Un grupo de psicoanalistas freudianos de diferentes países apelan a renunciar a la abstinencia política y reformar la formación psicoanalítica. Los miembros de la Revista Topía adhieren a esta convocatoria.
“Los buenos deseos me vienen particularmente bien, puesto que han lanzado a todos los espíritus maléficos contra mi. Afortunadamente los conozco desde muy atrás y, por tanto, me inspiran escaso temor” S. Freud (1913)
Joseph Breuer y Sigmund Freud desbordaron el marco de la perspectiva técnica, científico-natural de la medicina de su época, en tanto no denigraron los extraños fenómenos histéricos (padecimientos somáticos sin sustrato orgánico), catalogándolos como simulaciones. Muy por el contrario, pusieron a sus pacientes en valor(prominentemente, Bertha von Pappenheim y Anna von Lieben), considerándolos como aliados y como proveedores de conocimiento. En suma, entablaron un verdadero diálogo con aquellos. Freud se transformó de un científico del objeto a uno del sujeto. Avanzó hacia una posición crítica de las instituciones -erigidas por la historia individual y social- esto es, desentrañó la esencia engañosa de lo pretendidamente natural. El Psicoanálisis se volvió Ciencia Social a raíz del hallazgo que el poder avasallador de las producciones neuróticas (o religiones privadas) del individuo -apabullado por la cultura de la domesticación- se funda en el olvido o en la represión de la propia historia, de nuestras propias invenciones. Lo mismo vale para el poder de las instituciones culturales del tipo de las religiones colectivas.
El Jurado compuesto por Janine Puget, Juan Carlos Volnovich, Vicente Zito Lema, Miguel Benasayag y Enrique Carpintero al tomar en cuenta la pertinencia de los temas abordados, la manera original y bien fundamentada del enfoque y la escritura han otorgado el primer premio por unanimidad y las menciones por mayoría de votos.
Los debates promovidos en un amplio circuito académico y mediático acerca de las virtudes que la tecnología del Siglo XXI nos deparan para estos tiempos, se presenta, las más de las veces, despojado de las determinaciones políticas, sociales y culturales que dicho enfoque merece.
El domingo 3 de mayo, en el marco de la Feria del Libro de Buenos Aires, con una sala llena, Enrique Carpintero, Juan Carlos Volnovich y León Rozitchner presentaron A la izquierda de Freud de Alejandro Vainer (compilador),Enrique Guinsberg, Enrique Carpintero, Fernando Fabris, Mabel Inés Falcón, Raúl Páramo Ortega, Ángel Rodríguez Kauth, Juan Carlos Volnovich, Silvia Werthein y Vicente Zito Lema.
A continuación transcribimos las emotivas palabras de Juan Carlos Volnovich.
El libro A la izquierda de Freud publicado recientemente por Topía se presenta en sociedad con un título que provocativamente obliga a cualquier individuo que se referencie con el campo del (o los) psicoanálisis y el marxismo a sumergirse en su interior. El contexto particularísimo de su aparición agrega una pizca de sabor a la consulta: el cuadro mundial de derrumbe capitalista por un lado, y los desafíos que se presentan cotidianamente en la clínica psicoanalítica vinculados con los padecimientos subjetivos (este último factor indudablemente vinculado con el primero).
Esta serie de autores olvidados del psicoanálisis incluye a un autor prácticamente desconocido por las nuevas generaciones. Tal como dice Guinsberg, el menos conocido de ese trío inicial de la izquierda freudiana formado por Reich, Fenichel y Bernfeld.
Sin embargo, la fertilidad de sus aportes se encuentran en tres niveles: el entrecruzamiento entre Marx y Freud; sus ideas sobre el psicoanálisis y la educación; y sus críticas sobre la formación en las instituciones psicoanalíticas. Todos temas que, por su actualidad, merecen ser recuperados y revisados críticamente a la luz de nuestros tiempos.
Otto Fenichel nace en Viena en 1897 dentro de una familia judía acomodada. La atmósfera cultural fue, como se sabe de la Viena de aquel entonces altamente favorable. La única respuesta digna frente al antisemitismo reinante es la rebelión. Fenichel representa junto con Siegfried Bernfeld (1892-1935) y Wilhelm Reich (1897-1957) el primer y mas serio intento de conciliar orgánicamente el marxismo y el psicoanálisis freudiano1. Todos ellos judíos emigrante que huían de la barbarie nazi. Todos, políglotas al igual que Freud.
Las preguntas sobre lo obvio encienden los caminos del pensamiento.
¿Por qué hace muchos años que cualquiera que sea psicoanalista y a la vez marxista es señalado como Freudomarxista, con su derivado bastardo, psicobolche?1
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra