Ha concebido ser tu padre
bajo condiciones infrahumanas
después de tres varones y cuatro mujeres
serás el séptimo día
el último de la lista
si los frejoles y el sexo mantienen una tregua.
El cuarto varón que no llegó con el pan bajo el brazo
más hambre/menos arroz con huevo
los hermanos mayores juegan a la ouija
porque ya no hay espacio en la cama.
Gracias a ti.
Las madrugadas son llantos inconsolables,
tu madre no puede amamantarte,
tus hermanos, ahora, escupen sobre tu estiércol.
Tu madre amanece con las llagas de tu padre
correspondiéndole la crucifixión de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
II
En cinco años
tu vestidura holgada es tu manifiesto del arenal
donde pintan tu casa con ladrillos imaginarios.
Tu padre ha visto en ti
el pecado de los pobladores sodomitas
y has sido condenado Al tormento
al lado de tu madre.
Estás conociendo el Infierno
con tinta roja
que eyacula de tu ano
doloroso, penetrante
cruje tu garganta
la piel escarapelada
los pies sumisos en el aire
las manos afligidas
la imaginación vedada
los juguetes tuertos sin dueños.
Tu madre ha guardado silencio
y su pierna aniquilada en púrpura
y tú tan pequeño/ sin poder hacer nada
sólo resistir/resistir/resistir
gimotear
con el semen a cuestas de tu progenitor
nadie vendrá a socorrerte
ni tu Dios que llevas colgada en el cuello.
III
Amanece negro
es un balance justo
en tus huesos.
Sigues agradeciendo ese caminar nocturno
vendiendo tus órganos
a jóvenes setentones
porque los gusanos de tu estómago necesitan alimentarse
has escapado del lejano oeste donde nadie te socorría
miseria
tras miseria
tras miseria.
No esperabas menos
ahora eres dueña de la calle
ahora eres dueña de la noche
ahora eres dueña de tus órganos
ahora eres parte de la Selva de Cemento.
No hay fiestas de bienvenida
ni abrazos gratificantes
¿pero cuando obtuviste una sonrisa de bienvenida?
IV
Hoy has amanecido feliz, Solange
sobre las plantillas de una mujer con tacos
sin una delgada línea morada
surcando tu rostro
porque los cien soles son suficientes
para que el carácter endemoniado no te toque.
Hoy has amanecido feliz, Solange
y prefieres no exponer tu verdadero nombre
ni las calles transitadas
ni las noches costeadas con tu ano.
Hoy prefieres olvidar tu existencia
ser feliz
ser feliz como ninguna vez
sabiendo que, tal vez, sea
la última vez que se dibuje una sonrisa
en tu rostro.