Esa escondida, evanescente, Argentina extraña para los ojos de quien no quiere ver, da siempre que hablar. El tema que nos ocupa es la cantidad de insomnes que en un pueblo del sur argentino, de la Patagonia más precisamente. Allí se detecta una epidemia de insomnio de origen desconocido. Se trata de un pueblo aislado, distante muchos kilómetros de otros pueblos también lejanos y aislados. En fin es sabido que en la Patagonia todo es distancia, viento y enigma.
Hemos visto un grupo de jovenes argentinos que parten a España a integrar el ejercito español, los humoristas graficos ya han hecho lo suyo sobre el tema: por ejemplo pensar en que son futbolistas fracasados, otros, ironicamente, comparar a estos argentinos con San Martin.
La formacion de nuestros compatriotas en España debe tener en cuenta muy especiamente la materia: Nunca le pegues un palazo a un gaita. Materia de nivel uno pero filtro en la carrera iniciada, el cadete debe comprender de entrada que las ilustres cabezas de los gaitas no han sido hechas para ser golpeadas por bizarros sudacas.
No hay duda que esta migracion de jovenes argentinos que van a estudiar estas nobles materias, mas otras no mencionadas pero no por ello menos importantes por ejemplo: El policia malo y el policia bueno, materia psicologica si las hay. Alli en un incesante juego de intercambio de roles le permiten al cadete o cadeta hacer de angel o demonio de acuerdo a lugares y circunstancia.
La expectativa emigratoria que hace de estos jovenes argentinos cadetes del ejercito, de los carabineros y/o de cualquier otra fuerza de seguridad española despierta interes nacional. La vueltas de las migraciones hicieron que muchos habitantes de estas pampas se acunaran y pasaran su vida universitaria cantando canciones de la guerra civil, asi recordamos la piel de gallina de aquella: "cuando querra el dios del cielo/ que la tortilla se vuelva( que los pobres coman pan/ que los pobres coman pan y los ricos... mierda...
La noche se despeñó perfumada sobre los tejados húmedos de la ciudad. Santiago la acompañó hasta la puerta de la casa, era como la una de la mañana. El lugar estaba desierto.
Una situación cotidiana en la clínica psicoanalítica es que el paciente deposita en su analista cierto poder, quizás, con la secreta esperanza de retirarlo en un lapso razonable y que ese poder haya devengado suculentos intereses. Si esto así ocurriese, es posible que el paciente deposite cada vez más y más poder, con la secreta esperanza de ser, al cabo de un tiempo, él también más poderoso.
Sentados en el piso del consultorio inspiramos profundamente. Nos sentamos en la posición de Buda y nos ubicamos en el lugar del Padre, la Madre y el espíritu non-sancto. Cerramos los ojos. Dejamos de lado por un momento las fuentes de displacer: los kilos de más, la subocupación, las arrugas, en fin, nos tomamos vacaciones de nosotros mismos. Dejamos fluir la libido y nuestras fantasías hacia un estado nirvánico.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra