En el quehacer cotidiano del AT (acompañante terapéutico) se desprende, como efecto de su especificidad en el ámbito de intervención (la cotidianidad del sujeto) y producto del carácter ideológico en que es tomado su trabajo -y como él mismo lo toma- una paradoja particularmente alarmante, aunque poco tenida en cuenta.
En miras a una consolidación disciplinar, la forma actual en que se incorpora a los equipos interdisciplinarios de intervención, quien realiza el trabajo “sucio” (utilizando una palabra vulgar) es el AT