Reflexionar, sobre los signos de la época y las problemáticas del consumo, nos exige sin dudas, admitir que la constitución del Sujeto, descansa en el a priori histórico que lo condiciona. La época imprime sus marcas en el devenir de una cultura, una sociedad y por lo tanto en la constitución subjetiva del individuo.
No son tiempos fáciles, el mundo capitalista junto a la revolución tecnológica de los últimos años han producido un cambio estructural. Vivimos casi a merced de nuestros nuevos amo: la ciencia y la tecnología. El mundo cibernético-virtual está entre nosotros. Bienvenidos al mercado.
Las patologías del consumo no han quedado exentas de estas transformaciones, hoy visualizmos las marcas de la época en el campo de las adicciones y esto genera una revisión profunda de nuestra práctica y de nuestro encuentro con el Otro. En la clínica diaria es inevitable considerar a fondo las contingencias histórico-culturales.