A finales del siglo XIX un niño enfermizo y demasiado débil para trabajar la tierra, es colocado como dependiente en una librería. Sin saberlo dará inicio a una saga familiar en los diversos oficios de la letra impresa y el amor por los libros. Este abuelo al que ni siquiera conoció será para Gabriel Alonso más determinante que el título de psicólogo y de otras y variadas profesiones que no consiguen distraerlo de la lectura y la escritura. Nacido en Buenos Aires en 1959, es autor de las novelas La Tribu (Alfaguara, 1997) y La perdida (Simurg, 2001). Esta última obtuvo mención del jurado en el Concurso Literario La Nación Año 2000, integrado por Ana María Shua, Marcos Aguinis y Antonio Skármeta.
¿Es suficiente el éxito profesional para colmar el vacío y la angustia de existir? ¿Puede la vida, sin derrapar, tomar a gran velocidad una curva extraordinaria?
¿Cuál es el secreto de la felicidad de los amantes? ¿O quizás sea mejor no saberlo?
¿Los reyes nacen o se hacen? ¿Es posible que su aristocrático refinamiento sea consecuencia de una alimentación adecuada?
¿Cuánto vale el alma de un médico? ¿En qué se parece el diablo a los laborarios a la hora de venderla?
Estas y otras preguntas se hace Gabriel Alonso a lo largo de los cuatro cuentos que componen este libro. Y como se trata de verdadera literatura, no tienen respuesta.
Escrito en una prosa ágil, por momentos vertiginos, este libro lleva al lector hacia la reflexión y crítica social por el mejor de los caminos: el placer de la lectura.
Ana María Shua