Las Personas Transgénero, ¿Por qué empezar a pensarlas desde la Clinica? | Topía

Top Menu

Titulo

Las Personas Transgénero, ¿Por qué empezar a pensarlas desde la Clinica?

 

La novedad de este trabajo sobre la clínica de personas transgénero nos permite pensar por fuera de la mirada clásica, que las trataría dentro del amplio espectro de las perversiones. El desafío, tal como señala la autora, implica “incluir múltiples perspectivas” en sus abordajes teóricos y clínicos para avanzar en nuestro conocimiento.

El planteo que nos propongamos acerca de las personas transgenero dependerá de nuestras convicciones acerca de lo aprendido. Cuando hablamos con ellas consultándonos por temas que, aparentemente no remiten a su transgeneridad como podrían ser los travestis que maternan niñ@s,(Giberti,E.2000)1, o que debido a su condición transgénero atraviesan los infiernos de la falta de un documento que los identifique de acuerdo con sus deseos y sus necesidades y los torne convivenciales en una comunidad que aun no reconoce sus derechos,(Giberti,E.2002)2 cabe preguntarnos por la relación que podríamos encontrar entre los recursos teóricos con los que contamos y las escenas que se despliegan ante nuestra comprensión.
El primer obstáculo epistemológico, al decir de Bachelard, se evidencia cuando encontramos a las personas transgenero escasamente citadas en la bibliografía habitual. Podemos exceptuar algunos trabajos que han rastreado el tema (Giberti E. 2003,Giberti,E.2004)3 y también encontrar fuentes epocalmente cercanas que ilustran el nuevo interés psicoanalítico y psicológico. El referente habitual, de modo explicito o enmascarado desemboca en los tradicionales conceptos de salud y enfermedad, de normal y de anormal, como si la OMS nunca hubiese explicitado su cambio de rumbo en la materia. Pero sabemos que recurrir a bibliografías ajenas a alguno de los cánones psicoanalíticos consagrados descalifica como psicoanalistas, ante quienes sólo se rigen por ellos, el rigor o la aceptabilidad del texto .
Regular las alternativas del quehacer libidinal a partir de parámetros pautados como lo normal (convencional) y en oposición lo raro o lo anormal, cuando de transgéneros se trata remite a la demanda de ordenar y circunscribir esa rareza en algún icono conocido. Alcanzaría con leer textos que se dedican a la antropología y a la historia de la civilización para encontrar a estas personas entre sus citas
La solicitud editorial que pide exponer el tema incluyendo alguna viñeta clínica ( utilizando un recurso paradigmático de la disciplina psi),se traduciría del siguiente modo:” Si pretendemos entender que sucede con los transgeneros, tengamos en cuenta la clínica”. Proposición opuesta a lo que las personas transgeneros esperan, solicitan, reclaman, exigen para el ejercicio de sus derechos. si bien es derecho psi recurrir a sus herramientas.
Estudiar la figura personas transgenero remite a un planteo una de cuyas características reside en que utilizaremos instrumentos que fueron diseñados sin considerar la existencia de tales personas y que se proclaman como garantes de cientificidad a partir de la alternativa hombre/mujer. Estudiarlas desde perspectivas psicoanalíticas dependerá de las tesis seleccionadas (lo cual posiciona ideológicamente a quien estudie). Lo mismo si se trata de la psiquiatría. Cuando se avanza en el tema desde la Bioética la demanda exige incluir múltiples perspectivas una de las cuales habrá de regular la conceptualización ética y jurídica que remite a los derechos de las personas tansgenero; en algunas circunstancias se tratará de una intervención quirúrgica solicitada por quien consulte o por sus padres, o bien el posicionamiento acerca de los derechos de l@s travestis en el área laboral o alquiler de vivienda, u otras.- En estas situaciones el aporte de la clínica y del diagnóstico que los jueces solicitan constituyen datos fundamentales. Razón por la cual, quien se ocupe de ello se preguntará si aquello que aprendió ¿le alcanzará?¿Qué piensa acerca de “esa gente” a la que –salvadas sean las excepciones- nunca trató y que por ser extrañas al binomio hegemónico hombre /mujer le resultan emocional, judicativa, estética y socialmente “chocantes”?Si está convocad@ para intervenir en un historial que evalua un hermafroditismo (coexistencia de tejido gonadal masculino y femenino)¿considerará acorde el pensamiento pediátrico habitual ,que lo mejor será intervenir quirúrgicamente a la criatura para dotarla de una identidad ”clara”, tranquilizar a la familia y aplicar los conocimientos tradicionales acerca del tema?¿O pensará que quizá seria importante conectarse con las agrupaciones formadas por personas transgénero cuya experiencia vital y conformación intelectual es imprescindible para analizar el tema y acompañar a las familias? Estamos ante un entrecruzamiento paradigmático entre los saberes, los conocimientos y la política, amplificado por la visión actual de la Bioética.
El binomio hombre/mujer, asi como la aplicación del concepto de mayoría estadística como garante de normalidad, y la desestimación de los extremos de la curva de Gauss como si las minorías pudiesen ser evaluadas como “prescindibles” porque son estadísticamente “menos” constituyen principios que se han atascado en el decurso de las tendencias históricas que significan la visibilización de las personas transgenero.
Quienes dictamos clases en posgrados universitarios entre cuyos asistentes se encuentren psicólogos o trabajador@s sociales escuchamos reiteradamente la descripción de situaciones que aparecen en el conurbano: parejas formadas por gente pobre, cuando salen a cumplir con sus actividades dejan a sus hijos al cuidado de un travesti (que cobra escaso dinero por ese trabajo).Deberíamos pensar qué sucederá con las identidades de estas criaturas expuestas a esta caracterización sexual que el travestismo significa y también pensar si se tratará de negligencia de los padres por arriesgar a su hijo…
Yo podria presentar, como viñeta clínica, la experiencia de varios años de acompañamiento de una pareja formada por un travesti y su compañero, a cargo de la parentalidad de un niño que ahora tiene cuatro años.(Giberti 2000). Forman una familia culturalmente ajena a las prácticas tradicionales, aunque sintónica con otras parentalidades travetis cuyos historiales o no se narran o se describen desde la psicopatologización de cada uno de sus miembros. Deconozco historiales que hayan seguido el desarrollo de estas criaturas a o largo de varios años, exceptuando mi propia experiencia.
Cuando he debido exponer este historial, surge la misma pregunta:”-¿ como hace ese niño con las identificaciones?” A lo que se añade: “pero este niño crece educado por homosexuales…”
La palabra homosexual sugiere que la característica implícita y definitoria de los gays y lesbianas es su sexualidad. Pero, al decir de Boswell4 no parece haber ninguna prueba de que los gays tengan una sexualidad más o menos marcada que los demás y desde el punto de vista histórico tal sugerencia-incluso tácita-carece de fundamento. Freud5 (1911) en el conocido como historial de Schreber, apuntó una convicción :”(…)el hecho de que homosexuales manifiestos, justamente-y entre ellos, los que resisten el quehacer sensual- descuellen por una participación de particular intensidad en los intereses de la humanidad, unos intereses surgidos por sublimación del erotismo.” Acerca de este tema sugiero se espere la aparición del volumen que la Comunidad Homosexual Argentina ha editado compilando la opinión de diversos autores acerca de la adopción de niñ@s por parejas gays y lesbianas.
Tanto acerca de las personas transgenero cuanto de los homosexuales no sólo se trata de creencias sino de convicciones políticas y/o religiosas destinadas a preservar un determinado ordenamiento social pero, tal como las tendencias históricas lo transparentan, en la actualidad y en Occidente, tropiezan con las evidencias de organizaciones familiares que han instalado su estilo más allá de las recomendaciones que la tradición patriarcal difunde.
Al decir de Bordieu6 “(…)lo que se impone a través de cierta definición de lo social de la masculinidad( y, por definición, de la femineidad),es una mitología política que gobierna todas las experiencias corporales, empezando por las experiencias sexuales mismas.”
Freud, en la versión de su texto Tres Ensayos(1915) fue explícito: La investigación psicoanalítica se opone de modo decidido al intento de segregar a los homosexuales de otros seres humanos(…)Se ha observado que todos los seres humanos son capaces de hacer una elección homosexual de objeto, y en realidad la han hecho en su inconciente”.7
En cuanto a las identificaciones, parecería inútil reiterar algunos matices; me limito a recordar que se trata de un proceso intelectual (Freud 1950)8 que adquirirá características abstractas y posibilidades simbólicas, si bien, inicialmente es un tipo de pensamiento primario, elemental que precisa sostenerse en elementos comunes, puntos de coincidencia y analogías a partir de lo cual produce inferencias y logra comparar y equiparar dos o más términos. Dado que es un proceso de pensamiento, ello significa que no se incorporan los estímulos provenientes del exterior tal como se presentan, sino mediante progresivas transformaciones. La realidad no se incorpora como se muestra sino en relación con el deseo del adulto que representa y personaliza esa realidad, acoplado a la tramitación personal de cada niño. Esta afirmación no significa desdeñar los efectos de los estímulos exteriores, pero si matizarlos y configurarlos en relación con quien el otro (el adulto) sea en sus deseos y no solamente en sus discursos.(Giberti,E.2004)9.

 

Viñeta
El historial es atípico: habitualmente encontramos personas transgénero cuya anatomía es masculina y su deseo radica en saberse legal y anatómicamente mujer. Luis, nacido anatómicamente con sexo denominado femenino recurrió al apoyo de abogados para lograr un documento de identidad que lo reconociese como varón y le permitiese trabajar.
Luis (actualmente 35 años) es el segundo hijo de una familia constituida por padre, madre y tres hermanos
Su situación fue descripta por él mismo como angustiante e insoportable, ya que transitaba por el mundo sobrellevando un problema inmanejable: habiendo nacido mujer y reconocido de ese modo en su documento de identidad su posición en el mundo, sus sentimientos y sus vivencias, así como sus deseos ante las otras personas lo posicionaron como un varón. Su presencia física es la de un varon semi lampiño, estatura mediana, voz y modulación que impresiona como la de alguien que habla con suavidad pero sin “afeminamiento”.
La narración de su vida, así como las características de su discurso se asemejaron a las que habitualmente se encuentran en quienes sobrellevan una identidad perteneciente al ámbito del transexualismo. Sus relatos durante las entrevistas describen los recuerdos de la primera infancia (tres o cuatro años de edad),etapa evolutiva desde la cual se resistió a utilizar las ropas y los juguetes que la cultura instituyó como específicas para una niña. Este es un dato de reiterada aparición en quienes forman parte de la categoría transexual: la temprana aparición de una disonancia cultural respecto de los hábitos y elecciones que se suponen esenciales de cada sexo.
Durante los tres primeros años de vida no habrían aparecido situaciones que ameriten ser descriptas, exceptuando el nacimiento de su hermana menor. Puede colegirse que sus padres no constituian una pareja bien avenida. Recuerda que desde pequeño su madre lo maltrataba verbalmente por su negativa a portarse como una niña.
Durante su escolaridad,”la rareza” de Luis le produjo múltiples problemas En paralelo con la hostilidad materna y paterna, Luis rescata el papel de su abuela paterna que sin entender que le sucedía, no obstante le garantizaba su afecto. Le leía la Biblia y lo encomendaba a Santa Rita, que era la santa preferida por la señora. Afirma:”A los 9 años yo estaba abandonado. Mi hermana (mayor)era la que me cuidaba”
Su madre lo orientó hacia consultas psicológicas que según su descripción solamente intentaban que se comportase como una niña sin entender lo que le sucedía y que su resistencia no se debía a “no querer ser una nena, sino no poder serlo”. Este es un punto clave en las personas transexuales: no pueden proceder ni sentir de otro modo, como no sea posicionándose en una sexualidad opuesta al sexo de pertenencia o socialmente asignado.
Ante reiteradas consultas con médicos clínicos y/o especialistas, estos lo miraban “raro” Decía:”me pensaban como degenerado” .Cuando tenia 9 años su madre se separó de su padre e inició una convivencia con un hombre que rechazaba la modalidad de Luis.
Su madre planteo que debía aceptar a dicho compañero o de lo contrario debería irse a vivir con su padre; decisión que Luis asumió y se instaló en la casa paterna. Su padre convivía con una mujer con la cual también surgieron dificultades y renunció a continuar viviendo con ellos. Se trasladó entonces a la casa de sus abuelos paternos con los que en principio pudo convivir sin excesivos conflictos, pero a los 17 años-dada la severidad con la que sus abuelos habían empezado a controlarlo- escapó de ese domicilio y comenzó a vivir con un amigo No obstante no se trató de una fuga que dejaba a sus familiares sin datos acerca de su vida: avisó telefónicamente que se encontraba bien y que no se preocuparan por él.
Secundario incompleto, cursó hasta tercer año del bachillerato.
No es posible inferir las alternativas de la primera infancia, más allá del sufrimiento y la ira de su familia frente a las características de Luis. Es posible ensayar un diagnostico que vincule los malos tratos recibidos con su instalación en la transexualidad, pero no alcanzan para discernir psicopatológicamente la presencia inicial de dicha modalidad.
Cuando contaba 22 años recurrió a un médico que intervino quirúrgicamente sus mamas, amputándolas (procedimiento ilegal, sabiéndolo el profesional se negó a que posteriormente Luis pudiera identificarlo). Seria posible activar un diagnóstico dirigido a actuación psicótica; la bibliografía internacional describe estos hechos como prácticas prototípicas en los transgéneros.
Solicité un Rorschach a una colega quien encontró algunos elementos en coincidencia con mis apreciaciones clínicas si bien el refinamiento de la técnica permitió registrar deslizamientos melancólicos y reividicativos. Los cuales ya se habían transparentado en las entrevistas:”Somos todos como hormigas, viven aplastándonos como hormigas. Habría que cambiar muchas cosas en este mundo.” Era notable su tendencia a cuidar de la gente a la que apenas conocía(su trabajo lo ponia en contacto con un público nutrido).Es probable que su pareja(la segunda) estuviese organizada a partir de esa convicción respecto del cuidar de otros. El contacto con la pareja que solicite a una trabajadora social, permitió conocer a una persona con características infantiles que guardaba el secreto acerca de la identidad de Luis ante su familia:”pero a mi no me parece raro que Luis sea mujer porque es un hombre…”Esta modalidad contrasta con la identidad de otras parejas de personas transgenero que no se posicionan según estos parámetros paradojales. Luis hasta el momento no solicitó implantación de pene ni suministro de andróginos(los habia utilizado por su cuenta durante dos años).
Mi informe ante el juzgado fundamentó la necesidad de proveerlo de un documento con identidad masculina que le permitiese transitar sin riesgos y trabajar legalmente, es decir, el diagnóstico no autoriza a pensar que estamos frente a una psicótica, posición coincidente con el informe psiquiátrico que recurrió al diagnostico de dimorfismo sexual, y con los demás miembros del comité hospitalario de Bioética. Pero…el problema surgió con los testigos que Luis debía presentar ante el juzgado ya que, por no tener relación con agrupaciones transgénero capaces de sostenerlo, recurrió a compañeros de trabajo que no arriesgaron su testimonio.

 

Eva Giberti
Psicoanalista
www.evagiberti.com

 

Notas
1.  GIBERTI, E.(2000): Maternidad travesti, en REV, ACTUALIDAD PSICOLOGICA, noviembre, Bs.As.
2.  GIBERTI, E.(2002): Trangenero, travesties y Bioetica en BLANCO.j.Compilador,BIOETICA Y BIODERECHO, Ed.Universidad, bs.As.
3.  GIBERTI,E.(2003): Transgeneros,sintesis y aperturas, en MAFFIA, D.(Compiladora),SEXUALIDADES MIGRANTES,ed.Feminaria,Bs.As.Cf. tambien Transgéneros,psicopatologia y/o Bioetica,en REV,.ACTUALIDAD PSICOLOGICA,junio.Estos dos trabajos incluyen un rastreo bibliografico de los textos psicoanaliticos que se ocuparon del tema hasta el año 2000.
4.  BOSWELL J.(1992):CRISTIANISMO, TOLERANCIA SOCIAL Y HOMOSEXUALIDAD, Muchnik editores, Barcelona
5.  FREUD,S.(1980): Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un aso de paranoia(1910/11), en OBRAS COMPLETAS, Tomo XII, Amorrortu, Bs. As.
6.  BORDIEU,P.( 1991):EL SENTIDO PRACTICO; Taurus, Madrid
7.  El 9 de abril de 1935, escribió la carta a la madre de un homosexual ”sin duda la homosexualidad no es una ventaja pero no es algo de o cual deba avergonzarse, no es un vivió n i una degradación, o puede clasificarse como una enfermedad; consideramos que es una variación de la función sexual producida por cierta sus pensión del desarrollo sexual.”Este último punto de la tesis de Freud actualmente se discute desde una posición que la considera una elección de sujeto. Pero corresponde conocer el texto freudiano que finaliza afirmando:”Es una gran injusticia procesar a la homosexualidad como delito…y también una crueldad.”
8.  FREUD, S. (1950 [1897/1902]): LOS ORÍGENES DEL PSICOANÁLISIS, Amorrortu, Bs. As.
9.  GIBERTI,E.(2004): La adopcion y la alternativa homosexual, en UNION CIVIL Y ADOPCION, Compilación, CHA, Ed. Del Puerto, en prensa.

 

 
Articulo publicado en
Marzo / 2005