El conjuro de Maléfica sobre Aurora y el destino fatal en las personas | Topía

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El conjuro de Maléfica sobre Aurora y el destino fatal en las personas

 

Freud, en “Más allá del principio del placer” (1920) reestructura la teoría pulsional, puesto que hasta ese momento pensaba que todos los procesos anímicos se encontraban regidos por el principio del placer; el cual evita el displacer para acercarse al placer. Sin embargo, con la experiencia, se encuentra que esto no es universalmente cierto ya que no todos los resultados de los procesos anímicos son placenteros. En ocasiones el sujeto es arrojado a un padecer repetitivo; un ejemplo de ello lo encuentra en lo que denominó como “el destino fatal de las personas”.

Queremos servirnos de este intercambio de palabras que se produce entre Maléfica y el Rey, para explicar lo postulado por Freud en su texto sobre el masoquismo

En el film de Disney “Maléfica”, nos encontramos con un relato alterado y ampliado del clásico “La Bella Durmiente”. No sólo su final sufre un giro inesperado al presentado desde los años 1959, fecha en la que se da el nacimiento de la historia; sino que también dentro del film se incorporan los sucesos acontecidos en los años previos al nacimiento de la princesa Aurora.

Nuestro interés, se sitúa en el momento del conjuro de Maléfica sobre la pequeña princesa Aurora. Cegada por su odio, por su corazón endurecido tras la despiadada traición de quién fuera luego el padre de la niña; se aparece en el palacio el día de la presentación de la princesa a su pueblo, y lanza sobre ella un terrible conjuro que ensombrecerá el futuro de la niña, tiñéndolo de una muerte temprana irrevocable:

“La princesa crecerá dotada de gracia y belleza. Quién la conozca la amará, pero al cumplir los 16 años, antes de que el sol se ponga, se pinchará el dedo con la aguja de una rueca y se sumirá en un sueño de muerte eterno. Un sueño del cual ella jamás despertará”

Estas fueron las palabras que se soltaron de la boca, de la herida Hada del mal. Palabras que resonaron en los oídos de todos los allí presentes en el Palacio. Palabras que sembraron el miedo de toda la familia Real sobre el futuro de la pequeña; pero que también resonaron sobre los pequeños oídos de la niña.

El Rey Estefan, padre de Aurora y responsable de haber robado las alas y roto el corazón de Maléfica, le implora piedad para su hija. Ante la súplica del Rey, a modo de salvedad (pero tramposa, puesto que luego de la traición sufrida no cree en la existencia de un amor verdadero) le agrega a su conjuro las siguientes palabras:

“La princesa si despertará de su mortal sueño, pero sólo con un beso de amor verdadero. El hechizo durará hasta el final de los tiempos, no hay poder en la tierra que lo altere”.

El conjuro de Maléfica representa la pulsión de muerte que habitará en Aurora y la súplica del Rey aparece como el principio del placer; ese amor que renueva un futuro sombrío en Aurora y le otorga una luz de esperanza para escapar al sueño mortal

Antes de meternos por completo a trabajar la objeción al principio del placer que representa el destino fatal en las personas, queremos servirnos de este intercambio de palabras que se produce entre Maléfica y el Rey, para explicar lo postulado por Freud en su texto sobre el masoquismo. En este desarrolla acerca de las dos pulsiones en relación al principio del placer   y el principio de Nirvana. Considera aquí al principio del placer como el guardián de la vida, mientras que al principio de Nirvana lo considera súbdito de la pulsión de muerte.

El principio de Nirvana se caracteriza por la tendencia del aparato anímico a la reducción de la tensión, a la supresión de la excitación interna. Se manifiesta en la pulsión de muerte que fuerza a lo orgánico vivo a reproducir un estado anterior que se perdió, el estado inorgánico previo a la vida, es decir la muerte, pero de forma natural. Concluye que la meta de toda vida es morir, pero de forma natural. Mientras que la pulsión de vida, la identifica con el principio del placer, que actúa desde el comienzo de la vida entrando en oposición con lo inorgánico (la muerte) animándolo. De este modo nace la pulsión de vida, como pulsión nacida por la animación de lo inorgánico. Otra de sus funciones es la de aportar tensiones cuya tramitación es sentida como placer y alargan, mediante un rodeo, el camino hacia la muerte. Por esta razón le reserva al principio del placer el título del guardián de la vida.

El conjuro de Maléfica representa la pulsión de muerte que habitará en Aurora y la súplica del Rey aparece como el principio del placer; ese amor que renueva un futuro sombrío en Aurora y le otorga una luz de esperanza para escapar al sueño mortal. Vemos aquí como el principio del placer (el amor verdadero) modificará el principio de Nirvana (sueño mortal), y Aurora despertará.

Luego del conjuro comienzan los recaudos elaborados por el Rey para evitar el destino fatal de su hija. Manda a recolectar todas las ruecas de la aldea para destruirlas y guardarlas en el sótano del palacio. También decide enviar a su niña junto a tres hadas a vivir, hasta que cumpla los 16 años y un día, en una casita alejada de él y de su hechicera. Sin embargo, el destino fatal, entramado en la pulsión mortífera, trabaja silenciosa y continuamente, y sólo puede ser alterado conscientemente por la pulsión de vida y su trabajo de reelaboración. Es decir, mediante un trabajo que haga consciente y permita poner en palabras aquél “conjuro” que lleva a la repetición destructiva del yo.

Freud construye una concepción de destino desde el psicoanálisis y la liga a la repetición. Una compulsión a la repetición que se manifiesta en la vida de ciertos individuos que están sometidos a un destino fatal, pero, a diferencia de aquellos que piensan el destino como algo exterior al sujeto, el psicoanálisis encuentra que este destino es autoinducido; lo cual es válido aclarar que no quiere decir que sea consciente. Pone como ejemplos personas cuya relación amorosa recorren siempre las mismas fases y desembocan en un mismo final. Le sorprende aún más, aquellos casos en los que existe un vivenciar pasivo y señala por ejemplo el caso de una mujer que se ha casado tres veces y en las tres el marido enfermó y debió cuidarlo en su lecho de muerte. Sin embargo, incluso en este último ejemplo, para Freud no hay en lo psíquico nada que sea producto de un libre albedrío. Esto quiere decir, cree en las casualidades externas, pero de ningún modo en las contingencias psíquicas. De este modo se aparte del pensamiento supersticioso, el cual atribuye a lo externo un significado por el que se expresa algo oculto. Para Freud no debe atribuírsele todo a la mala o a la buena suerte como explicación de los acontecimientos que vive una persona. Ni como un determinismo externo ante el cual nada puede hacer el sujeto para modificar su destino; en el caso de Aurora por ejemplo caer en el sueño mortífero tras pincharse el dedo con la rueca. ¿Por qué pese a ser advertida del conjuro por Maléfica cae en un accionar “robotizante” que la lleva a pincharse el dedo con la rueca?

Freud denominó como traumas de la realidad psíquica a las impresiones de vivencias tempranas; esta no tiene que necesariamente ser eventos terribles, sino que muy a menudo sin serlo alcanzan al niño en una época en la que su capacidad de simbolizar no fue alcanzada

Freud denominó como traumas de la realidad psíquica a las impresiones de vivencias tempranas; esta no tiene que necesariamente ser eventos terribles, sino que muy a menudo sin serlo alcanzan al niño en una época en la que su capacidad de simbolizar no fue alcanzada. Aurora desde sus primeros días de vida crece en un ambiente que, si bien intenta evitar su destino, hablan constantemente de él. Su vida y rutina diaria se estructura para evitarlo, pero que a su vez no se lo cesa de nombrar entre sus cuidadores y protectores. En la neurosis de destino hay un predominio de la repetición, donde la vida parece estar comandada por un conjuro demoníaco, en el caso de Aurora pincharse el dedo en la rueca y pagar la traición de su padre a quién ella le debe la vida y de quién sufre un abandono forzado para evitar su tragedia.

La pulsión de muerte cuando comanda al sujeto no le permite vivencias nuevas, sino que reactualiza lo que el yo vivió en la infancia, no da cabida a vínculos nuevos; de hecho, Aurora, hasta el desenlace trágico, solamente se relaciona con los personajes que estuvieron presente en el momento del hechizo. Crece junto a las tres hadas a las que la encomendó su padre y cuando parece abrirse a un vínculo nuevo, a quién ella llama su hada madrina, resulta ser Maléfica, el Otro que impartió el conjuro que asecha su futuro.

El yo no es innato, nace de Otro. Por lo que no solo tiene como referencia su propia historia, sino que participan en su identificación miradas ajenas, de este modo la princesa va articulando su propio reconocimiento y el reconocimiento que le brindan los otros. Al igual que Edipo, Aurora fue exiliada de su hogar para evitar la tragedia y al igual que él la tragedia se cumple. Edipo pese a los intentos de su padre de protegerse exilia a su hijo para evitar el parricidio y el posterior incesto con la madre. Igual, la princesa de nuestro cuento, pese a su exilio cumple con la condena de pincharse el dedo con la rueca y caer en un sueño mortal para pagar las culpas de su padre y resarcir a su “madre”.

Encontramos en la película de Maléfica que el destino fatal es un modo de satisfacer el sentimiento inconsciente de culpa

Encontramos en la película de Maléfica que el destino fatal es un modo de satisfacer el sentimiento inconsciente de culpa. Pensemos en como Aurora, desde pequeña y sin posibilidades de conocer a su verdadera madre, le dio a su hechicera un rol materno. La llamaba su hada madrina que le brindaba protección, puesto que, si fuese por las hadas encargadas de los cuidados, Aurora no hubiese sobrevivido. Maléfica la alimentó primero y luego la acompañó en su crecimiento. Luego de que los años pasaron también Maléfica conoció el amor verdadero en Aurora y si bien intentó deshacer el conjuro, este resultó irrevocable. ¿Por qué?

Desde la mirada del psicoanálisis hacemos a un lado la fortaleza e indestructibilidad del hechizo. Había otras razones. Ante su incapacidad de revocarlo, previene a la princesa y le cuenta la historia del pasado y su conjuro. Herida la joven, vuelve al Castillo y cae en el “encantamiento” que la llevará a pincharse el dedo; las razones las encontramos aquí: Aurora se encariñó y tomó a su hada madrina que le brindaba protección y “amor”, por lo que aquí creemos el hechizo (discurso del Otro), a través del amor y la culpa, se hizo más fuerte y parasitó el destino de Aurora. Esta culpa la lleva a cumplir la condena para vengar la traición y reparar el dolor de su amada madre, que le produjo su propio padre. De este modo venga a su madre, expurga a su padre y se castiga ella por haber nacido, confirmando la falta de amor de su padre hacia Maléfica.

¿Qué interviene para el final feliz? La pulsión de vida que en la película la llaman “beso del amor verdadero”, pero que podríamos nosotros renombrar como la pulsión de vida que mediante la ligazón rompe el mecanismo de destrucción que viene ejerciendo la pulsión de muerte, que, hasta ese momento, oscureció el destino de Aurora principalmente, pero de Maléfica también. No hay indicios, ni posibilidad, en una historia de fantasía, de un recorrido terapéutico por parte de la Hada del mal; no obstante, notamos en su discurso como irrumpe en ella la consciencia de daño, de reparo y la necesidad de cambio. Esto permitirá, tanto a ella como a Aurora, atravesar la tragedia y comenzar a escribir una nueva historia; por supuesto, como lo muestra la batalla final de la película, no sin antes dar pelea a los traumas del pasado que las llevaron a los sufrimientos actuales.

María Nieves Gorosito
m.nievesgorosito [at] hotmail.com

 

Bibliografía

  • Robert Stromberg (director), (2014). Maléfica (cinta cinematográfica). EE.UU.
  • Freud, S. (1986). Más allá del principio del placer. En Obras Completas Vol. XVIII. Buenos Aires: Amorrortu.
  • Hornstein, L. (2018). Ser analista hoy. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Paidós.

 

 

Imagen de nota: Disney's "MALEFICENT" , Maleficent (Angelina Jolie), Photo Credit: Film Frame, ©Disney 2014

 
Articulo publicado en
Junio / 2020