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Las luchas por el cielo: Tecnología y sometimiento

 

El general Gim Yu-sin, en el período en que la dinastía Silla dominó la península de Corea (595 - 673 d.C.), dirigía su ejército al combate. Estando ya resuelto el ataque contra el enemigo, sus soldados se negaron a combatir. No discutían su autoridad, sino que durante la noche había caído del cielo una gran estrella fugaz, y esto lo entendieron como un gran desorden en el firmamento. Un mal presagio. Gim Yu-sin a la noche siguiente remontó un gran barrilete con fuego en su cola. Ya en el aire el barrilete se incendió y esto hizo creer a sus tropas que la estrella había vuelto a las alturas. Con el cielo en orden los soldados entendieron que podían dar batalla al enemigo hasta perder la vida.

La Torre de Babel

La fragilidad del hombre proyectó un cielo poblado de seres poderosos: los dioses. Ese inalcanzable firmamento era algo imposible de tocar, oler, palpar o lamer. Durante siglos estuvo fuera de escala humana. En consecuencia, la atmósfera fue cargada de sentidos tanto celestiales como siniestros. Los temores atávicos a lo desconocido, a la muerte fueron construyendo diversas formas de dioses y surgieron castas sociales que se fueron diferenciando del común. Sacerdotes que se apropiaron del poder, declarándose representantes de los dioses y tomando de ese poder tanto los beneficios de la producción de bienes, como del dominio sobre las personas. Aprovecharon y aumentaron los terrores a lo celestial para someter a sus comunidades, la consecuencia es sabida: se apropiaron de los beneficios materiales y simbólicos de la dominación. Pregonando el miedo a los dioses dominaron a sus comunidades y declararon enemigos acérrimos a aquellos diferentes que caracterizaban como bárbaros.

Una conocida estratagema emplea la Biblia: divide para reinar. Estrategia que perdurará para organizar y azuzar el miedo al diferente como forma básica de dominar al conjunto social que se conduce

Dominar invocando a los dioses fue siempre una relación con el tiempo y el futuro.1 “El poder mira a lo lejos, pero sobre todo lejos en el tiempo. Se ejerce produciendo cierta visión del futuro y de sus amenazas. El gobernante asusta y calma probando constantemente su dominio del tiempo y, en cierta manera, de la historia.”2 La referencia nos hace notar que el miedo tiene una escala que va desde la seducción hasta el terror, que hay pasos para dar de acuerdo a las fluctuaciones de la situación social, un esquema perfectamente probado hace que la acción del gobierno pueda pasar de la seducción hacia la represión y culminar en el terror. Los gobiernos quieren gobernar en la calma, con la obediencia serena de sus súbditos. Trata de que las mayorías se identifiquen con las líneas generales del gobierno, la historia enseña que cuando surge la protesta, la dominación apela a la dureza de sus aparatos represivos.

Para ejemplificarlo recordemos a La Torre de Babel3 que, como tantas otras construcciones que desafiaban la altura, buscó romper la vida humana atada a la llanura. Intentaba ser una escalera con el objetivo de alcanzar la vivienda de los dioses. Existió realmente y fue destruida en una guerra, esa verdad histórica fue transformada en un mito bíblico.4 En el Génesis se relata como la sanción impuesta por dios al intento de atravesar los límites divinos. Dios condenó a los humanos a la dispersión, hablando distintos idiomas para que nunca más se entendieran entre ellos. Un extraordinario mito el de la Torre de Babel, dado que siembra la división de la cultura humana y promueve el miedo irrestricto a la severidad del Señor para con su grey. Una conocida estratagema emplea la Biblia: divide para reinar. Estrategia que perdurará para organizar y azuzar el miedo al diferente como forma básica de dominar al conjunto social que se conduce.

Ícaro

Con la ley de gravedad de Newton se comprendió científicamente qué nos ataba a la Tierra, en consecuencia, la posibilidad de tomar el cielo por asalto se hizo cada vez más cercana. Salir de la cárcel de la gravedad se hizo imperioso para los humanos. No era un asunto nuevo, ya Leonardo da Vinci con el Ornitóptero, máquina voladora que imitaba el vuelo de los pájaros, y su Tornillo Volador, un anticipo del helicóptero, intentó aplicar cálculos matemáticos para elevar al hombre hacia el cielo.

Remontándonos mucho más atrás no hay más que estudiar la evolución y desarrollo de los barriletes, un invento de los chinos, que fueron precursores de los aparatos voladores.5 En la cultura griega en el mito de Ícaro está el aparato volador y su caída como la condena a la omnipotencia del hombre.6 Tampoco podemos dejar de señalar a los globos aerostáticos que volaban incorporando aire caliente para ascender y dejaban entrar aire frío para el descenso.

Todos estos aparatos voladores requerían la comprensión de la física, la mecánica y cálculos matemáticos precisos de acuerdo al saber y los materiales de la época. Esta primera y larga etapa culmina con el vuelo de los hermanos Wright del 17 de diciembre de 1903,7 momento en que la aviación lleva adelante el sueño humano de volar, ya no se trataría solamente de una capacidad de los pájaros. El hombre disfrutó de ese estado omnipotente que lo liberó de la atadura a la Tierra: “Me sentí como si estuviera volando lejos de la Tierra y de todos sus problemas para siempre. Fue un éxtasis físico” declaró Jacques Charles al bajar del primer vuelo en globo aerostático tripulado. Es decir: omnipotencia, sexo y rock and roll montado en el barquillo del globo.

El Guernica de Picasso

Una vez que un aparato mecánico se pudo levantar y sostener en el aire en forma autónoma, comenzó la pujante industria de la aviación. Con su evolución se inició una nueva estrategia de cómo llevar adelante la guerra. Es decir, el cielo se fue poblando de máquinas que arrojan bombas cada vez más sofisticadas. El terror volvió a adueñarse del cielo, no había mucha defensa ante esos explosivos lanzados desde las máquinas voladoras. Picasso lo inmortalizó con su cuadro Guernica. La pintura dejó en claro que desde ese momento en más, el cielo ya no volvería a ser igual, la consabida frase de “estar al aire libre” comenzó a perder naturalidad y que el miedo a los cielos tenía una cara perfectamente humana. Una inquietud distinta amaneció y fue creciendo sin pausa dado que las máquinas de guerra voladoras fueron cada vez más capaces de promover el apocalipsis desde el cielo.

El perfeccionamiento del avión y la cada vez mayor precisión de los bombardeos colaboraron en los intentos de hegemonía imperial,8 generaron la convicción de que se había llegado al arma de todas las armas, la que permitiría la solución definitiva a la guerra. Con la aviación reaparecen y se hacen reales amenazas antiquísimas, esas en las que los dioses furiosos por las actitudes de los hombres descargan su ira y hacen desaparecer ciudades enteras.

El dominio de la guerra aérea produce un hecho nuevo en la historia: el arrasamiento de las poblaciones civiles desde el aire, con la aviación se comprendió cómo hacer que los habitantes del país enemigo, sobre todo en su retaguardia, temiesen a las bombas que caen del cielo.9 Mito y tecnología de punta se aúnan en esta evolución de la guerra aérea. La tecnología aérea retoma la concepción del dominio del hombre desde el aire por fuerzas que están fuera de su alcance de los que están en tierra. Una vez más el cielo se transforma en parte del infierno, el mismo no estará en la oscuridad de cavernas en lo profundo de la tierra. Guernica nos avisó de cómo el cielo cambió de signo.

El dominador del combate en el aire va imponiendo y usando sin dudar, ni ética el bombardear ciudades indefensas. Apuntar directamente a la población civil con el objetivo de que la misma viva en estado de terror. Con el justificativo de derrumbar la moral del enemigo produce ese apocalipsis: la lluvia de bombas que extermina los seres humanos indefensos desde el aire.10 La aviación después de los primeros ataques fue desplazando los lanzamientos de bombas de los objetivos militares hacia la población civil indefensa. No hay más que recordar el bombardeo de la ciudad alemana de Dresde y las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki.

Imaginar el armar

En su excelente libro War Stars. Guerra, ciencia ficción y hegemonía imperial, H. Bruce Franklin establece y relaciona los escritos de la ciencia ficción norteamericana con los preanuncios de las superarmas que desde el cielo eliminarán al enemigo y apoyarán fervientemente la idea del “destino de hegemónico e imperial de los Estados Unidos de América”. Por supuesto que la electricidad colaboró para consolidar esa concepción del país del norte como el nuevo y grandioso imperio: “En los últimos doscientos años, los descubrimientos científicos y la innovación tecnológica han generado una ola de entusiasmo creciente entre la gente común y los gobiernos. Uno tras otro, se han creado nuevos medios de manipular el entorno material, que encierran la promesa de otorgarnos poderes semidivinos de creación y destrucción, y abrigan un potencial ilimitado para crear prosperidad y causar estragos.”11 El recorrido que hace H. Bruce Franklin por las visiones de la guerra futura que la literatura norteamericana produce, muestra la relación de la misma con la forma en que se va desarrollando el dispositivo estratégico militar yanqui. Replicaremos solo una parte de las mismas de acuerdo a los intereses que tiene este artículo: “Durante los años que precedieron a la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial, las ficciones de guerra futura contra el Peligro Amarillo cobraron muchas formas fantásticas. (…) La novela de J. Halmilton Sedberry, Bajo la insignia de Cruz de 1908, fantasea acerca de un choque abierto, apocalíptico, con el “peligro amarillo” en el siglo XXI: “Una de las mitades del mundo se había alzado en armas contra la otra mitad, en este poderoso combate entre la raza blanca y la raza amarilla.”12 El conflicto se dirime desde el aire por bombas y tropas que se transportan por aire que derrotan a los que se define como mongoles y da el triunfo a la cristiandad.

Con la aviación reaparecen y se hacen reales amenazas antiquísimas, esas en las que los dioses furiosos por las actitudes de los hombres descargan su ira y hacen desaparecer ciudades enteras

No abundaremos más en la gran producción tanto del cine y la literatura norteamericana como aparato ideológico que promovía héroes que desde el aire mataban civiles y diseñaba superbombas cada vez más sofisticadas,13 recordaremos una de esas fantasías llevada a la práctica: la bomba de neutrones que al ser detonada permite se preserven los edificios y mueran solamente los seres vivos. Un arma táctica que permite invadir rápidamente una ciudad intacta, no hay peligro de radiactividad para los soldados invasores que vayan equipados con trajes especiales, donde los seres humanos que estaban donde cayó la bomba neutrónica están muertos, al igual que las plantas y los animales.

El usuario cyborg está atravesado por una particular forma de amor al dios tecnológico... y un miedo profundo a los “otros”, esos que antes eran los bárbaros de antaño

Guerra de las Galaxias

Ronald Reagan venía del cine y estaba familiarizado con ese cine donde el aviador es un héroe, participaba del mismo como actor. Era el presidente ideal para lanzar la guerra de las galaxias. La misma marcó el inicio de la época actual: se trataba de llevar e instalar armas fuera de la tierra que pudiesen atacar cualquier parte del mundo, ya el avión empieza a tener un papel secundario, el cielo vuelve a cambiar como campo de batalla. Si antes era importante, ahora se convierte en el lugar por excelencia desde y por el cual se podía dominar el mundo. Este proyecto devino en la construcción de la placenta mediática, esa envoltura invisible de comunicaciones que encerró el planeta en un celofán que es el que permite la hiperconexión, y una de sus consecuencias fue que los controles sociales devinieron en una multiplicidad de algoritmos e imágenes dominadas por las grandes empresas capitalistas y ensambladas con los más sofisticados organismos de espionaje. Y este proceso no tardó en traer un nuevo aquelarre a eso que denominamos comúnmente cielo. Estamos hablando de la guerra entre Estados Unidos y China por el dominio de la tecnología 5 G. Es decir, el paso siguiente tecnológico que aumenta por diez las capacidades de los Smartphone. La misma demuestra que nos encontramos en otro estilo de guerra del que los usuarios cyborg no parecen querer enterarse de sus consecuencias.

El usuario cyborg adaptado y enamorado del modelo que aúna tecnología con capitalismo se entusiasma con las nuevas potencias que los nuevos aparatos tendrán, pero evita las alarmas de quienes han denunciado las consecuencias para la salud de seres humanos y animales.14 Pese a las advertencias de Snowden tampoco parece alterarse por los riesgos aumentados del control social por vía de los aparatos tecnológicos de uso corriente. Sin embargo, es Trump el que ha puesto este tema en el tapete, dijo públicamente a sus aliados europeos que no quiere que los datos personales de los ciudadanos estadounidenses caigan en manos de China. O sea que el control personal y social de los usuarios cyborg, para Trump, debe quedar en manos exclusivas de Estados Unidos.

Mientras en las alturas de los dos gobiernos más poderosos del mundo, Estados Unidos y China, pelean sin tregua en una guerra híbrida, el usuario cyborg está atravesado por una particular forma de amor al dios tecnológico (nos referimos a los dioses tecnológicos como google o Facebook, Instagram, YouTube, etc.), y un miedo profundo a los “otros”, esos que antes eran los bárbaros de antaño. En ese supuesto limbo de la seguridad personal, el particular refugio está en la prótesis tecnológica que va incorporada a su mano15 como un fetiche que le resolverá su vida, el miedo reaparece como un espacio social inquietante, lleno de diversas acechanzas pero con el convencimiento de que su fetiche tecnológico lo protegerá.

Ante tanto desasosiego, la claustrofilia -amor por el encierro-16 será el fallido recurso para intentar contener el miedo. De esta manera el sometimiento se sostiene, no pone en jaque a los gobiernos de turno. Hay queja, es decir, sufrimiento por la inseguridad reinante, pero poca rebelión. El usuario cyborg cree haber logrado subir La Torre de Babel, allí en la placenta mediática se conecta con todos sus contactos en tiempo real, pero apenas sale a la calle se encuentra con multitud de “bárbaros” de los que desconfía y teme.

El usuario cyborg cree haber logrado subir La Torre de Babel, allí en la placenta mediática se conecta con todos sus contactos en tiempo real, pero apenas sale a la calle se encuentra con multitud de “bárbaros” de los que desconfía y teme

Miedo que repite el mito de La Torre de Babel, sociabilidad dividida, usuarios cyborg aferrados al modelo político, social y subjetivo dominante. Pese a las formas de la obediencia las plagas se agigantan: ataque de pánico, forma de deslizar el entramado social de dominación al usuario, aumento de las depresiones, aumento del suicidio, obesidad infantil, desocupación creciente, cadáveres de migrantes flotando en el mar mediterráneo. Aumento del consumo de psicofármacos y el consumo de opiáceos producidos por la industria farmacéutica matan a las personas que se han vuelto adictos a los mismos, asesinato de niños y mujeres, catástrofe planetaria por el calentamiento global. Esa seducción política que el capitalismo ejerce muestra de esta forma sus fisuras y los desastres a que conduce. El advenimiento de la 5 G ha traído esta guerra entre Estados Unidos y China dado que ambos países están convencidos de que el que tenga su dominio derrotará a su contrincante. El usuario cyborg en su idealización tecnofílica no ha despertado de las partes de pesadilla de este complejo presente, ya ha entregado todo su ser a los algoritmos y no hay duda que será más escudriñado y manipulado que antes.

Notas

1. Hazaki, César, Modo Cyborg. Niños, Adolescentes y familias en un Mundo Virtual, Editorial Topía, Buenos Aires, Argentina, 2019.

2. Boucheron, Patrick y Robin, Corey (2015), El miedo. Historia y usos políticos de una emoción, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2016.

3. Las investigaciones arqueológicas indican que llegaba a los noventa metros. Ubicada en Babilonia y se la conocía como zigurat Etemenanki. Su altura según los datos disponibles hasta hoy varía entre 60 y 90 metros. En su punto más alto estaba adornada por ladrillos azules para que se mimetizara con el color del cielo.

4. La Torre de Babel, al ser explicada por los arqueólogos da cuenta que el mito muestra el origen de los diversos lenguajes orales.

5. Hubo barriletes que se emplearon para mover carretas, los polinesios los usaron para pescar y hay múltiples leyendas de India, Japón y China que dan cuenta de diversos usos de los barriletes.

6. Hazaki, César, op. cit.

7. Antes de armar su avión los hermanos Wright probaron sus estudios remontando barriletes.

8. Como en tiempos anteriores lo fueron las infanterías organizadas o las flotas de barcos de guerra.

9. Franklin, H. Bruce, War Stars. Guerra, ciencia ficción y hegemonía imperial, Editorial Final Abierto, Buenos Aires, 2010.

10. Franklin D. Roosevelt al comenzar la segunda guerra Mundial pidió un compromiso ético a las naciones en conflicto por el cual no bombardearan objetivos civiles, que lanzaran sus bombas solamente sobre objetivos militares. Nadie lo cumplió y mucho menos Estados Unidos.

11. Franklin, H. Bruce, op. cit.

12. Franklin, H. Bruce, op. cit.

13. No debemos dejar de lado la fumigación con glifosato de pueblos enteros para proteger la soja.

14. Hay grandes interrogantes sobre el tema de la radiación que las torres de 5 G emitirán.

15. Estudios realizados por una de estas empresas tecnológicas indican que el usuario usa el Smartphone 250 veces al día.

16. Hazaki, César, El Cuerpo Mediático, Editorial Topía, Buenos Aires, 2010.

 

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Articulo publicado en
Agosto / 2019