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La dialéctica de los cuerpos significantes

 
Reflexiones de una antropología desde los cuerpos

Desde los trabajos pioneros de Mauss y Leenhardt, la antropología sociocultural ha demostrado que el cuerpo no puede concebirse como mero organismo natural, pues las culturas elaboran sus propias gestualidades, emociones, modos de percepción sensorial, movimientos, significaciones y valoraciones sobre la corporalidad. Asimismo, los estudios inspirados en Lévi-Strauss, Foucault o Bourdieu, examinan cómo los cuerpos son objetos de poderosas representaciones simbólicas, discursos, disciplinas y habitus.

Sin embargo, en estudios más recientes influenciados por las filosofías de Merleau-Ponty, Nietzsche y Deleuze, el cuerpo ya no es tratado sólo como un mero “objeto”, a la manera de un pasivo títere o marioneta de los poderes y discursos sociales, sino que el interés se desplaza hacia la corporalidad, entendida como encarnación, experiencia vital y potente de lo humano y, por tanto, como dimensión constitutiva, activa y transformadora, de la intersubjetividad y de la vida social.

Así, los debates contemporáneos reflexionan sobre cómo los cuerpos/corporalidades son tensionados entre las tendencias a la reproducción social y a la agencia creativa, la normalización y la personalización, el disciplinamiento y el empoderamiento. De ahí la emergencia de propuestas de carácter dialéctico, preocupadas tanto por las sutiles formas de ejercicio del poder como por las posibilidades de agencia que encarnamos en nuestras vidas. Mis investigaciones iniciadas a mediados de los años ’90, y luego las realizadas desde 2004 con el Equipo de Antropología del Cuerpo y la Performance de la Universidad de Buenos Aires, se abocan a estas problemáticas. A través de tres breves escenas que retratan parte de estas trayectorias, intentaré mostrar cómo esta dialéctica se encarna en algunas de las tantas corporalidades que hoy conviven en nuestra sociedad.

 

Los cuerpos del rock: Entre la transgresión y la reproducción

A mediados de los años ’90, investigué las corporalidades en los recitales de rock local, y en especial el pogo, en el que los jóvenes varones de clases medias y populares, experimentaban potentes roces entre sus cuerpos. Me impactaba la intensidad de sus gestos y movimientos y, sobre todo, los modos en que estas experiencias sensorio-emotivas vehiculizaban disputas micro y macro políticas. Por un lado, expresaban la resistencia a los intentos de disciplinamiento que vivían en los ámbitos familiares y escolares, pues como me explicaba un joven poguero, el recital les posibilitaba “salirse un poco de la sociedad”. Pero además, manifestaban la oposición al neoliberalismo así como a los resabios de la última dictadura militar.

En el caso de la banda Bersuit Vergarabat, también analicé la puesta en escena de una “estética grotesca”, en la que un cuerpo hipersexualizado y carnavalizado se convertía en soporte significante de resistencia político-cultural. Un ejemplo fue la canción dedicada al presidente de la nación de aquel entonces, en la que el cantante y algunos seguidores se bajaban los pantalones y movían su cola frente al público, cantando con ritmo de cumbia: “rompiendo culo a granel tomaremos el poder”. Así, estas prácticas transgresoras ritualizadas muchas veces también entraban en tensión con la reproducción de ciertos estereotipos en torno a las desigualdades de género y la heteronormatividad homofóbica.

Video: http://www.youtube.com/watch?v=L7fY1H105Cw

 

Los cuerpos indígenas: Entre el empoderamiento ritual y la exclusión

Trasladarnos a lejanas zonas rurales de nuestro país en donde distintos grupos indígenas recrean sus propios modos de vida, nos enfrenta a otras corporalidades, las cuales, no obstante, también son atravesadas por similares procesos económico-políticos nacionales y globales.

En mi investigación con los tobas formoseños, efectuada durante los peores años de la crisis del modelo neoliberal (1998-2002), encontré que la preocupación cotidiana por la salud-enfermedad adquiría un lugar central, y movilizaba desde críticas a hospitales públicos hasta prácticas chamánicas y rituales evangélicos híbridos. En este último caso, pude apreciar un fuerte contraste entre los cuerpos dinámicos, sensibles y poderosos de las danzas y cantos rituales, que permitían a los tobas adquirir fortaleza, curarse de enfermedades y legitimar sus liderazgos, y los cuerpos más aquietados de las lecturas y prédicas bíblicas. Esto llevó a conflictos entre las iglesias: mientras algunas alentaban las danzas, otras las condenaban y trataban de prohibirlas, siguiendo el modelo de disciplinamiento occidental: el culto, decían, “debe ser como una escuela… sentados, leyendo, escuchando”. En suma, si bien algunos de estos cuerpos en danza resistían y se empoderaban en el ritual, aún padecían los efectos del disciplinamiento así como de la desigualdad económica y la exclusión social, herederas del colonialismo pero rearticuladas entonces por el neoliberalismo y el clientelismo político.

Video: http://vimeo.com/12476163

 

Los cuerpos del bienestar urbano: Entre la personalización y la normalización

En las investigaciones de nuestro equipo, retornamos a los cuerpos urbanos, esta vez de clases medias y medias-altas. En especial nos interesó reflexionar sobre el modo en que el capitalismo tardío, la cultura del consumo, la globalización y la posmodernidad, propiciaron una creciente oferta de diversas técnicas corporales, estéticas, rituales, prácticas de alimentación, cuidado y salud de los cuerpos, provenientes de distintas tradiciones histórico-culturales, y en especial orientales. Tal es el caso de modalidades muy difundidas como el Yoga o el Tai chi, diversas prácticas de “alimentación saludable” y “medicinas y psicoterapias alternativas”. Paralelamente, el creciente desarrollo de las tecnologías médicas, farmacéuticas y cosméticas ha permitido intervenir cada vez más sobre la apariencia de nuestro cuerpo para modificarla según nuestros deseos, a través tratamientos de belleza, adelgazamiento y cirugías estéticas. También los deportes tradicionales, pero sobre todo las más recientes prácticas del fitness permiten entrenamientos cada vez más especializados que tienen el potencial de modificar sustancialmente nuestros cuerpos.

Indagar en las prácticas de subjetivación contemporánea, requiere prestar atención a estos nuevos consumos corporales que desafían aquella noción dualista moderna de la persona que situaba en la razón, el locus de la subjetividad, y en el cuerpo, a un mero instrumento. Asimismo, interpelan los límites entre naturaleza y cultura que rigieron las coordenadas de la modernidad occidental. Finalmente, nos resitúan ante la tensión entre agencia y reproducción: por un lado, tienden a propiciar procesos de personalización y autoconstrucción de la corporalidad, más acordes con los propios deseos manifiestos; pero a la vez, sospechamos del modo en que normalizan los cuerpos, y en especial los femeninos, alineándolos con las tendencias hegemónicas del mercado que sitúan al cuerpo bello, joven, esbelto y en armonía, como camino indeclinable hacia el bienestar…

 

Hacia una provisoria síntesis

Toda experiencia humana implica un complejo y dinámico entramado entre las apariencias de nuestros cuerpos, sus movimientos, sensorialidades, afectos y significaciones. Un entramado que es reiteradamente atravesado por las poderosas redes de significantes culturales en las cuales nos socializamos: significantes encarnados en discursos sociales, pero también en habitus corporales, usos del espacio y del tiempo que nos preexisten. Sin embargo, es a partir de esas redes significantes ya inscriptas en nuestros cuerpos, que podemos también ser generadores de otras nuevas, de significantes propios que se encarnarán en nuestra apariencia física, gestos, sensaciones, afectos y palabras -aunque éstos, a menudo, no sean más que sutiles variaciones, desplazamientos, reencadenamientos o intentos de subversiones, de aquellos significantes previos que nos constituyeron.

Son las complejidades de estas experiencias encarnadas, en su dialéctica existencial de tensiones y provisorias síntesis, las que nuestra práctica antropológica desde los cuerpos, pretende hoy indagar.

 

*Autora y fotógrafo de los libros: Cuerpos significantes. Travesías de una etnografía dialéctica (2009), Cuerpos Plurales. Antropología de y desde los cuerpos (2010) y Cuerpos en movimiento. Antropología de y desde las danzas (2012). Las fotografías que ilustran este artículo pertenecen a Salvador Batalla.

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Articulo publicado en
Noviembre / 2014