Nos proponemos transmitir la experiencia realizada en la Unidad de Salud Mental, área Adolescencia, del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, con los adolescentes afectados que consultaron después de la catástrofe de Cromagnon del 30 de diciembre del 2004, y aportar una reflexión crítica a partir de lo que podemos pensar tres años después.
Gladys pidió tratamiento psicológico. Tiene 34 años, estatura baja, gordita, ojos brillantes y sonrisa atractiva. Habla con fluidez y sin pausas, ansiosamente describe situaciones y vivencias detalladas, generando un clima de mucha demanda. Refirió angustia, sensaciones de ahogo, dificultades para dormir con ideas de muerte inminente. Planteó deseos de pareja y de una segunda maternidad.
Soy Alejandro Vainer. Voy a coordinar este taller sobre Nuevos Dispositivos Psicoanalíticos en Instituciones Públicas, Grupo intergeneracional en un Servicio de Adolescencia en un Hospital Público.
El semáforo rojo detiene la caravana de autos, colectivos y motos que circulan por una de las grandes avenidas de Buenos Aires, a la altura de uno de los barrios elegantes, y a todo lo ancho de la misma aparecen tres grandes carteles coloridos captando la mirada obligada de los conductores y pasajeros.
Gran parte de las adolescentes que llegan a la consulta por los llamados cuadros de trastornos alimentarios (anorexia, bulimia o combinados), que siempre incluye la enorme insatisfacción con su imagen corporal, están afectadas por problemáticas de violencia graves, dentro del ámbito familiar, silenciadas o encubiertas. Lo oculto y latente se hace manifiesto en algún momento del vínculo terapéutico con ellas.
Patricio es un jovencito de poca estatura, pero con la contextura, vestimenta, peinado y actitud de “todo un hombre” Se muestra serio, más bien atemorizado.
Lo que sorprende es enterarse que tiene apenas 12 años y cursa 6º grado.
Centraré mi homenaje refiriéndome solamente al abordaje que hizo del Hospitalismo
Un niño que enfermaba y era internado en un hospital para su atención sufría un doble traumatismo: el de su cuerpo enfermo y el tratamiento con procedimientos muchas veces invasivos y a esto se sumaba la experiencia del abandono familiar impuesto por las normas institucionales que exigían el aislamiento del niño, permitiendo el contacto familiar solamente en los limitados horarios de “visita”.
Desde la dictadura militar del 76 se profundizó en la Argentina un modelo económico que provocó la acentuación de las diferencias sociales, con aumento de la miseria y gran pauperización de la clase media.
Como psicoterapeutas del Hospital de Niños Ricardo Gutierrez, pertenencientes al Area de Adolescencia de Psicopatología, quisiéramos relatar algunas experiencias grupales que realizamos actualmente, que exceden el marco de los grupos terapéuticos tradicionales que también seguimos manteniendo, y que se nutren en la historia particular de este hospital.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra