Artículos escritos por Roberto Mezzina | Topía

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Roberto Mezzina

Salud Mental: servicios, individuos y cuerpo social en la época del coronavirus

La emergencia del coronavirus hace que todo lo demás pase necesariamente a un segundo plano, condicionando y cambiando nuestra vida. Si la sanidad en Italia está sometida a un grandísimo estrés, y a un reto sin precedentes, la salud mental, hija de un dios menor, sufre en silencio. El empobrecimiento de los servicios, su reducción y unificación, la falta de personal, ya denunciada hace muchos años, se suma al hecho de estar hoy en la cola entre las prioridades de salud. El nivel de la amenaza, como en la guerra, está muy alto, y la expresión “tutela de la salud mental” suena casi redundante en muchos contextos sanitarios. Sin embargo, en una época en la que nadie puede cuestionar la legalidad de una "biopolítica" dictada por la medicina, nunca ha habido mayor necesidad de políticas de salud mental que en la actualidad, precisamente porque toda la población italiana, y más tarde o más temprano en el mundo, sufre un malestar enorme, que afecta y afectará a todo el mundo, y no sólo a los que ya tienen trastornos diagnosticados de tipo psiquiátrico, trastornando el mundo tal como lo conocemos.

Nunca como ahora hubo tanta necesidad de aferrarse en torno a los servicios como anclajes para la protección de la mente. Necesitamos urgentemente salvar los servicios, y al mismo tiempo repensar la salud mental en la era del coronavirus

Servicios comunitarios de salud mental con puertas abiertas y sin restricciones en Trieste, Italia

Desde hace años que hemos venido publicando en las páginas de Topía textos sobre la experiencia en Trieste. Vale mencionar, entre otros, los libros La condena de ser pobre y loco de Franco Basaglia y Vivir sin manicomios de Franco Rotelli. Pero, ¿cómo se trabaja hoy en Trieste? Su actual director envió especialmente este texto para nuestra revista, donde se transmite cómo se continúa trabajando hoy y cuáles son los logros a partir de más de 40 años de trabajo.

Introducción

En Italia, la desinstitucionalización psiquiátrica se completó al punto de que se han cerrado todos los hospitales psiquiátricos en un lapso de dos décadas (1978-1999), gracias a un movimiento crítico previo y a la ley de reforma que se aplicó en 1978. Esta ley se basa en los derechos plenos (como el derecho a la libre comunicación, el derecho a apelar, a no tener tratamientos involuntarios prolongados, a la no detención durante esos tratamientos) y no contempla la intervención de ninguna autoridad de la justicia ni del orden público. Estos principios llevaron a que se lograra la tasa más baja de tratamiento involuntario en Europa (17/100.000), así como la tasa de menor duración de estos tratamientos (10 días), lo cual evita que los usuarios del servicio pasen por un proceso pesado de institucionalización. El sector forense pasa ahora por una desinstitucionalización gradual (el 31 de marzo de 2015 la ley número 81 dictaminó el cierre de los 6 hospitales forenses existentes, reemplazándolos por pequeñas unidades regionales vinculadas a los departamentos de salud mental), con lo que en dos años se redujo el número de detenidos a menos de 600, en comparación con los 1500 de años anteriores (ROSEN et al., 2012, 2014).

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