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Los casinos virtuales y los niños

 

El hombre se ha convertido en una suerte de dios-prótesis. (..)
Épocas futuras traerán consigo nuevos progresos,
acaso de magnitud inigualable, en este ámbito de la cultura,
y no harán sino aumentar la semejanza con un dios.

Sigmund Freud

Todos somos cyborgs

Freud en El malestar en la cultura señala que las prótesis tecnológicas, pese a las dificultades de su incorporación, convertían a los hombres en semidioses. Esta observación, entiendo, ha cobrado relevancia en este proceso tecnocapitalista en que vivimos. Desde este punto arrancamos, hace ya muchos años, a pensar cómo los procesos tecnológicos van modificando a los seres humanos, insistiendo en que la hibridación entre humanos y máquinas nos ha constituido en cyborgs.

Los aparatos se hacen más diminutos y más potentes, los mismos ya son inseparables de la mano del usuario, el cyborg es un enamorado de las pantallas que vive más dentro de lo virtual que en el aquí y ahora de su cuerpo y su entorno social

Las prótesis comunicativas cada vez más pequeñas y con múltiples funciones son parte de nuestro cuerpo, hemos hibridado con ellas como consecuencia del exponencial aumento en la velocidad del tiempo (nanosegundos), lo que constituyó el denominado tiempo real.

Hay un sinnúmero de asuntos que muestran esta hibridación: la hiperconectividad, la extimidad, el exhibicionismo y el voyerismo, el dinero virtual, la captura de deseos y necesidades por la inteligencia artificial, etc. No le va en zaga que los aparatos se hacen más diminutos y más potentes, los mismos ya son inseparables de la mano del usuario, el cyborg es un enamorado de las pantallas que vive más dentro de lo virtual que en el aquí y ahora de su cuerpo y su entorno social.

Lo anterior es de alta prioridad para el capitalismo de plataformas, así promueve permanentemente que la vida de las personas quede atrapada en el consumismo a través de las prótesis comunicativas. Hace que la vida se deslice y se afinque en lo virtual todo el tiempo.

En este trabajo intentamos mostrar cómo las imágenes, desde la televisión en adelante, modifican las condiciones de vida y plantean una subjetividad de época que llegó para quedarse. El capitalismo de plataformas hace que la tecnología esté dirigida a capturar big data, así con la intimidad capturada de cada usuario produce mercancías y negocios. La captura de los deseos de los usuarios por inteligencia artificial hace de la minería de datos el gran negocio, éste permite construir nichos económicos nuevos que pueden escapar a controles y regulaciones.

Acorde con lo anterior vamos a hablar de las apuestas por dinero desde los celulares. Señalaremos las graves consecuencias que las mismas producen en niños y adolescentes.

Convocando a la diosa Fortuna

En la mitología romana la diosa Fortuna era representada como una ruleta. Fue siempre caracterizada como la más caprichosa de las diosas. Existen cuentos y leyendas que relatan cómo conseguir una riqueza desbordante e inmediata. Por ejemplo, es popular el cuento que narra que en la unión del horizonte y el arco iris se encuentra un barril lleno de monedas de oro. El caminante que llegue a ese lugar será colmado de riquezas. En la misma dirección va el mito del maná que llegará del cielo y proveerá de riquezas y alimentos sin que los humanos tuvieran que hacer ningún esfuerzo.

La ruleta debe girar siempre. El niño no debe bajar de su sobreexcitación que los casinos virtuales alimentan todo el tiempo

Si pensamos en el desvalimiento original del infante humano podemos encontrar el origen de estos cuentos, en ellos algo o alguien nos salvará de los peligros del hambre, la pobreza, de la fragilidad y de los sinsabores cotidianos de la vida. Promesas que están vinculadas a la magia.

El sueño de la riqueza

No hay duda que el capitalismo, en este caso representado por los casinos virtuales, al llegar al niño directamente para ofrecerle que apueste, mina el proceso de maduración de la niñez. La velocidad y la introducción de las apuestas por dinero en los celulares rompen los modos de ser y de pensar de los niños al inundarlos de ilusiones de placer inmediato. Los deja dominados por la sobreexcitación para que apuesten inmediatamente dinero en los espectáculos deportivos de todo el mundo.

El niño queda a merced de una creencia mágica: el azar estará a su favor. Se empeña en encontrar el ábrete sésamo para atrapar la gallina de los huevos de oro, el casino funcionará como un genio que sale de la botella para prometerle la felicidad, de esta manera será atrapado por la compulsión al juego.

No hay más que ver el señuelo que aparece apenas el niño apostador hace su depósito inicial: pueden ofrecerle hasta 100.000 pesos de regalo para que comience a apostar.

Casino y deporte

En Las Vegas, por ejemplo, se realizan importantes reuniones boxísticas dentro de los hoteles casinos que se trasmiten a todo el mundo. Al mismo tiempo los casinos virtuales impulsan y son sponsors de las grandes competencias deportivas.

El objetivo es claro: asociar deporte, ídolos deportivos, periodistas, canales de televisión deportivos a las apuestas por dinero. Así los deportes de alto impacto mundial, el fútbol, por ejemplo, son la carnada para que el niño pase del entusiasmo por el deporte a buscar la manera de apostar su dinero o el de sus padres en las casas de apuestas virtuales, es así como los casinos envuelven el mundo con el modelo Las Vegas.

Ya no es cierto que todo lo que pasa en Las Vegas queda en Las Vegas. Para ello hizo falta que el tiempo real (nanosegundo) transformara toda la comunicación en un aquí y ahora, que por vía de la placenta mediática esto llegue al niño-cyborg, a su Smartphone, así desde su casa o la escuela realice una apuesta en cualquier partido del mundo, la distancia geográfica desaparece y el mundo se convierte en un aquí y ahora donde se juegan innumerables partidos a cada instante, todo ello apunta a aumentar la ilusión omnipotente del niño o el joven que apuesta.

Nos encontramos ante un nuevo desafío en las crianzas de niños y adolescentes: cómo lograr desenmascarar las trampas que el consumismo capitalista ha disfrazado de juego

La estrategia de los casinos es que el jugador no pare nunca de apostar, para ello ofrece continuamente alternativas. La ruleta debe girar siempre. El niño no debe bajar de su sobreexcitación que los casinos virtuales alimentan todo el tiempo.

El canto de sirena de los casinos virtuales es sostener la ilusión de la inmediata ganancia de placer venciendo a la diosa Fortuna, lograr que el dinero llegue a las billeteras virtuales. Seducen a los apostadores para que escapen del infortunio personal, salir de su desvalimiento consiguiendo ganancias instantáneas.

En el caso de los niños y adolescentes esto ha invadido, tanto la escuela -donde juega en silencio sentado en el asiento del fondo de la clase- como el hogar. Impera la fantasía de la salvación individual urgente y por el medio de la diosa Fortuna.

Del espectáculo a la ludopatía

El marketing ha prestado atención a siempre abrir nuevos nichos de negocios, con el advenimiento del mundo digital se abrió la posibilidad de llegar a crear nichos económicos con consumidores cada vez más jóvenes. Este proceso ya abarca a niños pequeños que antes estaban fuera del alcance del marketing.

Partiremos, tal vez pueda sorprender, del futbol y su apropiación por la televisión y el marketing donde, por ejemplo, se consiguió aumentar exponencialmente en pocos años el consumo de cerveza (solo hizo falta que la camiseta de Boca y River estuvieran cruzadas con una propaganda de Quilmes). Mostraremos cómo se desarrolla la tendencia a capturar niños y jóvenes para diversos consumos compulsivos. Los casinos virtuales al realizar publicidad en los espectáculos deportivos impulsan el camino hacia la ludopatía. Es uno de los ejemplos más radicales de lo que llamamos globalización. Hasta no hace mucho tiempo, nadie sabía que la publicidad de la selección argentina de fútbol tiene en su pecho la publicidad de un casino virtual: Betwarrior. Así el equipo campeón del mundo promueve las apuestas por dinero, esto llega directo y sin intermediarios al cuerpo del niño. No hay mediación para que los adultos puedan interceder para detener la invasión y contener a los niños.

Poder jugar por dinero se alojó en nuestros dispositivos, primero en las computadoras y luego en la prótesis que llevamos incorporada al cuerpo: el Smartphone.

Las posibilidades de apuestas llegan a los celulares, debemos recalcar que el tiempo del casino es muy parecido a la eternidad dado que está presente 24/7 ofreciendo el sueño de tomar por asalto la banca. Es decir, es un tiempo sin corte, lo que permite que su oferta sea enormemente adictiva, está siempre en nuestro Smartphone.

Las agencias de apuestas y los casinos han logrado romper la barrera de la noche y ofrecen 24/7 la posibilidad de hacer apuestas en todo el mundo, dado que se han suprimido las distancias geográficas y todo transcurre en tiempo real. Habitan un tiempo que se parece a la eternidad y nunca agota su canto de sirenas. Una especie de ley de gravedad que atrapa y absorbe.

Los casinos virtuales son negocios especializados en inducir a que el apostador crea que la diosa Fortuna está de su lado. Que el jugador esté convencido que con sus lógicas puede dominar y vencer al azar.

El desarrollo del dinero virtual que va y viene entre billeteras virtuales ha alejado la posibilidad de los adultos para controlar el dinero que manejan los niños y adolescentes. Las apuestas se transforman así en un acto íntimo entre el adolescente y el casino.

El desarrollo mundializado del espectáculo deportivo demuestra el poder del marketing y cómo la relación social entre personas está mediatizada por imágenes que inducen y favorecen consumos de bebidas alcohólicas y apuestas por dinero.

Nos encontramos ante un nuevo desafío en las crianzas de niños y adolescentes: cómo lograr desenmascarar las trampas que el consumismo capitalista ha disfrazado de juego, cómo llevar a los niños al convencimiento de que las apuestas por dinero poco o nada tienen de juego. Estos Hansel y Gretel deben atravesar este bosque para no quedar atrapados en la ludopatía e Ícaro debe aceptar la indicación de Dédalo: no acercarse al sol dado que se fundirán sus alas e Ícaro caerá derrotado en el poderoso mar. El capitalismo de los casinos, buscando ganar dinero, suma así un peligro más en las crianzas de la niñez y la juventud. ◼

 

César Hazaki, Psicoanalista
cesar.hazaki [at] topia.com.ar
IG: @cesar.hazaki

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Articulo publicado en
Agosto / 2024