Artículos escritos por Cristián Sucksdorf | Topía

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Cristián Sucksdorf

Cada uno para sí mismo, y el capital contra todos (nueve notas para un materialismo visceral)

Interrogarnos sobre la potencia de lo colectivo es indudablemente preguntar también por esa constelación que tiene su vértice en la palabra poder. Pero “poder” no solo se dice en muchos sentidos, sino que señala además los polos de una contradicción. En primer lugar, el poder nos lleva a algo que podríamos definir como “ser capaces de”; entonces, aquello que podemos es idéntico a nuestra potencia. Y lo que un individuo puede, aquello de lo que es capaz, no es algo aislado. Su capacidad de hacer no se circunscribe a los límites de su cuerpo, sino que debemos inscribir ese poder en el incesante intercambio con los demás cuerpos, tanto sus contemporáneos como las generaciones muertas.

Lo que un individuo puede, aquello de lo que es capaz, no es algo aislado. Su capacidad de hacer no se circunscribe a los límites de su cuerpo, sino que debemos inscribir ese poder en el incesante intercambio con los demás cuerpos, tanto sus contemporáneos como las generaciones muertas

Y todo es del Otro. Categoría y poder

Un famoso fragmento de A través del espejo hace patente por su absurdo cierta inevitable y cotidiana relación entre el poder y la significación. El diálogo es el siguiente:

Cuando yo uso una palabra -insistió Humpty Dumpty (…)- quiere decir lo que yo quiero que diga…, ni más ni menos.

-La cuestión -insistió Alicia- es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.

-La cuestión -zanjó Humpty Dumpty- es saber quién es el que manda…

Pero supondremos que de este lado del espejo las cosas -algo más impersonales- suceden de un modo análogo, aunque no respecto del significado de las palabras sino de las categorías que ordenan nuestro pensamiento y nuestros actos. Al menos cuando no hay un esfuerzo crítico que nos prepara para evitarlo. Y esta es, precisamente, la suerte de la categoría el “Otro”. Qué esté en mayúscula y en singular hacen fácilmente comprensible que tal categoría no señala a un existente identificable. Nadie duda que existen los otros, los demás, todos aquellos con quienes puedo relacionarme, pero nada podría identificar en el mundo que sea el Otro.

La reflexión que intentan estas páginas es la del sentido político que el uso acrítico de la categoría el Otro supone en nuestra actualidad

Pequeña historia de las ventanas

(interiores y exteriores de la subjetividad moderna)

¿Acaso la subjetividad no es también como una sombra, que se evapora ante la luz que quiere comprenderla? Si partimos del nivel inmediato de la vivencia, encontraremos que nuestra subjetividad nos es ya siempre dada. “Hacemos cuerpo” con ella. Pero basta que nos preguntemos por sus determinaciones para que en el acto se convierta en una cosa. Se cristalice como algo que está ahí, delante nuestro, incluso adentro nuestro; pero por lo mismo, algo que ya no somos. Nuestro “ser sujeto “se convierte en objeto. Por eso interrogarnos sobre nuestra subjetividad precisa un método que no sea otra cosa que un rodeo. Una iluminación lateral que la haga comprensible en su oscuridad originaria.

Espejos Rotos

Lo vivido y lo representable del sujeto
León Rozitchner
Reimut Reiche
Esther Díaz
Juan Carlos Volnovich
Cristián Sucksdorf (compilador)

LIBRO EN OFERTA DURANTE EL MES DE NOVIEMBRE

Introducción de Cristián Sucksdorf

El sujeto en cuestión

¿Qué es el Hombre? En esta obstinada pregunta Kant veía condensarse las tres cuestiones fundamentales de la filosofía: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me es permitido esperar? La metafísica, la moral y la religión, que respectivamente respondían a cada una de estas cuestiones, dibujarían en su confluencia una antropología: cada una de ellas sería al mismo tiempo una respuesta (aunque parcial) a la pregunta por el ser del “Hombre”. Y se soñó entonces que con esta antropología se había edificado su morada definitiva.

La vida secreta de los símbolos

Los nombres grandes de la literatura, las famas universales, viven en la historia a través de los símbolos que les fue dado crear o de aquéllos con los que han sabido toparse. Al menos así se explica Borges la llamativa falta de un sitio para Quevedo en el parnaso universal. Quevedo no habría dado con un símbolo “que se apodere de la imaginación de la gente”;1 en cambio los otros, los eternos, tendrían, cada uno de ellos, sus símbolos: “Homero tiene a Príamo, que besa las homicidas manos de Aquiles; Sófocles tiene un rey que descifra enigmas y a quien los hados harán descifrar el horror de su propio destino; (…) Dante, los nueve círculos del infierno y la Rosa; Shakespeare, sus orbes de violencia y música; Cervantes, el afortunado vaivén de Sancho y de Quijote”. Borges mismo, acaso, se ahonda para nosotros infinitamente en esa llanura amarillenta y dilatada de su biblioteca ciega.

Las dos muertes del Rey

“Luchamos contra el rey para defender al Rey”. Este grito de guerra que los puritanos ingleses levantaron en el siglo XVII contra el rey Carlos I fue quizás la expresión más acabada de la constelación de ideas políticas que condensaba la revolución inglesa. A la misma constelación pertenecían las resoluciones del parlamento de mayo de 1642, que en nombre del rey Carlos I reclutaban un ejército para combatir al mismo rey, al que finalmente vencieron y ejecutaron. ¿Pero cómo es posible que se haya ejecutado al rey en su propio nombre y no en el de un poder de distinto origen?

¿Y si el Papa fuera una mujer?

“Bienvenida al mundo-machista”. Así tituló la versión online del célebre semanario alemán Der Spiegel (31/01/14) la participación de la titular del Ministerio de Defensa de Alemania, Ursula von der Leyen, en la conferencia de seguridad de Múnich. Y agregaba expectante: “Una mujer con mando en el machista cosmos militar es algo aún inexplorado”. Pero esta novedad no aparece, por decirlo con palabras célebres, como un rayo caído de un cielo sereno: Angela Merkel, una mujer también, dirige desde hace casi una década ese país. Y por no ser menos: entre nosotros Nilda Garré ya había mandado en ese cosmos machista desde 2005 hasta 2010. Tampoco puede olvidarse que desde hace tiempo muchas mujeres ocupan los más altos cargos políticos; apenas mirando al costado encontramos a Dilma Rouseff o a Michelle Bachelet, y todavía más cerca a Cristina Fernández, hoy sin duda la figura más relevante de la política nacional.

De la estupidez

Estupidizarse por experiencia

Elías Canetti

La verdad está en el asesino

La muerte de los hombres infames -la de aquéllos cuyos nombres se pudren antes de morir- no suele ser particularmente significativa. La de un genocida exonerado, por ejemplo, puede incluso parecer más trivial que cualquier otra, acaso porque muestra hasta qué punto en nada modifica ya ese destino de muerte que fue su vida. Y quizá sea por esto que no hablaremos aquí de la muerte banal de Videla, sino de algo que ocurrió dos días antes.

Actualidad de El Fetichismo de la Mercancía

Compilador: Enrique Carpintero
Karl Marx
Eduardo Grüner
Pablo Rieznik
Néstor Kohan
Oscar Sotolano
Cristián Sucksdorf
Enrique Carpintero

El concepto de “Fetichismo de la mercancía” elaborado por Marx en El capital adquiere una gran importancia social y política en tanto la lógica de capital se opone a la lógica social. Es decir la lógica del capital pone lo social a su servicio cuyos efectos podemos observar en una subjetividad construida en la disolución del tejido social y ecológico. De allí la necesidad de la diferentes lecturas que se realizan en este texto.

