El 22 de febrero se cumplieron cien años del nacimiento del director aragonés, cuya obra cinematográfica dinamitó y dinamizó cierto orden y retórica visual burguesa existente, atravesando todas las tormentas culturales del siglo XX. Hoy después de diecisiete años de su desaparición física, todavía recordamos a ese hombre inaccesible, desconcertante, irreductible, que con su habilidad artística, supo moverse con libertad casi absoluta en los márgenes de un sistema cinematográfico capitalista cada vez más cerrado y homogéneo.
Voy a comenzar con una cita muy antigua que me parece insuperable, rescatada por Beatriz Sarlo en un artículo periodístico publicado hace tiempo, y que fue el “botón de arranque” de la presente reflexión:
“Entonces, la hermana dulcemente separó el sexo de su hermano dormido, y lo comió. Le dio, en cambio, su dulce corazón, su íntimo y rojo corazón.”
En la conferencia dictada en Buenos, en junio de 1994, realizada en el teatro Coliseo por U. Eco, llamada “UN AUTOR Y SUS INTERPRETES”, el escritor italiano, plantea algunas cuestiones importantes en cuanto a la interpretación de la obra de arte. Por ejemplo, que un artista no debe proporcionar interpretaciones de su propia obra.” Una obra es una máquina concebida para producir interpretaciones, y cuando la obra está ahí, al autor debe callar”. Un texto es un producto cuya suerte interpretativa debe formar parte de su propio mecanismo generativo.
Más que un “inventario de calamidades” de este milenio, que de hecho fue el más “genocida” de la historia de la humanidad, mi idea en este artículo es la de reflexionar brevemente sobre la cuestión de la mirada, como rasgo distintivo, y como acumulación de “memorias para el futuro”.
Desde aquella versión de la obra de Émile Zola que en 1902 hiciera Ferdinand Zecca para su film Víctimas del alcohol, o desde la adaptación teatralizada de la novela de Julio Verne Veinte mil leguas de viaje submarino efectuada por “el mago” George Mélies en 1907, pasando por David Griffith y Sergei Eisenstein (momento en el que el cine-invento mecánico de los Hnos. Lumiére corta las amarras con su pasado teatral, pictórico y literario) hasta las más actuales absorciones de distintas disciplinas hechas por el cine, se ha recorrido más de un siglo.
I- EL VIAJE
A partir del momento en que se supo, realmente, que la tierra era redonda, el viaje dejó de existir pues, obviamente en un círculo, abandonar un punto ya implica empezar a acercarse a él. Lo lineal adquiere una extraña curvatura, donde los polos son sólo una ficción, y lo circular es la monotonía. Comienza “el turismo”.
Edgar Allan Poe convivió cotidianamente con ciertas desdichas, pero también alcanzó la felicidad del hallazgo. Ese instante que aparece en muchos de sus relatos y también en algunos de sus ensayos, cuando afirma por ejemplo, que la ficción como tal debe apuntar a la verdad.
Allí estaba yo, pálida y muda, con el cuerpo ocioso, mirando por el
agujero de la cerradura de un portal inmenso de madera maciza, mientras un haz
de luz se filtraba en la oscuridad recortada. Quería descubrir lo que
sucedía del otro lado, en el lado incandescente de la existencia, mas
allá de esa esquina pausada, fuera de la blandura del sueno. Pasaba
horas mirando a través de la claraboya que iluminaba la habitación
donde yo giraba hasta desaparecer casi sin aire, entre las cortinas
La Multiplicación Dramática nació por nuestro intento de buscar un camino alternativo a la típica actitud reduccionista del psicoanalismo y psicodramatismo de la época del comienzo de la década del `70 en la Argentina.
A lo largo de 100 años muchísimos films dentro de la historia del cine, confirman el fin de toda esa concepción de la vida y del hombre, que en occidente surgió con el renacimiento, de tal modo que es imposible entender el actual derrumbe si no se examina lo que Berdiaeff advirtió como las tres paradojas esenciales mediante las cuales el mismo renacimiento se produjo: 1- Fue un movimiento individualista que terminó en la masificación.
2-Fue un movimiento naturalista que terminó en la máquina.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra