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Pequeños “blindajes” cotidianos

 

En la Argentina, cada "blindaje" que se recibe implica un pedazo más de carne que se cede. Si no nos avivamos, podemos llegar a entregar el cuerpo entero, mientras agradecemos la ayuda recibida.

Un hecho pequeño pero contundente. Muy elocuente. Ocurrió hace pocos meses en el Hospital de Niños Ricardo Gutierrez de la ciudad de Buenos Aires. A modo de "aporte para la institución", un laboratorio realizó, meses atrás, un cambio de carteles señalizadores a todos los servicios del Hospital, que contienen también el nombre del laboratorio y... ¡oh, sorpresa!, de la noche a la mañana, Psicopatología y Salud Mental pasó a llamarse Psiquiatría. Se trata de una empresa argentina que produce medicación de utilidad pediátrica, y que a través de visitadores médicos, difunde sus productos entregando a los servicios del hospital parte de la medicación que estos necesitan para cubrir las necesidades de los pacientes que no pueden comprarlos. Nos "dan lo que necesitamos" a cambio de "cambiarnos la identidad", nada menos. Tras el borramiento del nombre se destiñe y desaparece también la historia, los orígenes. La Salud Mental en la Argentina, la facultad de Psicología, el auge del Psicoanálisis con todos sus desarrollos, lo vincular, lo grupal e institucional, quedan desplazados, y, en su lugar, aparece la Psiquiatría, una especialidad más de la Medicina.
En dicho hospital funciona, desde hace más de 30 años, una Unidad de Psicopatología y Salud Mental, que cuenta actualmente con más de 100 profesionales. Dicha Unidad está integrada por equipos que trabajan psicoanalíticamente en la atención de niños y adolescentes internados y ambulatorios de hasta 20 años de edad. Es además un sitio de formación psicoanalítica, con una concurrencia y una residencia para médicos y psicólogos, que se forman todos como psicoterapeutas individuales, de grupo y familia, para trabajar con niños y adolescentes. Los médicos, además, reciben formación psiquiátrica, y cuando medican con psicofármacos, lo hacen integrando su quehacer, en equipo, con los psicoterapeutas. Este servicio realiza además seminarios de formación psicoanalítica dirigidos a la comunidad profesional de Buenos Aires.
El proyecto de volver a medicalizar la salud mental y transformarla en un campo donde se anestesie el sufrimiento humano con un psicofármaco, en lugar de ayudar a quien padece para que se subjetivice denunciando el malestar y haciéndose activo en su búsqueda de alivio, es una tendencia que lamentablemente crece hoy en el mundo. Esto no implica desconocer los importantes avances que la ciencia farmacológica ha realizado, de gran utilidad, si está dispuesta a discutir e intercambiar con otras ciencias y disciplinas que integren lo somático, lo psíquico y lo social del sujeto.
En los EEUU ha ido desapareciendo el Psicoanálisis de los hospitales públicos, siendo la Psiquiatría, que sólo piensa en bajar costos, quien monopoliza el campo. ¿De qué depende que no nos ocurra lo mismo o algo parecido? De que estemos atentos y sensibles a detectar cada uno de estos pequeños blindajes cotidianos, los que nos van encorsetando lentamente. No vaya a suceder que la renegación o la indiferencia nos gane, y cuando querramos acordarnos, ya no sepamos más quiénes somos.
Susana Toporosi
Psicoanalista
stoporosi [at] interar.com.ar
 

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Articulo publicado en
Marzo / 2001

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