En su último libro, Humanismo, impugnación y resistencia (Colihue, 2021), Horacio González nos invita a pensar en la idea de un humanismo crítico. Se trata de convocar a un movimiento de pensamiento colectivo, que busque en distintas tradiciones y estilos de reflexión las bases para un anti-capitalismo reformulado. González proponía relanzar la noción de humanismo, pero agregándole el adjetivo crítico, para interrumpir las asociaciones más inmediatas que genera una palabra ya demasiado gastada. Esta convocatoria a una renovación vital del pensamiento es un llamado a volver a pensar lo que se pensó y, sobre todo, lo que no se pensó en los debates entre humanismos y anti-humanismos que se dieron en las épocas filosóficamente más vitales del siglo XX.
Se perciben muchas resonancias spinozianas en estos escritos marxianos, incluso en la alusión final a una fórmula que tanto Spinoza como Feuerbach toman de lo que sería un humanismo clásico: el hombre es un Dios para el hombre.