En la Argentina se ha instalado en los últimos meses la discusión acerca del auge de la medicación en los niños. Recientemente en E.E.U.U. Hillary Clinton ha denunciado el aumento del 700% de niños pequeños medicados con ritalina en el curso de los últimos 5 años. En algunos colegios privados del Gran Bs.As. los padres son enviados directamente por la escuela a neurólogos y psiquiatras infantiles que, luego de realizar un diagnóstico descriptivo sintomal, a partir del DSMIV indican la medicación, y en algunos casos, como única terapéutica.
Los niños de la clase media urbana de hoy permanecen muchas horas en las escuelas, con la presión de padres temerosos al fracaso escolar y docentes insatisfechos y con escaso tiempo, en un sistema económico salvaje donde aquel que no esté muy preparado quedará excluido. Muchos de esos niños presentan un déficit de atención con hiperactividad,.trastornos de aprendizaje y a veces impulsividad, y son tratados en nuestra ciudad en tendencia creciente por neurólogos que medican indiscriminadamente con ritalina, estimulante del Sistema Nervioso Central.
Características psíquicas muy diversas son englobadas bajo un mismo diagnóstico y tratamiento: 1) niños con dificultades transitorias para concentrarse (por migraciones, duelos, mala elección de la escuela o didáctica inapropiada).
2) niños cuya falta de concentración es efecto de una falla profunda en el modo en que se constituyó su psiquismo (su pensamiento y sus afectos), y no logran priorizar algunos estímulos e inhibir otros para poder prestar atención y aprender.
3) niños con una buen armado psíquico que se encuentran bajo los efectos de un traumatismo grave que atrapa toda su atención: abuso sexual, violencia familiar, situaciones de catástrofe natural o social.
El psicoanálisis tiene herramientas útiles para explorar y tratar las motivaciones propias de cada niño para estar inquieto y no poder concentrarse. Aquellos en los cuales se descartaran las razones expuestas, podrían beneficiarse con la medicación.
¿Cuál es el riesgo de meter todo en una misma bolsa y medicarlos indiscriminadamente?
Además de que la ritalina no es inocua ya que actúa como una anfetamina, se pierde la oportunidad de que un niño y una familia exploren y comprendan las causas de su sufrimiento y se alivien, permaneciendo intactas las razones que lo llevaron a organizar el trastorno de atención y la hiperactividad, aunque con la medicación disminuyan a veces transitoriamente los síntomas.
Finalmente, lo que es peor: el tiempo que se pierde en la infancia para tratar a un niño y ayudarlo a librarse de su padecimiento, se traduce en la cristalización de una patología, y un empobrecimiento y eventual deterioro de su pensamiento y creatividad.