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DOS TRISTES DEMONIOS

 
APARACIÓN CON VIDA DE JULIO LÓPEZ

La parábola de los 70 se abre con la profecía revolucionaria de la Patria Socialista. Se cierra en los alargados postnoventa con la resignación reaccionaria del Capitalismo Serio. En su devenir, el exterminio de sujetos políticos sociales y de ideologías. Lo Único (pensamiento, modo de producción social, jefatura de los gobiernos) triunfa por goleada (al estilo argentina perú del 78). Solamente la locura de las Madres de la Vida resiste la perversión de los Padres de la Muerte. La Justicia en la actualidad ocupa el espacio de la Política. Como si la primera fuera neutral, como si la segunda fuera ilegal. "No hagan política" es el reclamo de victimarios y víctimas. De la Política a veces criticando sus defectos y otras resistiendo sus virtudes. Política: es decir, lucha de clases. Mientras hay lucha, hay esperanza. El menemato unió las castas con la democracia, engendrando el monstruo de la gobernabilidad. No es un reinado, pero tampoco es un gobierno. Por lo tanto la desaparición de Julio Jorge Lopez es un analizador de ciertas formas de continuidad entre los pasados del terror, con los presentes del superavit fiscal. En un trabajo que escribí a pedido de la abogada Guadalupe Godoy señalé que el genocidio llama dos veces. Me refería a la victimización de los testigos, antes que Lopez fuera victimizado haciéndole padecer por segunda vez aquello que denunciaba. Los nuevos demonios que el discurso oficial de los derechos humanos inventa son: 1) el de la radicalización (esto es igual a los de los 70) y  2) el de la reconciliación (miremos el futuro unidos). La teoría de los dos demonios (no importa cuales sean los demonios) es funcional al progresismo no clasista cuando está en avanzada y a la derecha conservadora cuando está en retroceso.  Su versión macartista: ni yanquis ni marxistas… ha sido reflotada recientemente. Paradoja nunca resuelta porque hay peronistas pro yanquis y hay izquierda peronista. Fogoneando la indiferencia, resurge una de las crías del proceso: por algo será. Y como siempre digo: la derecha siempre tiene razón, aunque es una racionalidad represora. Julio Jorge Lopez desapareció por algo. Por enunciar y denunciar que el genocidio llama dos veces, quizás mas, y que las trampas del capitalismo no se resuelven con seriedad sino con la contundente decisión de enfrentarlo. Que poco o nada tiene que ver con ofrecer recompensas o que la máxima jefatura del Gobierno nos pregunte donde está Lopez. Solamente la democracia burguesa logra hacer invisible al enemigo. Y es cierto que no podemos acusar al gobierno de la desaparición de Lopez, pero al menos yo lo acuso de que no aparezca. Y también lo acuso de que nadie de los responsables mediatos que velan por nuestra seguridad, hayan siquiera amagado con presentar la renuncia, siguiendo la estrategia del responsable político de la masacre de Cromagnon. (otro hecho maldito del pais burgués)
La desaparición de Julio Lopez es un analizador que si el capitalismo que debemos consumir es serio, no por eso deja de ser salvaje. No se ríe, pero muerde y desgarra. Lobo serio que continuará asesinando, como la soja transgénica, los cianuros de la minería a cielo abierto, la contaminación de las aguas y las tierras. Serio y fácil, como el gatillo y el pago. Es tan fácil pagar y matar en el capitalismo. Y también con la desaparición  forzada de una persona, querellante y testigo. Siniestra reaparición del “deme dos”. Por eso no me convencen las razones teóricas de los dos demonios. Si las venas de américa latina siguen abiertas, la profecía setentista, la verdadera, la revolucionaria, que no era seria, pero si era muy alegre, sigue abierta. Y seguirá abierta hasta la victoria siempre.

*Dirección Nacional
Liga Argentina por los Derechos del Hombre

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Articulo publicado en
Septiembre / 2009