Cuentos para después del Diván es un libro escrito por un psicoanalista que deviene escritor literario, sin dejar de recordarnos siempre, a través de sus cuentos, de su identidad profesional y su inmenso amor y respeto por el psicoanálisis.
Neta herencia de Emilio Rodrigué, ese grande del psicoanálisis que cuando escribe literatura nunca deja de nombrar a Freud en sus relatos.
Yo leí las 120 páginas en un día. Los cuentos me “afectaron”. Me interesaron e involucraron. Al principio me impresionó por su estilo hiperrealista. Los pormenores de los detalles relatados de una forma que me hicieron recordar a la corriente de pintura del hiperrealismo norteamericano.
Mucho más Carver que Auster o Gambaro en lo literario. Pero aclarando que el hiperrealismo literario de Hazaki produce nuevas subjetividades. Nuevas maneras de abordar sus textos. Como una pintura donde la manzana hiperrealista nos hace ver las muchas manzanas diferentes, al dejarnos ver los detalles en su superficie singular, nunca vistos por uno anteriormente. Así funciona la literatura muy interesante de Hazaki. En un momento nombra a Florencio Escardó y la segunda vez que lo cita dice: “a los consejos del famoso pediatra del Hospital de Niños de la Ciudad de Buenos Aires”. Esta sobrecarga descriptiva le da nuevos sentidos al famoso educador pediatra.
Sin embargo, el hiperrealismo es abandonado en algunas ocasiones como en el bello cuento “Manuel y sus lunas” -donde el encuentro entre un psicoanalista y Don Rufino, van creando un misterio de búsqueda permanente-, abordando diferentes puntos de vista de lecturas de la realidad.
Vuelve al hiperrealismo con “Pata Ancha” donde el encuentro amoroso entre un hombre y una mujer nos lleva por la abundancia de los detalles a lugares donde la existencia llega a situaciones límites casi intolerables. ¡Pero también así es la vida! parece decirnos Hazaki. ¿O no?
Creo muy interesantes sus cuentos y seguramente su lectura va a producir impactos diferentes. Nadie saldrá indiferente en esta aventura literaria leyendo los cuentos de Hazaki. Estoy seguro.
Eduardo “Tato” Pavlovsky