Pero a veces rompe el espejo y descubre no sólo la realidad que está detrás del reflejo, también a otros que no son como él pero que, como él, han roto sus respectivos espejos.(Subcomandante Insurgente Marcos. 2000)
¿Por qué escribir sobre trabajadores que toman fábricas en la Argentina? ¿No es acaso una de las tantas luchas con que los pueblos responden a la crueldad.?
Éste es un país pródigo en historias de resistencia, ésta es una mas, aunque particular.
Es peculiar por que los protagonistas de clase obrera son distintos a los conocidos hasta la década del setenta (y en las antípodas de los obreros de los últimos años), son otras subjetividades [1] . Subjetividades distintas pero acordes a formas de organización, dispositivos de desalienación que nos convocan. Nos referimos entonces, a una praxis que provoca resonancia en quienes primero acompañan y luego hacen suya la protesta.
Las experiencias que narramos, con aciertos y errores, enfrentan problemas inéditos que son el resultado de llevar a la acción y en pensamiento otras realidades posibles, creando un colectivo social impensable cuando todo parecía indicar un inexorable destino funesto.
Las situaciones referidas son el resultado de formas de organización con democracia directa. Espacios de ideas y debates, de decisiones y estrategias, de pensamiento y ética colectiva, apropiación de la política. Expresión de éstas son entre otras las asambleas de trabajadores y de las organizaciones que convocan y crean. Asambleas que han resuelto acciones transgresoras al plan de exterminio, ilegales para el sistema judicial vigente.
Ocupar el lugar de trabajo como en Zanon, tomarlo, resistir desalojos, organizar la huelga y finalmente ponerse a producir bajo control obrero, es algo difícil de transmitir. Obstáculos de un tiempo en que la subjetividad de excluidos e incluidos parecía condenada al silencio de todo pensamiento contrario al hegemónico.
Desde la oscuridad y el encierro en que toda rebeldía, toda dignidad humana se encuentra encerrada, tenemos necesidad de creer; pero no es ésta una épica de porvenir deseado. Intentamos involucrarnos con un distancia óptima, como sugería Pichón Riviere. Distancia y encuadre difíciles en situaciones diversas: operar en una marcha, una asamblea, en la calle, entre distintas organizaciones. Parece mas propio de militante que de psicólogo, sin embargo nos convocamos a ejercer función intelectual, un proceso de verificación que renuncie al amparo del dogma.
Se hace frecuente la pregunta sobre qué hacemos y, dada la velocidad y lo inesperado de los hechos, se hace urgente la pregunta sobre qué hicimos. Por ello, estas experiencias nos provocaron a crear nuestro propio grupo de contención [2] . Lugar donde deshacernos de certidumbres, contener ansiedades y revisar cada tanto las propias crisis, prepararnos nosotros para el cambio. No basta entonces acompañarlos, queremos de igual forma "ir por mas".
El saldo provisorio es generoso, rompiendo los espejos de nuestras encerronas encontramos otros semblantes.
El universo concentracionario invertido.
"3. - El campo de concentración y no la ciudad es hoy el paradigma biopolítico de Occidente.
G. Agamben (1995).
El campo de concentración que existió comenzó a mutar cuando cumplió sus objetivos. El exterminio de una parte de la sociedad fue uno de ellos. Otro fue la implantación del terror necesario para lo que vendría.
Afirmo que no somos todos culpables, esa premisa de culpabilidad es inducción y efecto de la impunidad, el silenciamiento y el olvido cómplice. Hay culpables muy precisos; son los que crean, apoyan y ejecutan el genocidio.
Sin embargo es imposible evitarlo, cómo no ver a nuestro alrededor la inmensa crueldad. Cómo evitar que se transforme en parte del paisaje. Transformación que hace posible el actual exterminio.
El universo concentracionario está invertido, está al revés. Deja a los seleccionados para el exterminio afuera, detrás de paredes y vidrios blindados, separados por guardias, detrás de los espejos. El universo de exterminio está en las veredas de los barrios elegantes de las ciudades y en la periferia de los pueblos. Comiendo de los tachos de basura, debajo de los cartones. Los nuevos pobres no son linyeras ni crotos, muchos llevan sus últimos vestidos . No saben mendigar, algunos perdieron los zapatos, esto como en el Lager es fatal inadaptación.
El plan de exterminio es posible, está funcionando y tiene cifras cada vez mas prolijas [3] , cifras que nos dejan precisiones cada día, números, porcentajes, por edad, por género. Ni siquiera tienen el numero tatuado en el antebrazo, son todos número, son ninguno. Conforman así un ser anónimo y ajeno. La cifra que muestra oculta, ejerce e impone la banalidad del mal (Arendt H. 1999).
El dispositivo de matanza es desierto de ayuda, es espacio disgregado de todo lazo y sostén humano, es disolverse en la nada. El miedo los hace invisibles para los incluidos. El miedo los hace víctimas inevitables.
El Alambrito
- De un alambrito dependía que llevara el pan a mi casa-
El alambrito al que se refería Raúl Godoy, secretario general del sindicato de ceramistas de Neuquén, era el que había puesto la distribuidora de gas para cortar el servicio luego de la toma.
El alambre fue cortado y la fábrica puesta a producir. El alambre distinguía lo legal de lo legítimo y los trabajadores optaron por lo legítimo. Lo legal está por verse cuando la justicia es ciega solo para los pobres. No me refiero a la Ley para las personas , si no al sistema judicial y legal que es la expresión de la voracidad y la rapiña de unos pocos.
La Ley, fundamento del colectivo humano, es necesario debatir. Darse las leyes a las que atenerse es trabajo constante e imprescindible cuando se predica de un grupo que es ilegal. Este posicionamiento, de excluidos de la protección- enajenación que ejerce el sistema judicial, lleva a estos grupos a requerir de un intenso quehacer grupal "... toda institución no es sólo un instrumento de organización, regulación y control social, sino que al mismo tiempo es un instrumento de regulación y de equilibrio de la personalidad, y de la misma manera en que la personalidad tiene organizada dinámicamente sus defensas, parte de éstas se hallan cristalizadas en las instituciones, en las mismas se dan los procesos de reparación tanto como los de defensa contra las ansiedades psicóticas" ( Bleger J. 1974).
Intenso hacer instituyente que requiere profundos cambios en la subjetividad de los protagonistas. Los obreros van operando sobre la ruptura-creación de instituidos, en grupos donde laboran "regulaciones y equilibrios de la personalidad", dispositivos de desalienación.
Es preciso observar la profundización de la democracia directa en la fábrica, ese lugar que apropió el sindicato de ceramistas, es un dispositivo de creatividad y una experiencia de desalienación que alude a lo impensable.
La experiencia opera sobre profundas inducciones. La obediencia alienada de aquellos que se retiran cuando los echan. De los que, sumergidos en la culpa necesaria para obedecer lo ilegítimo, se avergüenzan del padecer a que se los somete. Los obreros renuncian al desamparo que los sometidos aceptan con el despido. Toman con la fábrica su derechos cuando estaban expuestos a nuda vida (Agamben G. 1998).
- Hace poco pasamos por el lugar y todavía esta el alambre cortado colgando, además pagamos una boleta de gas que desde hace tiempo Zanon adeudaba- continúa Godoy
- Las cosas que uno hace y nunca pensó que iba hacer, por que yo nunca pensé que iba a tener que organizar a los compañeros o tomar el frigorífico...-. El que conversa es un ex empleado de Fricader. El lugar: el comedor de la cerámica, comedor que era del personal jerárquico antes. El tiempo: la sobremesa de un asadito entre obreros de la cerámica, los de Fricader que están comenzando la toma y la agrupación Agustín Tosco que ofició de nexo entre ambos. El clima era de intensa calidez y cordialidad. Al decir de uno de los participantes, - hablamos como si nos conociéramos desde hace tiempo- .
Tomar la Palabra
...el aislamiento, la depresión, la vergüenza, el resentimiento individual, la venganza hacia los chivos emisarios; de la resignación, la pasividad, el repliegue sobre sí, del silencio a la toma de la palabra; de la depresión a la rebelión, del desocupado aislado a la colectividad de los desocupados, de la miseria a la cólera. P. Bourdieu (1998. )
- Estoy nervioso - me decía Chachai - como voy a hablar en público.
Un metro ochenta y cinco, mas de 100 kilos parecían adquirir la estatura de un niño. Un niño con vergüenza frente a un grupo de mas de cuarenta militantes sindicales y políticos, docentes, miembros de diversos grupos, que supo convocar el sindicato de ceramistas. Y aunque la pared lo impidiera él parecía a punto de amurarse.
- Yo no puedo hablar- repetía incómodo, y era inminente que debía hacerlo, ya que era el único obrero de Fricader. No podía por que siempre hablaron por él, por encima y también a su través, atravesándolo. Pedía protección a mis palabras y otra vez la historia de los hombre sin manos y los hombres-manos, allí se reclamaba nuestra función habitual de "cabezas parlantes", como dicen en la agrupación (parafraseando a David Byrne, Talking Heads).
Me acordé (Ulloa F. 1995).
- Bueno gordo- le dije al oído - eso es lo que tenes, estás nervioso. Vos empezá diciendo que estás nervioso y que no estás acostumbrado a hablar en público -.
Lo presentan, se hace un silencio inhabitual en esa asamblea. Chachai tartamudea, parece que no va a poder...
- Yo estoy nervioso... - carraspea, suda - no estoy acostumbrado a hablar en publico... - y habló. Y habló de la planta y la lucha. Habló de las humillaciones, de su "viejo" que enfermó en el trabajo y que la empresa supo abandonar. Habló de su trabajo, del tiempo que necesitó para aprenderlo, tanto que no pudo ir a estudiar. Y habló otras tantas veces esa noche.
La gente lo escuchó, con ese silencio intenso de los que se conmueven, de los que la lluvia moja digamos. Lo escuchó y entendió, claro que se emocionaron, resolvieron rápidamente hacerce presentes todos para abrazar la (casi digo causa) Planta.
- Menos mal que no hablabas en público, dije mientras volvíamos.
El registro que antecede es la observación de un cambio que fue luego profundizando. La constatación de subjetividad naciente en el espacio público, transformación posible por el pasaje a través de dispositivos de desalienación y resubjetivación.
El cambio no fue una adaptación a un requerimiento externo, si hubiera sido solo un requerimiento externo, la obediencia, resultado de la colonización del sujeto, no hubiera podido vencer las figuras omnipotentes que lo sometían y lo silenciaban, anajenándolo de la palabra.
Tomar la planta y tomar la palabra es resultado de un posicionamiento nuevo para el sujeto y concurren conjuntamente, de igual forma que la alienación logra la enajenación de palabra y trabajo.
La frase "menos mal que no hablabas en publico" quedó como uno de esos guiños que se comparte entre sonrisas, generalmente cuando Emilio se dispone a alguna entrevista.
Algunos Riesgos
Los riesgos que amenazan estos procesos son, en primer término, aquellos provenientes de un estado esbirro del mercado. Mercado y estado cómplices, que utilizan todas las herramientas legales y del terror con tal de domesticar o extinguir estas formas de organización del colectivo. No abundaremos por falta de espacio en estos frentes, relaciones con el poder judicial, de policía, sindical, de partido político, que como expresión del plan de exterminio concurren en su inclaudicable tarea de someter. Solo en expresiones aisladas y por supuesto en aquellas organizaciones en las que hay un claro compromiso ideológico (sindicatos combativos, partidos de izquierda, algunos fallos judiciales provinciales, la Universidad Nacional del Comahue) se apoya el movimiento.
Los riesgos a los que aludimos, son la expresión del retorno de las formas de socialización alienante anterior. Retornan cada tanto la alienación y la fragmentación.
En el nivel de la organización registramos la amenaza de fragmentación. La apropiación de los destinos del proceso por parte de un grupo que se adjudique la dirección del mismo, en detrimento de la profundización de la horizontalidad. Proceso que es conocido por su resultado fatal para lo instituyente: la Burocratización.
A nivel del sujeto en cambio el riesgo es el narcisismo patológico. En los que son escuchados y en muchos casos visto como héroes, que antes soportaban una identidad herida, dañada y hasta humillada, una indignidad. El reparar esa identidad, lucha por dignidad indignación mediante, y mostrarse a otros puede obturar en algún momento en exceso de narcisismo, como un pavo real [4] , solo le basta desplegar su plumaje nuevo y colorido.
Y nosotros...
Concurrimos conmovidos por estas experiencias, somos tolerados primero, luego en algunos casos demandados en función de nuestros oficios.
La distancia se acorta por el lado de la presencia y el apoyo sostenidos, convivimos.
La distancia es también expresión del proceso que nosotros, a los que el sistema no ha seleccionado para la exclusión, no llegamos a ser ni a hacer. Entiendo esto no como un requerimiento culposo. Esto abre a la rupturas de espejos que nos aguardan.
" Hay con suerte entre 100.000 y 200.000 trabajadores desempleados organizados y en acción y aproximadamente de 5 a 6 millones de desempleados y sub-empleados que están desorganizados...La clave del éxito de los Auto-Gestionarios de Trabajadores en Argentina depende de la profundización de los lazos de las redes existentes con las asambleas vecinales, los miembros de sindicatos y la organización de los desorganizados. La unidad de acción es la máxima prioridad en tanto la crisis se profundiza, cierres de fábricas se multiplican y la represión aumenta. La política básica de la solidaridad "el tocas a uno, tocas a todos" es un buen punto de partida para la tarea de crear movimientos políticos nacionales capaces de desafiar el poder estatal."( J. Petras y H. Veltmeyer 2002 b)
En nuestra universidad que de "nacional" solo tiene el nombre, por que ha aceptado negociar el capitalismo inmejorable, por que cumple el mandato de no involucrarse con el hacer de los movimientos sociales, hay mucho por hacer. Nuestros estudiantes responden al ítem de ocupación: desocupado, no poseen mas que esa identidad herida; que esa profecía. No se encuentran portadores de vocación o proyecto, por eso no ponen en el formulario estudiante. Prevén abandonados de toda posibilidad de inserción la marca de los excluidos.
Por eso estas semblanzas. De semblar, semblante, similis, semejante, dice la etimología, y también simular, juntamente, sobre escenarios distintos.
En todo caso herramientas tomadas para romper el espejo.
Lic. Daniel Augusto Sans
U.N.C. Río Negro
Agosto, octubre de 2002.
Sarmientonº957(8332)Gral.Roca(R.N.)(02941)430029.C.E.:planasans [at] infovia.com.ar
BIBLIOGRAFIA
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2002 ¿Como Pensar la Crisis Argentina?, en Revista Temas de Psicología, n°1, Buenos Aires, Argentina.
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2000 Algunas Escenas de la Vida Cotidiana Universitaria, la Heteronomía en la Universidad, Argentina, inédito.
Ulloa, Fernando
1995 Novela Clínica Psicoanalítica, Historial de una práctica Argentina, Paidós.
[1] Los trabajadores de Zanon en numerosas entrevistas expresan esto de un modo sencillo: "Nosotros tenemos dos pilares en nuestra lucha. Uno, fundamental, es la producción. Para poder subsistir. Pero el otro pilar es la
coordinación con otros sectores y nuestro proyecto de estatización bajo control obrero." Esta superación de
la división entre economía y política en el seno de estas experiencias avanzadas señala el surgimiento de
una nueva subjetividad de clase, un salto en la conciencia obrera muy importante. Martinez Josefina(2002)
[2] Agrupación Agustín Tosco: estudiantes, profesor y trabajadoras de la radio de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Comahue.
[3] "Durante la primera mitad del año 2002, los cierres de plantas se multiplicaron y los despidos de trabajadores se aceleraron: en enero, 1000 trabajadores al día; en febrero, 2000 al día; en marzo, más de 65.000 estaban en la calle."(Petras J. Veltmeyer H. 2000 a)
[4] Fenómeno que ya registramos en los Grupos Institucionales de Alcoholismo, Sans D. 1992.
Daniel Sans
Psicoanalista
danielsans [at] ciudad.com.ar