En el Nuevo Testamento -uno de los libros de mayor venta, aunque eso no garantice que se lea- San Mateo dice en alguno de los versículos -cuyo número no recuerdo- algo así como que: "Al que tiene le será dado más". Sin dudas que esto parece ser una verdad de Perogrullo. ¿Quién no sabe que los que tienen tendrán más de lo que tienen?. Los ricos necesariamente han de tener más riquezas y los pobres tendrán más pobreza; que resulta de la riqueza que se llevaron los primeros; los que son estúpidos serán más estúpidos... pero -ahí le erró Mateo- los inteligentes no serán más talentosos por la sencilla razón de que la inteligencia tiene un límite superior, en tanto que la estupidez no tiene límites inferiores a los que no pueda descender, siempre que se presente la oportunidad de hacer una demostración -normalmente pública, aunque las hay también de las privadas-. Todo esto, obvio que sin necesidad de hacer desmedidos esfuerzos -que podrían agotar la única neurona que hace sinapsis- por lograr el propósito de arrimarse al anillo del infierno en cuyo dedo anular está instalada la imbecilia, cual una alianza matrimonial que más de uno luce orgulloso de llevar a la vista de todos aquellos que le miren la mano -como símbolo de su esclavitud amorosa- aunque en la casa se lleve a las patadas con su compañera de desventuras. Dicen, los que saben de esto y de cuestiones criminales, que el matrimonio es la única sentencia a cadena perpetua que no se cancela por buen comportamiento. A su vez, los profesionales de las "ciencias duras" señalan que el matrimonio es un extraño fenómeno fisicoquímico por el cual una media naranja -dulce- se convierte con el tiempo en un medio limón, ácido hasta hacer trinar los dientes. Por otra parte, el propio Mateo, desde una lectura religiosa afirmaba, en el versículo 28341 bis, que el matrimonio es un acto religioso por el cual se produce el milagro de crear un nuevo Cristo y perder una virgen. A lo cual cabe agregar que los matemáticos consideran a la sacrosanta institución matrimonial como una suma de afectos, resta de libertades, multiplicación de responsabilidades y división de bienes.
Pero me fui por las ramas con lo del matrimonio por culpa de un anillo que se coloca en el dedo anular -¿por eso es que se puede "anular" con sólo sacarse el anillo?- y retornemos a lo convocante. Donde parece que se cumple de manera ineluctable la tesis reaccionaria de Mateo es en el ámbito del quehacer académico universitario. Mientras que en los ejemplos citados -sobre la riqueza y la pobreza- la empiria prueba que no siempre es verdadera la sentencia de Mateo, se constata que algunas veces unos pocos ricos perdieron sus riquezas por una multiplicidad de factores: unos hicieron malos negocios, otras veces tuvieron administradores más amigos del fraude que de la responsabilidad, otras veces criaron una descendencia que creyó que la caja de dineros nunca se vacía, etc. También algunos pobres pudieron salir de su condición, obvio es que esto no fue gracias al trabajo denodado que realizaron, sino a un golpe de suerte, como haber comprado el número favorecido con la lotería o con cualquier juego de azar semejante.
Pero es en el recoleto ámbito de lo académico donde la tesis de Mateo se cumple a rajatablas y sin excepción. En Argentina, con el invento del programa de los "incentivos para los docentes que hacen investigación" se ha desatado una guerra sórdida entre colegas que eran amigos. Todo por sacarse unos puntos de diferencia que les permitan ser categorizados mejor y obtener mayores subsidios para sus proyectos, a la par que un mayor "incentivo" pecuniario que mejore sus magros salarios. Así, se han visto cosas tan ridículas como poner en el "Parte de Avance" como un logro científico de formación de recursos humanos haber dado un cursillo sobre "El uso del papel glasé" en la escuela Fidela Amparán. Otros hacen "chorizos" con sus papers, es decir, sobre un mismo tema, por ejemplo la reacción del agua potable a una gota de aceite de camión; al año siguiente escriben otro paper sobre lo mismo, pero con dos gotas de agua y así sucesivamente por años. Nunca se cansan de hacer esas tonteras.
De tal forma, en ese lugar es posible observar que la hipótesis de Mateo es verdadera. Mientras más tenés, más te dan -igual que en los bancos- y eso tiene un efecto reproductivo, ya que al tener mayores subsidios el investigador puede hacerse conocer más en el mundillo, con lo cual el consumo de su producción aumenta y entonces recibe mayores subsidios. Además, puede participar en todos los congresos que se le cante, los cuáles solamente sirven para que los jóvenes se hagan ver ante la comunidad científica -algo así como el baile de presentación en sociedad- mientras que los viejos aprovechan los eventos para juntarse con amigos que hacía tiempo que no veían: así se ponen al día con chismes y otras cosillas por el estilo entre comidas bien surtidas y mejor regadas. Y todo eso se paga con los que han recibido de más, según Mateo.
Dr. Angel Rodriguez Kauth
Profesor de Psicología Social
y Director del Proyecto de Investigación "Psicología Política"
Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de San Luis, Argentina.