Elena se encuentra frente a la caja haciendo el pago de la tarjeta, disgustada por la deuda que queda pendiente. Gastos generosos de fin de año y el receso del verano a la vista; se pregunta cómo enfrentarán el próximo pago.
Suena el celular, su hija, Gabriela la de quince. Registra la llamada pero no la atiende, termina el trámite y sale rápidamente del banco, para responderle.