La importancia que tiene para la mujer embarazada y su pareja realizar un trabajo de preparación para el parto no es ninguna novedad. Sin embargo es interesante que les destaque que esta tarea se ha enriquecido con enfoques que amplían y brindan nuevas posibilidades a cada pareja.
Más de tres décadas de trabajo con mujeres embarazadas, con sus parejas, en las salas de pre-partos y partos me permitió estudiar en profundidad los distintos métodos de Psicoprofilaxis.
Es común que en estos curso se enseñen técnicas de relajación a partir de uso conciente de la respiración
y de movimientos de contracción y relajación de ciertos grupos de músculos.
Durante este trabajo suele proponerse relajación y jadeo para el momento de las contracciones, utilizando la posición acostada. Se incluye también, el aprendizaje de pujo para el cuando llegue el momento de la salida del bebe del útero.
La experiencia fue indicando que estos métodos tradicionales suelen resultar insuficientes, por un lado,debido a que se inician tarde (7 u 8 mes de embarazo) y por otro porque suelen proponerse ejercicios de carácter imitativo, lo que motivó que descubriera que no todas las mujeres pueden relajarse de la misma manera, sobre todo teniendo en cuenta que ésta, se utiliza en una situación de intensa sensación corporal que las mujeres llaman “los dolores de parto”.
El jadeo como práctica de rutina no es, en todos los casos eficaz y el pujo como fuerza que se hace desde los músculos abdominales, no siempre da buenos resultados frente a la vivencia concreta del nacimiento del bebé.
Las quejas habituales luego del parto son:
“En ese momento me olvidé de todo lo que me enseñaron”
“Mi bebe no bajaba porque yo no sabía pujar”
“Para que voy a hacer curso si voy a tener una cesárea”
A partir de estas observaciones inicié el desarrollo de un método de trabajo que me permitió intensificar la relación con las embarazadas, su pareja y otros miembros de la familia, pudiendo de esta forma ampliar los conocimientos y recursos para estas etapas de la vida.
PROBAR.... BUSCAR.... DESCUBRIR.... CREAR...., fueron y siguen siendo las principales bases sobre las que se fue construyendo nuestra tarea, dado que el embarazo, el parto y el cuidado de los hijos necesitan tanto del avance de la ciencia médica, como del desarrollo de otros recursos humanos que permiten incrementar las capacidades de la mujer, del hombre, y aún de otros miembros de su grupo. Así podrán vivir esta etapa con el mayor bienestar y responsabilidad posible.
Si tenemos en cuenta las características individuales podemos desarrollar las mejores posibilidades de cada mujer y de su pareja.
De esta manera creamos un método de trabajo basado en la atención personalizada del embarazo, parto y puerperio.
Estimulamos el inicio de estas actividades en los primeros meses de la gestación y esto nos permite:
1. Enfocar la preparación como un único proceso centrado en la espera de un hijo, sin diferenciar el trabajo corporal para el embarazo y posteriormente el curso de preparación para el parto.
2. Contar con el tiempo necesario para trabajar con las necesidades de cada mujer y su pareja en los distintos meses.
3. Hacer un proceso gradual de descubrimiento de recursos variados para el pre parto, parto, puerperio y crianza.
Es importante destacar que este aprendizaje es vivencial, no teórico.
Trabajan así cada sensación nueva, lo que permite adaptarse mejor a los cambios de cada etapa.
Este trabajo produce desbloqueo de tensiones, calma ansiedades, alivia dolores y muchas veces ayuda a recuperar el buen dormir.
Las embarazadas realizan un trabajo especial sobre la columna vertebral y la cadera, mejorando la postura, flexibilizan las articulaciones, dando elasticidad y fortaleza también a los músculos vaginales y del periné.
Muchos de los recursos aprendidos se llevan a la vida diaria, también al pre-parto y al parto.
De este modo las embarazadas y sus parejas prueban y eligen posturas, movimientos, masajes, juegos con la respiración e imágenes con las cuales lograran mayor comodidad y descarga en el momento de las contracciones de parto.
Logros obtenidos en partos en los que se estimuló el uso de Técnicas corporales Psicomotrices:
- Desarrolla en la mujer embarazada la capacidad de reconocer y discriminar las contracciones uterinas.
- Permite reconocer el período de pre-parto (que comprende la maduración y borramiento del cuello uterino) como proceso del que depende la buena dilatación posterior. Se logra disminuir el número de internaciones prematuras e inducciones medicamentosas, reservándolas a las estrictamente necesarias
Previene y soluciona algunas distocias de dilatación del cuello uterino, sobre todo aquellas que
dependen de estados de tensión por la incertidumbre de la espera, la falta de contención, o el miedo a
las sensaciones fuertes. - Por lo anteriormente dicho, disminuye el uso de medicación e intervenciones.
- Favorece la acomodación y descenso de la presentación fetal en el canal de parto, disminuyendo el
número de extracciones efectuadas con fórceps y de las cesáreas.
- Beneficia la flexibilidad del periné materno y reduce el número de episiotomías.
- Estimula la percepción de la contracción uterina como trabajo que realizan los músculos del útero para abrir el cuello y no como “puro dolor”.
- Armoniza las sensaciones corporales, permitiendo a la mujer encontrar recursos y posiciones propias que la conectan más placenteramente y con interés en su parto.
- Permite a la parturienta aumentar su capacidad física y emocional para enfrentar esta experiencia vital.
- Favorece el contacto inicial con el recién nacido, contando con más recursos para calmarlo y mimarlo.
- Estimula el inicio temprano de la lactancia, haciéndola más placentera para madre e hijo.
- Incorpora y desarrolla la capacidad del padre para participar en el trabajo de parto y en su contacto con el bebe.
- Mejora la relación de la mujer con los profesionales, en el sentido de percibirlos como colaboradores de la tarea y no “como los que hacen lo que ella no sabe o no puede”.
-Resulta en una mejor comprensión y aceptación de las intervenciones médicas cuando las contingencias del proceso de parto presentan obstáculos para su resolución más espontánea.
Todos estos efectos producen cambios en el estilo de vida, por lo que decimos que se está realizando una prevención inespecífica.