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Este es el listado de notas de los blogs

Luna lectora

Cuando una de las hormigas negras la mordió en su pierna izquierda, la niña la reconvino con severidad. Le advirtió en su lenguaje todavía no del todo desarrollado, que de ninguna manera quería decir que no tuviera notables matices, que no estaba bien lo que la columna de trabajadores estaba haciendo. Caminando en puntas de pies iba señalando a la última mordedora y con sus pequeños dedos le indicó a ella, como a toda la indiferente fila de hormigas, que era la tercera vez que esto ocurría.

Los necrós

Es muy difícil para el ciudadano  común conocer los objetivos de la comunidad necró, dado que ellos han sabido camuflarse muy bien entre nosotros. Los necró se vanaglorian de aprovechar las crisis humanas, moverse astutamente en ellas para sacarles provecho, saben que en catástrofes como la presente se reproducen exponencialmente. Son orgullosos miembros de una logia exclusiva donde: “pertenecer tiene sus privilegios”, vienen de nosotros pero desde muy chiquitos se diferencian y separan, creen que lo suyo no tiene precio y que todo lo demás lo hace el dinero.

La familia en-red-ada 2

En el barrio de Almagro, Magdalena vive en el noveno piso, en un departamento pequeño y coqueto, desde el que puede disfrutar los árboles y pájaros de la plaza. No descuidó la protección de ventanas con mosquitero, por la posible invasión de insectos, salvo la abertura de la ventanita vaivén del baño.
Ella se fue acostumbrando a vivir sola después de enviudar hace cuatro años, llegando a disfrutar de los beneficios de la independencia antes nunca experimentada.

La familia en-red-ada 1

 

Elena se encuentra frente a la caja haciendo el pago de la tarjeta, disgustada por la deuda que queda pendiente. Gastos generosos de fin de año y el receso del verano a la vista; se pregunta cómo enfrentarán el próximo pago.

Suena el celular, su hija, Gabriela la de quince. Registra la llamada pero no la atiende, termina el trámite y sale rápidamente del banco, para responderle.

Cosa de pájaros

Mi consultorio está en un quinto piso a unas dos cuadras del Parque Independencia. Tiene una ventana bastante grande que da a calle Alvear, hacia el este, y otra, más pequeña, que mira hacia el oeste y desde la cual se puede espiar un rectángulo de parque. Emergiendo de entre el follaje de las tipas y los pinos, una o dos torres de iluminación de la cancha de Newells Old Boys perforan sin misericordia ese encanto verde que acaricia el cielo.

D10S

Hay que decirlo sin temores, sin esconder la vida pulsional del barrio bajo la alfombra, esa que late en cada uno de nosotros pero que va más allá del cuerpo de cada vecino, se trata de lo que somos, en definitiva, como grupo humano. No pretendemos ser lo mejor de la ciudad, tampoco los que sobresalen por su creatividad o su empuje especial ante situaciones críticas u originales.

Mirando la foto en la calle Corrientes

   --Amiga, yo le cuido el auto, quédese tranquila—y seguía indicándome con énfasis como arrimar no desperdiciando espacio. Terminó con un ceremonioso saludo sacándose la gorra.
   No bajé, esperando una amiga con quien encontrarme, el cuidador se acercó. 
   --Vaya tranquila, hace seis años que estoy aquí, me autorizó el juez y la policía. Si quiere me da algo cuando se va.

El Colorado

       El colorado                                                                                   Norma B. López

 

El peligro acecha

Adela y Aurora, hermanas, ambas octogenarias, viven en un amplio departamento del segundo piso de uno de los antiguos edificios que quedan en el barrio del Abasto.
Lo estrenaron sus abuelos, allá por 1910, y ellas tienen como misión fundamental en la vida garantizar que la única descendiente directa herede los valores familiares representados por este hogar con todos sus objetos.

El saco

Pasé mi vida tratando de adivinar cómo era mi papá. Cuando era chico jugaba al basketball y me lo imaginaba  ahí mirándome. Me rompía todo por meter pelotas en la canasta, para que él estuviera contento. Lo veía, alentándome.

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