Susana Ragatke
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Matías tiene siete años y vive en un barrio de Buenos Aires, en un departamento medianamente cómodo. Su papá trabaja muchas horas, de lunes a sábado, y la mamá un horario más corto fuera de casa y el resto del día atendiendo lo cotidiano de la familia. Así, arañando, mantienen su pertenencia a la clase media, es decir Matías va a una escuela privada, tienen cobertura de salud prepaga, porque no le tienen confianza a la obra social y en los veranos pueden tomarse unas modestas vacaciones en la playa.
Como uno de los gustos que se le da a los niños es tener una mascota, Matías que además ya perdió las esperanza de tener un hermanito, logró que le concedieran tener un pequeño y colorido pajarito, alojado en una jaula coqueta y de su justa medida. No hubo caso de convencer a los padres de tener algún animalito con mayor libertad de movimiento, daría mucho trabajo, y ya tienen bastante...
Cuando fueron a comprarlo, Matías y su mamá recibieron instrucciones para su cuidado, y Matías grabó en su memoria que este pajarito pertenece a la familia de los “mamones”. Este detalle le resultaría importante proximamente.
En una clase de ciencias naturales, se trató de los llamados animales domésticos, y hete aquí que los chicos sacaron a relucir las más variadas performances, de su perro, gato, hamster y conejo. Matías contó que Cristal, su pajarito cantaba muy lindo y le picaba los dedos cuando le cambiaba el agua y la lechuga. Hasta aquí todos contentos, pero a una de las niñas se le ocurrió plantear que cada uno llevara su mascota a la escuela para que todos la conocieran, y Matías se preguntó si podría traer la suya.
Por supuesto que fue el tema de conversación con sus padres, durante la cena. Y Matías se encontró con una indudable negativa...Algunos chicos pudieron concretar el proyecto, no todos, pero resultó una motivación no fácil de olvidar...
Estando en un taller de computación, en que alrededor de diez chicos, algunos de la edad de Matías y otros dos o tres años mayores disponían de computadoras conectadas en red, a Matías se le ocurrió hacer una búsqueda de la familia de los “mamones”, para lo cual escribió la palabra y pulsó el todopoderoso ENTER. .
Al instante, gran revuelo en la sala, los chicos ríen y gritan con mucho entusiasmo, mientras Matías mira sorprendido que en la pantalla aparecen unas fotos de hombres desnudos y ningún pájaro, y cierra la página, en unos segundos.
La maestra suspende la clase pues no puede contener a los chicos, y Matías acepta que él abrió esa página, no etendiendo qué había ocurrido, él había intentado mostrarle a los otros chicos cómo es su pajarito a través de la imagen, ya que no podía traer a “Cristal” desde su casa.
Matías fue retenido fuera de hora, esperando que su mamá lo venga a buscar, para que la directora esclarezca el incidente, porque se le atribuyó al niño haber buscado una página pornográfica. El planteo a la madre fue indagar quién induce a un niño de sólo siete años a esas búsquedas, alguien de la familia?.o algún amigo mayor?
Se olvidaron que un niño de este siglo también tiene ilusiones e inocencia.