Con los cuatro tópicos que evoca el título de este artículo, a saber, cuerpo, objeto, jugar y proyecto identificatorio, se defiende y sustenta en este trabajo una convergencia entre algunas tendencias del psicoanálisis y la psicología histórico – cultural en su manera de concebir ciertos fenómenos de la vida psíquica. Una convergencia que, lejos de anular las particularidades de cada una de esas mismas tendencias y posiciones, antes bien las fortalece al conferirles su irreductible valor dentro de una visión clínica integradora del jugar dirigida al hombre real y concreto que, de una manera más inclinada hacia la enajenación o hacia la autodeterminación, es constructor de sí mismo y de su mundo. En las consideraciones finales, de este trabajo, aclararé más acerca de los alcances momentáneos y a futuro de esta visión clínica integradora del jugar que con los presentes argumentos de este artículo estaría comenzando a esbozar, defender y sustentar.
Nunca he sido partidario del eclecticismo ni lo seré jamás. Creo firmemente en que las distintas posiciones, planteamientos y procederes que adopta un buen profesional deben tener congruencia epistemológica entre sí