Marilyn una muchacha de 18 años, hija de abogada y médico soñaba con terminar su secundario con el regalo más preciado. Una cirugía de su rostro, algunos pequeños retoques de nariz y pómulos. Con el cirujano plástico eligieron los diferentes modelos de nariz y pómulos que los programas computarizados ofrecían a partir de su foto. El elegido fue el menos intrusivo, pequeñas modificaciones, para resaltar su belleza. Merece una reflexión aparte el tema de: adolescencia-regalo-bisturí. ¿Qué incompletud se homenajea en esa mutilación? Llegó el día, dos meses antes de la fiesta de cumpleaños.