La coherencia de un mundo en contradicción

“Ya nadie se escandaliza.” Estas palabras que un vencido André Bretón había confesado, en la década del 60 y poco antes de su muerte, a su amigo Luis Buñuel, quizás sean hoy más ciertas que nunca. No nos referimos aquí al fatigado paso de las vanguardias estéticas ni al envejecimiento prematuro de lo nuevo, sino simplemente a la indiferencia ante las contradicciones. Pongamos por caso tres noticias de los últimos días: 

El sujeto y la contra-violencia

El libro Diálogos, que Vicente Zito Lema publicó recientemente en la editorial Topía, nos presenta, evocados desde el afecto, la experiencia vivida de diferentes encuentros con algunos de nuestros grandes maestros: Fijman, Pichon Rivière, Ulloa y Rozitchner. La evocación quizá sea el método más adecuado para esta tarea de ausentar sus ausencias, haciendo aparecer lo que de ellos quedó ahora en nosotros: esa presencia que nos falta pero actualizamos en el afecto.

Pintar con palabras

León Rozitchner falleció el 4 de septiembre de 2011. Dejó una vasta obra publicada, pero también algunos libros sin editar. En este primer aniversario decidimos publicar un adelanto de un libro inédito de próxima aparición. Su producción siempre estuvo signada por esa fuerza y energía que transmitía. Y aquí tenemos nuevo encuentro con su apasionado pensamiento.

 

Introducción

 

Presentación del libro Materialismo ensoñado de León Rozitchner

No cabe duda que los textos que componen este libro antes que nada nos deslumbran por su rara belleza. Pero esto no es algo tan sencillo como parece, porque la costumbre dicta que el discurso que se ocupa de la belleza sea el discurso poético. No hablamos de prosa o verso -es claro- sino de aquello a lo que aspira cada tipo de discurso. Lo poético en su sentido más amplio estaría constituido por aquellos discursos cuya obstinación última es eso que llamamos belleza. El ámbito de lo que un tanto oscuramente solemos llamar “filosofía” se ocuparía en cambio de la verdad.

Sade y las desventuras de la moral

Y la moral, que pasaba por ese sitio,

 sin presagiar que tenía en esas páginas

 incandescentes un enérgico defensor,

lo vio dirigirse con paso firme y recto

hacia los rincones oscuros

y las fibras secretas de las conciencias.

Cantos de Maldoror, Lautréamont

 

 

I

Claro como el agua

La frase es clara como el agua. Mueve inmediatamente a un acuerdo programático: el cuidado de la vida humana tiene prioridad ética sobre cualquier otro, incluso sobre el de la flora y la fauna. La frase a la que nos referimos -parte del discurso de nuestra Presidenta en la apertura del Congreso- dice así: “Es muy loable cuidar la fauna y la flora, pero primero hay que cuidar a la especie humana: que tenga trabajo, que tenga agua, que tenga casa.”[1].

Para una crítica del heroísmo. Política y representación

Inconsciente y política

Hace ya mucho tiempo que Freud nos ha obligado a sospechar que la conciencia no puede dar cuenta de la pureza de su origen; que ella también viene al mundo inter faeces et urinam; y que el barón de Münchhausen mentía. Hace algún tiempo también que en estas pampas León Rozitchner puso de cabeza -o paró sobre sus pies- a von Clausewitz, mostrándonos la guerra como el bajo continuo de la política.

El temor a ser tocado

Masa y subjetividad
Cristián Sucksdorf
Tapa del libro

Edicion Impresa

$ 17.900,00

Introducción a libro

 

Un texto imprescindible para entender los fenómenos de masa y su relación con la subjetividad. Es decir, como se construye el lazo libidinal donde el “yo” esta en el “nosotros”. Para ello el autor parte dos textos: Masa y poder de E. Canetti y Psicología de las masas y análisis del yo de S. Freud. Desde aquí abre el campo de su reflexión a partir del pensamiento de León Rozitchner, en especial su obra La Cosa y la Cruz.  Este espacio tiene que ver con la materialidad misma de la subjetividad, con la historicidad arcaica del propio cuerpo.

 

El síntoma y la reja

(a propósito de la articulación entre marxismo y psicoanálisis)

Partamos de una advertencia sobre la dificultad de superar la censura en el fundamento del discurso teórico:

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Octavo Concurso de Ensayo Breve Topía