social. Acabemos con la corrupción claman Carrió, los “indignados” europeos o las voces del FMI. De significado incierto, se lo asocia con la coima, pero es mucho más. Abarca desde un tipo de delito puntual a una práctica social generalizada. Desde la mácula regia de los funcionarios del Estado a lo que la opinión pública defina que sea. Además, se insiste en que siempre la hubo, hay y habrá; y en toda sociedad. Verdades que la historia avala pero no nos eximen de pensarla hoy.
“¿El deporte es sinónimo de salud? Mentira. Una hipocresía. El deporte profesional no es sano, no es limpio y, como todo trabajo, estropea el cuerpo, la salud” [1] y [2].
Este artículo se publicó en revista Def-ghi, Nº 4, pp. X-X.
Con la caída del Muro de Berlín -el “día después del fin del siglo XX”[1]- la ilusión de un sistema unificado vino a reemplazar la certera realidad de un mundo bipolar.
En diciembre de 2010, un conjunto de habitantes de villas porteñas ocupó el Parque Indoamericano de la ciudad de Buenos Aires. La memoria podrá jugarnos, a escasos meses de lo ocurrido, alguna mala pasada para recordar los detalles que se sucedieron en esos fatídicos días; lo que resulta imposible olvidar es al Jefe de gobierno porteño responsabilizando a la “inmigración desenfrenada” de un rosario de males que aquejan a la ciudad.
Según una de las versiones del mito, Prometeo descendía de una antigua generación de Dioses que habían sido destronados por Zeus. Era hijo de Titán y de Asia, él sabia que en la tierra reposaba la simiente de los cielos, por eso recogió arcilla, la mojo con sus lagrimas y las amasó, formando con ella varias imágenes semejantes a los dioses, los Humanos. Fue así que surgieron, según la leyenda, los primeros seres humanos, que poblaron la tierra. Prometeo entonces se aproximo a sus criaturas y les enseño a subyugar a los animales y usarlos como auxiliares en el trabajo.
Agradezco la invitación[2] porque me interesa compartir con Uds. algunos debates que considero de actualidad en torno a la subjetividad sexuada y la clínica psicoanalítica.
En ese sentido, agradezco que me permitan acercarles los aportes en los que puede colaborar la articulación entre los Psicoanálisis y los Estudios de género a varios de los desafíos que se nos presenta en la clínica psicoanalítica en la actualidad.
Hay muchas cuestiones políticas, sociales y económicas que caracterizan estos 20 años. Pero la creación de los muros capitalistas da cuenta de las particularidades de nuestra época. Hablamos de los muros visibles y los muros invisibles. De los muros donde, hoy no son para que la gente no salga de sus murallas, sino para que no entren. De los muros que el poder inscribe en nuestra subjetividad para separarnos de los otros y encerrarnos en nosotros mismos. En este sentido podemos decir -tal como se planteó en una presentación- que si tenemos que buscar una preocupación que caracterizó a nuestra revista fue tratar de encontrar respuestas posibles a la pregunta ¿Cómo encontramos aquello que nos mantenía unidos? Es decir, ¿cómo atravesar esos muros que nos separan de los otros y, en definitiva de uno mismo?
Es imposible, al menos para mí, sino abarcar, por lo menos esbozar los principales ejes de un tema tan complejo, novedoso y carente de experiencia acumulada comprobable, como el que nos convoca, en 20 minutos. Intentaré entonces, al menos, situar algunos de los que llamaré mitos centrales que circulan en torno de la cuestión de las nuevas tecnologías. Mitos que organizan distintos discursos, en especial en el mundo autodefinido psicoanalítico, aunque también en prácticas sociales más amplias. En esta dirección, el término mito será entendido como conjunto de creencias más o menos falsas sostenidas en planos de verosimilitud compartidos que organizan un territorio de ideas y prácticas a las que les brindan consistencia social. Es una definición que está más cerca de su tradición semántica en tanto mentira o engaño.
Me da mucha alegría y una enorme emoción compartir con ustedes esta fiesta por los veinte años de Topia.
Durante las dos últimas décadas Topía se instaló como un referente. Con la Revista, primero y luego con la editorial, con la producción de videos, con el sitio en Internet, con los concursos de ensayos, Topía se convirtió en un hervidero, en una colmena en permanente producción, en un espacio que resistió al colapso simbólico, al arrasamiento del pensamiento, a esa devastadora onda expansiva que en el campo de la cultura impuso la reconversión neoliberal de la economía mundial.
El Patriarcado puede ser considerado como un sistema, y en tanto tal, tiende a reestructurarse a través de las mutaciones social-históricas, manteniendo sus características básicas. Esta denominación que proviene del campo histórico, ha sido reflotada por el feminismo académico de la década del ’70 (Firestone, S; 1970; Millett, K; 1975; Delphy, Ch; 1980), para referirse a lo que, más adelante Pierre Bourdieu (1998) caracterizó como “la dominación masculina”.
Hace ya unos cuantos años, en mi trabajo dentro del manicomio, intuía que un paciente es mucho más que su diagnóstico. Eran “una esquizofrenia”, “una paranoia”, “una epilepsia”. Me parecían simples etiquetas para certificar una historia sin fin. Con dicha marca se justificaba lo injustificable: largas internaciones que poco tenían de terapéuticas. Estos argumentos, sean psiquiátricos o psicoanalíticos, eran coartadas para encubrir la defensa de un sistema manicomial.
Con este trabajo me propongo reflexionar a partir de tres situaciones clínicas que me jaquearon como psicoterapeuta.
El espacio de la consulta, es, de algún modo, un observatorio de las mutaciones de la sociedad, de los cambios en las formas de subjetivación. Tenemos el privilegio de escuchar jóvenes que están en un margen de la sociedad. Lo que les ocurra, tendrá mucha relevancia en sus vidas, y en la sociedad como conjunto.
Llegamos al número 57 y nos preparamos para celebrar el próximo año los 20 años de nuestra revista. Por ello quisimos reproducir una nueva versión del artículo “El giro del psicoanálisis” (Topia en la Clínica, año IV, Nº 5, mayo de 2001) donde puntualizamos algunas cuestiones sobre la actualidad del psicoanálisis que han sido los temas desde los cuales venimos reflexionado.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra