Las mujeres y el amor
Enero en Buenos Aires, ¿si? Todo el mundo de vacaciones, ¿si? Estás esperando para ver si cazás algún mango para pirar, irte de la city, ¿si? Domingo lluvioso, ¿si? Antes del mate, ¿si? Facturas no, por el tema del puto colesterol, ¿si? Es decir, olvidáte del dulce de leche, ¿si? Entonces qué mejor que leer el diario, ¿si? Vas a la puerta a buscarlo, ¿si? Parecés medio guerrillero dado que abrís la puerta medio desnudo, ¿si? Te acomodás en el sillón, ¿si? Cazás La Nación, ¿si? Sos ordenado, ¿si? Metódico, ¿si? Vas separando las secciones sin todavía mirar los titulares, hay que tener una manera de hacer las cosas, ¿si? Te tirás en el sillón, pensando que buen día para estar haciendo el amor, todo el tiempo, ¿si? Manso abrís el diario y ahí empiezan los no. Las decepciones. Las preguntas por la vida. Las dificultades existenciales. El interrogante más cómodo, más barato, para decirlo así, es preguntarte si no era mejor tener Pagina 12 o Clarín, por lo menos, pero vos estas con La Nación y esto no tiene remedio. Leíste los titulares de tapa, ya estás acomodado en el amplio y confortable sillón pero la cosa no es tan fácil. Ganó San Lorenzo, vas fenómeno, te imaginas, pero ... eso de que siempre hay un pero, ¿si? bajáste a la derecha del diario, en el rincón, bien abajo, seguíme y lo vas a encontrar, dale prestá atención. Dice así: Informe Kingsey: Las mujeres de los años 50 disfrutaban más de la sexualidad. ¿Te das cuenta? ¿Te das cuenta? No... no te das cuenta, no captas la profundidad del asunto.
Nosotros nos creímos la revolución de la píldora, nos creímos que las minas de la generación de nuestras madres, ni más ni menos, eran frígidas, que no acababan, que el marido las usaba y las dejaba. Pero no, resulta por la encuesta que ¡¡las minas disfrutaban como chanchas!!! Que se crearon mitos oscurecedores. Que nada era como parecía.