“NiUnaMenos”. Vivas nos queremos. Vivas, potentes y vitales. Inmersa en las intensidades vividas en la marcha “NiUnamenos” realizada el 3 de junio pasado, he decido comenzar estas líneas recordando un escrito al que llamé “En defensa de la ternura”.(1)
¿Qué nombre poner a esa emoción que me invadió cuando frente al Congreso vi a esos niños con cartelitos cuya leyenda denunciaba “NiUnaMenos”? Caminaba junto a mis amigas, con las que nos acompañamos desde tiempos inmemorables por esa Avenida de Mayo, con una emoción particular ¿la podré llamar ternura? Invadida por ese estado, me crucé con aquel amigo sesentón, como quien escribe, caminando por la plaza con su hija treintañera. Me sigue acompañando la ternura que me despertó ver a esas dos generaciones, ese padre y esa hija, en esa plaza por “NiUnaMenos”.