Lohana Berkins falleció el 5 de febrero de 2016 con apenas 50 años. Fue la dirigente travesti más reconocida de la Argentina y una referente internacional del activismo LGTBI. En 1994, Lohana fundó la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT) y en 2008, la Cooperativa de Trabajo para Travestis y Transexuales “Nadia Echazú”, que presidió hasta su fallecimiento. Fue impulsora de la ley 3062 de respeto a la identidad adoptada por travestis y transexuales y aprobada por la Legislatura porteña en 2009 e integró el Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género que se conformó durante la lucha por la aprobación de dicha Ley en Argentina. En la actualidad era Directora de la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual del Observatorio de Género en la Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, cargo que ejercía desde 2013.
La recordamos publicando un texto de 2010 que constituye un capítulo del libro Un cuerpo: mil sexos. Intersexualidades, Raíces Montero, Jorge Horacio (comp.), Buenos Aires, Topía, 2010.
Este libro presenta diversos debates, perspectivas, voces y miradas en torno al campo del erotismo y la pornografía. Raquel Osborne profundiza acerca de la complejidad que implica una supuesta diferenciación entre erotismo y pornografía poniendo de relieve que se trata de un terreno muy resbaladizo y donde los sesgos de todo tipo, tanto más se filtran, cuanta mayor es la intención de diferenciar entre estos dos conceptos. Michela Marzano llama la atención sobre la paradoja de la sociedad contemporánea que se enorgullece de su discurso sobre las relaciones íntimas, presentándolas como la expresión de un intercambio basado enteramente en la autonomía y la libertad individual y propone cuestionar el verdadero resultado de la liberación sexual. Irene Meler aborda las tendencias contemporáneas de la sexualidad desde una perspectiva que articula el enfoque de Género con el análisis de las subjetividades. Los deseos y las prácticas sexuales constituyen analizadores privilegiados del estado de las relaciones de género, donde el poder se anuda con el deseo de modo inextricable.
“Durante la penetración, la mujer debe mantenerse lo más rígida posible. El movimiento corporal podría ser interpretado como un signo de excitación por parte del optimista esposo.”[1] Así aleccionaba la sociedad victoriana a las esposas. Los varones eran aterrorizados desde el siglo XVII con los efectos nocivos de la masturbación: “Era considerada un derroche que enfermaba, estaba severamente perseguida. En este sentido el combate contra la masturbación fue uno de los principales esfuerzos en la guerra librada por asegurar la correcta y medida privacidad (…) ya que la vida privada debía mantener las apariencias que la burguesía capitalista, en su primera época, dictaba para la vida pública. Ambos mundos necesariamente tenían que coincidir.[2] Era consecuencia de la unión de capitalismo y calvinismo, que glorificaba el trabajo, la austeridad y el enriquecimiento personal como los caminos para ganar la eternidad. Así producción económica y salvación religiosa se combinaban para la transformación de Inglaterra.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra