Salud y el estar bien son las motivaciones de este Programa. Imaginemos una sociedad donde esto es posible y se vive en armonía.
Desde lo mucho que hay escrito acerca de Redes, Salud y Sociedad, Grupos, Rehabilitación me propuse trabajar en pos de construir un modelo que opere desde la esencia de la célula social: la familia.
En este momento que vivimos donde está en jaque el valor, el valor de la vida misma, es indispensable y urgente pensar en la construcción y reconstrucción de entornos armoniosos. No podemos pensar en prosperidad como sociedad construyéndonos desde la inseguridad y desde “la falta”.
Entiendo como parte de nuestra tarea como profesionales el volcar nuestros saberes para el bien común. Y considero tarea de nuestros gobernantes, crear o habilitar sistemas que permitan sacar lo mejor de cada uno y para el grupo de los ciudadanos. Pero vivimos tiempos difíciles a nivel de material humano sin embargo, separar, condenar, aislar no cumple el propósito social del bienestar. En cierto sentido hasta colabora con ahondar el aislamiento y/o hacinamiento - dependiendo de cuál sea la situación de los sujetos en cuestión- desde donde se construyen las peores acciones. Es dar vuelta sobre lo mismo generando más de lo mismo. No es bueno el sufrimiento, no es recomendable permitir que se instale la sensación de impotencia y de miedo que en definitiva, es una certeza negativa y termina conduciendo a la realización de “la profecía temida”.
Ahora bien, si “la buena acción” se relaciona con los Valores, valores en cuanto a saber “la valía del otro”, respetar el lugar espacio del otro, tiene que existir un dispositivo en lo interno de cada uno de nosotros, que nos advierta cuando estamos traspasando ese límite del “yo”. Ese dispositivo comienza a forjarse en la primera infancia, se relaciona con los límites y la conformación del “yo” y el posterior reconocimiento del “otro” y la ley. El respeto a los padres, profesores, el respeto a la autoridad jerárquica amorosa que habilita, es lo que da lugar al desarrollo de ese dispositivo sin el cual, quedamos muy desprovistos para la vida armoniosa en comunidad. Cuando la ley, el otro, se impone en forma violenta, ya sea por acción o por omisión, ese espacio queda lesionado a veces para siempre. La cultura del grupo prospera cuando sus integrantes tienen la capacidad o competencia de representarse al otro como un diferente, esto es, la capacidad simbólica de entender al otro como sujeto y no como objeto que manejo, manipulo, tomo, a satisfacción. La voluntad de hacer, con conocimiento del otro y construyendo para el bienestar común, es lo que nos libera y nos resitúa. O bien elegimos vivir dentro de una cultura donde se enaltece el culto al ”yo” y lo que haga es en función de” mi y para mi” o tomamos algo de las sociedades donde la construcción del “nosotros” con el debido respeto al grupo y de la diversidad, ha sido el eje de su prosperidad.
El bienestar no puede alcanzarse a costa del otro. Trabajo desde la premisa de que ese otro es un Yo, y lo que es bueno para mí es bueno para él, y lo que no es bueno para mí no lo dejo pasar. Se trata de algo tan simple y tan complejo como ponerse en “su” lugar, el lugar del otro –yo/tu. La falta de registro de este estado o enfoque, nos aleja y nos deja muy desprovistos de herramientas para pensar sin enojo la violenta realidad del hoy. Este es el disparador de mi búsqueda. Una vez más, todo el esfuerzo colocado en plasmar lo recogido desde la experiencia de trabajo en comunidad, en un programa que sea lícito aunque no este en la actualidad contemplado por la ley todavía. A tales efectos, me reuní con abogados y comenzamos a hilar los argumentos y fundamentos para una legislación que apruebe y habilite casos como el que compartiré a continuación. En el ejercicio de mi profesión nunca antes me vi tan apremiada como en este presente de regirme con la mayor sensatez dado que el bienestar de un grupo de personas, incluyendo niños, depende de este Programa: La Familia Articulada.
Asesorada y acompañada por la Doctora Ximena Araujo, se redacto un Acuerdo entre partes donde dos menores hijos de padres con capacidad intelectual disminuida, pasan a ser compartidos en su educación y crianza, con una pareja de personas competentes y que calificaron para tal articulación.
A partir de la firma de este Acuerdo, los dos menores recuperan su calidad de niños al estar al amparo de adultos cuya presencia les da seguridad. Es propósito del Programa, reforzar tres aspectos fundamentales para afianzarse como sujetos: amparo, cuidado, atención. Los padres biológicos que viven en un Hogar Comunitario Asistido, si bien se han hecho cargo de los pequeños, les han trasladado también una serie de temores y hábitos poco saludables sobre todo en lo referido a convivencia alimentación y actividades. Al instrumentar la articulación vimos prontamente como, los “efectos perniciosos de las fantasías temidas o la abulia de los padres-niños” comienzan a desdibujarse frente a la presencia firme y serena de estos nuevos “padres adultos articulados”. Esta presencia marca además algo invisible muchas veces hasta que hace síntoma: la diferencia fundamental de LO REAL versus LO IMAGINARIO –universo de la fantasía y el deseo-. Lo que realmente sucede y lo que está sucediendo solo en la mente, lo que tiene que ver con la realidad compartida y lo que es una invención. Recibieron también sus primeros “no”, algunos deseos o peticiones fueron negadas. Esos “NO- cuidados” fueron impartidos con conciencia, no por cansancio o pereza, no por hastío, fueron “no, con sentido”. Sabemos que parte de la génesis del adicto, gran problema social, es la incapacidad de manejar las frustraciones y los límites impuestos. Un niño que crece sin “noes” es un ser perturbado en potencia y si les parece exagerado mi planteo, prueben de decir que no a un niño mimado de 4 años que solo lo han estado complaciendo o a un niño que directamente no lo han estado atendiendo y hace lo que le viene en gana.
Adultos presentes conscientes de la importancia de la educación en la primera infancia, adultos amorosos y contenedores justifican la articulación. Adultos capaces de dar buen trato y estimular a los niños enseñándoles el ejercicio de la voluntad. Voluntad que será luego el motor del “poder” como poder hacer en definitiva, su habilitación social. Poder que augura que el origen que no capacita o no califica, no tiene porque ser su destino.
La articulación se realiza cuando la presencia amorosa per se no es suficiente y hace falta algo más. También cuando esta no existe o se comprueban situaciones de abandono afectivo o maltrato. En el caso de padres con capacidades disminuidas o patologías psiquiátricas que, viviendo en el Programa de Hogar Comunitario Asistido pueden permanecer juntos a sus hijos el tiempo necesario para construir un vinculo y no reproducir sus historias de carencia y abandono. La articulación se realiza, cuando a todos les hace bien. Cuando suma a los proyectos de vida de todos los involucrados. Cuando nos da esperanzas de estar construyendo una sociedad más saludable. Empezando por Las Familias que se articulan. En este programa no hay restas, conscientemente sumamos, vamos a mas.
La mayor tensión surge al momento de instrumentar el Programa. Si bien se trabaja arduamente y dedicadamente todo un año para llegar al punto de su implementación, equilibrar los intereses de las personas en momentos tan trascendentes no es tarea para nada sencilla. Adherir al camino del bienestar y sobresaltar que el deber como padres es dar junto al amor las mayores herramientas a los hijos y brindarles todas las posibilidades para su mejor desarrollo como personas, hizo comprender a las parejas de padres que el COMPLEMENTO es la riqueza del programa. La presencia de los padres biológicos hace a la aceptación primordial, hace a la continuidad en la historia de vida. Que éstos acepten y acuerden con los padres Articulados hace a la generosidad y a la comprensión y aceptación de una falta que no tiene porque condenarlos a ceder o abandonar a sus hijos. Articular propone compartir la tarea de paternaje y maternaje, busca no moldear o condenar con sus orígenes y limitaciones el porvenir de los nuevos niños. Con este programa, los padres biológicos siguen siendo cuidados en y por el Hogar Comunitario Asistido como también disfrutando a sus pequeños mientras ellos continúan su crecimiento saludablemente bajo el amparo de los padres articulados. Articular queda claro, no es dar en adopción. Es permanecer desde otro lugar. Es un mensaje de vida a los pequeños que registra un te elegí y te sigo eligiendo, y mi manera amorosa de ayudarte a crecer como persona, es articularte con otra pareja, con las mismas intenciones de amor y con más recursos psíquicos para que “mi techo no sea el tuyo”.
El equilibrio que brinda la supervisión de los profesionales involucrados, garantizan a largo plazo el éxito del Programa. Esto es la palabra puesta en obras moviendo la acción.
ANTECEDENTES
LA GESTACION DEL PROGRAMA
La clave radica en la conceptualización de una nueva modalidad familiar, una emergencia, nombrada así desde el lugar de“ aparición” no desde la urgencia, aunque requería de cierta celeridad. Cuando se visualiza una situación a atender, surgen en la interna del “Yo” series de conversaciones privadas donde comparto una afirmación que me impulso. Las sociedades y la ciencia avanzan atravesando la incertidumbre y arriesgándose. Hay terrenos sin recorrer delineados por cientos de posibilidades. Las fuerzas evolutivas respaldan algunos movimientos como aceptar ser punta de lanza, hacerse cargo de ir al frente y tener muchas veces que romper el hielo que no deja transitar mas allá. De la contemplación de mi trabajo en la Comunidad en estos últimos 20 años, se hicieron figura subproductos del acontecer socio familiar muy vinculado a una realidad económico política. Me refiero a situaciones de lo cotidiano que se hacen costumbre y que fueron dibujándose de tanto andar sin que hubiese habido una verdadera intención o propósito en que aconteciera. De esta manera que describo, se disparaban ante mi contemplación inquieta, las conversaciones íntimas, privadas “de mi conmigo” a las que referí al comienzo. Discusiones con ida y vuelta, alegatos, doctrinas, juicios y prejuicios todos con relación a la idea o concepto de esta nueva modalidad familiar, que estaba siendo en la Comunidad del Hogar Asistido SEAMOS en el cual me desempeño como directora desde el año 2003. Hay una instancia de “saber esencial” al decir de Heidegger donde no se necesita mas. En el Hogar Comunitario, jóvenes que rondan los 17 años y que no han podido ingresar a estudios básico hasta superiores, por no acceder a los niveles exigidos, nuestros llamados “discapacitados”, van llegando a instalarse y experimentar un nuevo estilo de vida: La vida en Comunidad. El Hogar de Seamos, brinda además de alojamiento, talleres de capacitación para el trabajo, lo original de la propuesta que comenzó en el año 1997 – en ese entonces aun no tenía la posibilidad de dar alojamiento pero si la capacitación- La capacitación para el trabajo a grandes rasgos pone en énfasis en la actitud, la presencia y el respeto por el tiempo del otro. Todo un nuevo universo que se despliega frente a estos jóvenes, donde aprendizajes accesibles hacen pequeños logros que son vividos para ellos con grandiosidad. Digo pequeños logros a sabiendas que son fundamentales para todo movimiento posterior de inclusión, pero que tratándose de hábitos y modales no parece costarles tanto aunque se resistan mucho al comienzo. Tal esplendor –lograr los objetivos propuestos- los reafirma y crea una actitud mucho más favorable para otro tipo de aprendizaje. En la experiencia Comunitaria, el potencial de estos jóvenes esta muy ligado a la energía que pongan en ellos el equipo técnico. Son jóvenes sedientos de reconocimiento, muy apaleados, con baja autoestima, con conductas antisociales como el robo, porque entre otras cosas, concebir la posibilidad de acceder a algo deseado por sus propios medios les resulta irrealizable. Sin excepción estos son rasgos del carácter de los participantes de la vida comunitaria, luego la presentación de cada uno, o su “diagnostico” varía. En la Comunidad nos servimos del diagnóstico como pronóstico -relativo- y medida de nuestra acción, nada más. Hemos presenciado en estos 15 años de Institución transformaciones que dan lugar a otras publicaciones. El hecho es que una vez conociendo la limitación, trabajamos sobre y con “la capacidad”, lo que haya, poco o mucho y buscamos estimularla y desarrollarla. Un alto porcentaje de jóvenes que se beneficiaron con el Programa Hogar Comunitario Asistido, se insertaron en el mercado laboral como cualquier otro trabajador, quiero decir, sin beneficios extra ni contemplaciones. Encontramos una capacidad y el hecho de consolidar ese perfil les ha ido permitiendo cumplir con sus tareas. No estoy diciendo que todos los llamados discapacitados puedan insertarse de esta forma beneficiados con un Programa como el que nombro. Si comparto, que ingresados adecuadamente, muchos jóvenes desertores o que no aplican para la educación formal pueden tener estas posibilidades. El Hogar Comunitario Asistido, busca y promueve la “autogestión”. Los talleres en los cuales participan para lograr los objetivos planteados son de lunes a viernes en las tardes, por lo que, las mañanas y los fines de semana viven sin supervisión técnica ni mayores, ni enfermeros . De aquí se desprende la importancia del fortalecimiento grupal porque son ellos en definitiva los que aprenden a sostenerse. Aprenden a vivir como adultos que son en la cronología estimulados por el dispositivo para que la maduración psico afectiva se acerque a la edad real. Es su responsabilidad cocinarse, asear el hogar, lavar sus ropas, aprender a entretenerse y compartir ratos que no están agendados como los turnos en las otras actividades del hogar. ¿Cual es el fundamento de este tipo de Hogar? Si no existiéramos, muchos de estos jóvenes terminarían en situación de calle, y el Hogar Comunitario Asistido esta en el medio del Hogar Psiquiátrico, el Hospital Público los Refugios y la calle. Brinda herramientas sin caer en paternalismos o institucionalizar a los que participan. Todos los jóvenes del Hogar saben que están de paso para aprender a vivir mejor y se lo dicen unos a otros. Tienen que aprovechar ese “hoy” porque hay un tiempo de fin, que es deseo de la Institución que el fin sea bajo la acepción de finalidad. Allí tienen capacitación para consolidarse mejor y cambiar su historia. Muchos egresan del Hogar pasados entre tres y cinco años y viven en forma autónoma. Lo que muchas veces no cambia o es difícil de que modifiquen es la forma de ver el mundo y la percepción de cómo el mundo los ve a ellos, la disposición en tiempos de ocio, el poder cuidar mucho tiempo a otros mas allá de lo que esa actividad les divierta o contente. Cuando llega un compañero nuevo mas necesitado, aun confundido, todos los “viejos integrantes” ponen lo mejor de sí y eso les reditúa un reconocimiento de “las autoridades”. En la interna empiezan los roces y conflictos como en un kindergarden. La estructura se impone a las conductas bien aprendidas. Y aquí viene la situación novedosa que movió a la acción, una urgencia, el cuidado, el miramiento de una situación vital que asiste al vínculo: estos jóvenes convertidos en padres de familia, la relación de padres e hijos, el amor, los derechos y deberes. ¿Qué sucede cuando estos jóvenes se convierten en padres? No lo habíamos pensado cuando recibimos la noticia de una pareja del Hogar.
Ese es el punto de partida para comenzar el trabajo que llevó a la materialización de este Proyecto: La Familia Articulada. La argumentación más fuerte resonaba así: un pequeño maltrato puede ser más que suficiente. Mal trato pensado desde la omisión no necesariamente desde la palmada, la mano arrimada al cuerpo o la palabra dañando el alma. Mal trato como trato o ligereza en la atención al hijo, algo hecho en forma inconveniente. Al decir de Fernando Ulloa, esto fue un descubrimiento -y el cuestionamiento - con valor de meta. ¿Cuánto pueden reproducir de sus historias? ¿Cuánto puede reproducir lo Institucional si los separa a priori? ¿Cuánto limitan sus limitaciones el amor, cuando vemos la ilusión que en muchos casos está ahí en ese hijo? ¿Cuánto tiempo puede el dispositivo del Hogar Comunitario complementar o adoctrinar en el rol de padres? Sabemos acerca e la importancia del apego, del amamantamiento, tenemos tiempo de responder a estas y tantas otras interrogantes de modo que nos dimos todos ese tiempo y comenzamos a registrar, pensar sobre la marcha de los acontecimientos.
Advertí la dificultad que acarrearía la conceptualización de lo que se manifestaba frente a mí. Postular en otro sentido “identidades” muy ligadas a “roles” en el entendido del gran impacto que tienen las mismas sobre las relaciones. Lo que venía sucediendo y en lo que devenía el Programa “Hogar Asistido” instalado por mí y mi equipo en el año 2003 dentro de SEAMOS (Asociación Uruguaya de Rehabilitación y Recursos Laborales fundada en 1997) de la cual era Presidenta en ese período. El Hogar pretendía ser –y lo ha sido- un lugar para vivir en buenas condiciones, socializar, favorecer los vínculos entre los participantes desde la solidaridad. Trabajar la individualidad y sus fortalezas, desconsiderando el rol de víctimas con el que arribaban al Hogar, en el entendido que esa aceptación les hace más daño que el daño mismo de la discriminación. Para liberarlos de esa “fuerza debilitadora” trabajamos en pos de una desidentificación con la etiqueta social que no necesitaba ingerir más. Construir redes fue nuestro propósito; partes de partes que suman conformando una nueva realidad con valor de novedad. Liberarlos de las amputaciones arrastradas de los sistemas de los cuales provenían, fue el eje que encauzó a los jóvenes participantes del Proyecto. La recuperación de los vínculos que se deshacían por falta del apego primordial, por falta de confianza, se logro a partir de fuertes sostenes institucionales.
La razón por la cual se llegó a instrumentar este otro brazo dentro del Proyecto de Vida Comunitaria, las familias articuladas, tiene mucho que ver con la piedra que cae cuando uno la tira hacia arriba. Entendimos que tiene que ver con una ley la de la naturaleza que clama. Tiene que ver con lo que se torna visible e innegable el deseo de esos otros. De nuestras indagaciones creemos que no hubo por parte de la pareja del Hogar Comunitario un pienso en el sentido de intención, plan o propósito, sino más bien un dar rienda suelta a un deseo. El peligro que percibimos se relacionaba con la certeza de estos nuevos padres de quedar contenidos, “a salvo” dentro de un espacio dentro del cual había una plena “adaptación”. La naturalización del dispositivo como ellos lo percibían, en el sentido de aceptación de un destino que para el equipo podía ser otro. Hablo de un espacio donde ya no pasa nada peligroso, pero no pasa nada. La inquietud que acompaña este tipo de situaciones cuando se perciben, fue el motor hacia la acción, proceso de promover algo que no se encuentra como nombrarlo al principio. Cuando queremos pensar acerca de algo que está sucediendo y ese algo es novedoso, exige la construcción de un marco referencial, un marco que sentía debía abracar lo sanitario y lo legal. El proceso de maduración natural de lo que hoy quiero argumentar se fue dando con los mismos vaivenes que el vinculo mismo. Obstáculos, temores ¿estaría siendo indulgente ante una situación peligrosa? Y entonces tomo conciencia que mi acción va a ser muy cuestionada, tanto como ni no acción. Saber lo que tenía que hacer desde la intuición y el conocimiento, no siempre me habilitaba o conducía rápidamente a la postulación clara del para que y como presentarlo a debate.
Mi posición dentro de SEAMOS es el de directora del Proyecto Rehabilitación y Capacitación Laboral a lo que se sumó la Coordinación del Hogar Asistido en el año 2003. Había permanecido entusiasmada en esta labor desde su fundación en 1997. Complacida con un equipo fuerte y comprometido viendo crecer a los jóvenes que llegaban al Programa. Jóvenes vulnerables a nivel social. Jóvenes que no habían accedido a la educación secundaria, muchos sin completar la primaria. En los talleres que instrumento la Institución aprendían oficios y a leer y escribir. A realizar operaciones matemáticas básicas para poder manejarse en lo cotidiano. Todos los talleres apuntan a la autogestión a lograr el nivel más alto de independencia posible. Transitar la vida con y entre ellos, ha venido siendo una experiencia muy especial, tan especial como ellos mismos y entiendo que esta experiencia no todos pueden tenerla y eso me exige mucho más a la hora de ser clara y hacer justicia en lo que quiero transmitir. Me refiero a maltrato, descalificación, abandono, historias de abuso, conmovedoras de esas que marcan el por venir y la forma de mirar y estar. No soy la misma desde ese entonces y mi compromiso con el bienestar de estos jóvenes me atraviesa. Estos jóvenes de los que hablo, tienen existencias intactas en puntos que un adulto seria visto ignorante, pero al estar dentro de cuerpos de adultos, estos seres se presentan inadecuados en lo que hace a las expectativas sociales. Son altamente manipulables por lo cual, dependiendo del contexto el resultado de sus conductas. Esto constituye un riesgo para ellos para el grupo social, esto hace que intervengamos. Vivimos en América, en occidente, en una ciudad, he pensado que sería de estos jóvenes inmersos en culturas como la rural, o la hindú donde la esencia y el potencial humano se mira también desde otros enfoques. Introduje dentro de la terapéutica prácticas como el yoga para trabajar las emociones más primitivas y que pudieran tomar recorridos más complejos a los que no llegan con la palabra, porque no hay palabras la mayoría de las veces para nosotros educados, imaginen para aquellos cuyo diccionario es muy limitado y las emociones desbordan. La mayoría nos cuenta que se despertaban con ansiedad, temiendo el día, llenos de incertidumbre, que iba a ser de ellos cuando el refugio o el hogar transitorio donde estaban o sus propios padres les advertían que “ya tenían que tomar su camino o iban a trasladarlos”. Recuerdo mucho una imagen con la cual se que voy a convivir, de una joven que a la semana del ingreso permanecía junto a su cama, no quería bañarse, no quería salir de su habitación comía allí y frente a mi insistencia, aferrada a su cucheta como para no ser arrancada de ese lugar grito –porque no podría decir de otra manera mas clara- ¿¡ a donde más me van a llevar?! ¡No quiero vivir mas así! Ella como los demás participantes del Programa fueron consiguiendo equilibrio a través de la meditación, del trabajo grupal, adquiriendo confianza en los nuevos adultos que los rodeamos. Comenzaron a poder hacerse cargo de algunas obligaciones que el ser adulto trae aparejadas.
Adultos con pensar-sentir de niños, aprendiendo a comportarse como adultos. Lo están haciendo pero no es su naturaleza. Nosotros lo volvemos natural, porque es lo esperado, es necesario, pero están moldeados, el ser que recibimos se sirve del molde que contiene, que sostiene la forma, eso es la Intuición y hasta que no lo internalicen allí permanecen incorporando asimilando, hasta transformar lo indispensable para salir al “afuera”. Aquí viene el motor que mueve a la acción cuando estos “niños grandes” se vuelven padres y más aun, cuando sus críos crecen.
En este momento de escribir, siento que yo misma, ayudándolos o intentando colaborar en la tarea instalar e instituir un derredor más sano de vida y educación para la misma, ayudándolos en el crecimiento de sus hijos puedo infligirles cierto nivel de dolor. A estos mismos jóvenes que son como cuerpos sin edad, adultos en la cronología y niños en el estar y sentir, a estas personas llamadas diferentes, en el malentendido colectivo de una pseudo igualdad, a los que he acompañado en estos tantos años, a los que siento profundamente, a ellos, tenemos que proponerles algo que jamás consideraron. Espero que lo que antecedió a este planteamiento ayude a comprender que estos jóvenes no proyectan a futuro sus acciones y menos se sientan a pensar en las consecuencias inmediatas y a corto plazo. Nos escuchan, hablan muy poco y amorosamente aceptan. Consideramos que construimos un espacio de confianza que nos das posibilidades infinitas para juntos ir abordando, comprendiendo de que se trata esto de amar y desprenderse un poco, cuando el significante que tienen para este movimiento es el abandono. Eso les duele aunque no lo dicen. Logran finalmente ponen la cuestión de articularse en el bien de sus pequeños hijos con los que jugaban hasta “ayer”. Lo dicen y repiten como forma de convencerse eso creo y respetamos sus mecanismos. Lo comentan en sus trabajos y nos traen las devoluciones que muchas veces son de sorpresa y eso nos ayuda a encarar otra vez el tema, la situación y dar una paso más en la comprensión de la misma. Las explicaciones del equipo para con ellos se ponen en cuestiones prácticas tales como la educación y la necesidad de que concurran al centro educativo –cosa que no han podido sostener- o el aseo, los horarios en la alimentación y la variedad de la misma, la necesidad de esparcimiento. A modo de ejemplo, rasgos predominantes de sus estructuras, por ejemplo la perseverancia en el retardo, muy buena a la hora de amamantar, dos años de pecho, una maravilla para las parteras de la maternidad y la pediatra a cargo, pero el no querer quitarle los pañales, aun cuando el chiquito lograba decir “ya no uso pañales mama” es poco alentador. Estos padres con capacidades disminuidas en lo que nos convoca. manifiestan entender, estar de acuerdo con la articulación y se muestran hasta complacidos –porque también lo están al obtener esa libertad que tenían antes de ser padres, libertad para su propio disfrute-.
Vuelvo a citar a Fernando Ulloa, “no voy a negar sabiendo”, eso me convertiría en alguien cruel. Y de la crueldad aprendí mucho. Me declaro responsable y a pesar de lo que describo acerca del dolor del desprendimiento, creo firmemente que Las familias articuladas serán el pasaje más suave para los niños provenientes de parejas carenciadas (psicológicamente) evitando tengan que pasar por el abandono de sus progenitores, participando de una experiencia que suma en vez de cortar fraccionar o restar a sus historias. Andando espero que podamos hacerlo oficial para el bien de muchas familias.
Pienso que en la superficie o tratado a la ligera, se puede pretender que en definitiva y dicho de otra manera, todo se repite, las historias de abandono, la omisión y me esfuerzo en que no sea así. Que no sea ni parezca. Me interrumpe la desventura, algo hacía ruido en el acontecer cotidiano del Hogar Asistido. Sigo haciendo historia para sumergirlos un poco mas en los antecedentes. Toda idea fuertemente alimentada tiende a hacerse realidad en un universo de posibilidades, mas cuando la sugestión del grupo hace fuerza. Cada ingreso nuevo al Hogar Comunitario generaba un conflicto motivado más por la imaginación, por la anticipación de algo temido, que por el ingreso de otro miembro en sí. ¿Podría ser la manifestación de un conflicto de supervivencia? Atacar o rechazar como respuesta automática que busca resolver. Recordé de las doctrinas ayurvedicas posiciones tales como que el cerebro es una especie de almacenador y ejecutor de programas biológicos, reconociendo la situación de estrés/amenaza sin hacer diferencia entre el estrés físico o psíquico. Por tanto una nueva persona, una nueva situación, basta para que el recuerdo de situaciones anteriores de inestabilidad inquiete a los integrantes del grupo. La vivencia que experimentaron en aislamiento, se podía constatar generalizada en el grupo que recibía a alguien nuevo a través de múltiples y diversos escenarios que podían pasar desde historias fabuladas hasta acciones tomadas con relación a la persona que ingresaba. Al no poder acceder a la palabra, la emoción se expresaba a través del “ act in out” .
Un aporte fundamental a la comprensión de la situación que se torno límite en determinado momento, es el nacimiento en el año 2008 de dos bebés hijos de jóvenes del hogar. Ellos ingresaron al Hogar Comunitario y se instalaron allí junto a otros compañeros en el transcurso de los años 2003, 2004 y 2005. Una pareja claramente se hizo muy compinche –camarada- y eso termino luego en novios. Un día se presentaron ante el equipo que estaba trabajando y expresaron que querían ser padres. Lo que no dijeron es que eso ya estaba sucediendo. La mama cursaba su tercer mes de embarazo cuando recibimos la noticia y María Sol nació en el año 2008, Felipe hijo de una mama soltera nació el mismo año unos meses después. Hubo un esmerado trabajo por parte del equipo de la Institución Seamos para evitar que se repitieran las historias de abuso, abandono y mal trato. En el año 2008 se debió recurrir fuertemente al aval institucional para que no fuera así. Necesitamos de mucha valentía para sobrellevar los limites castratorios de lo instituido. El equipo se afianzó más que nunca. Queríamos creer que estos jóvenes, podrían estar a la altura del cuidado que sus pequeños necesitaban en los comienzos de la vida. Sabiendo de nuestra presencia y de lo sostenedor de la misma, nos esgrimimos en ese saber que nos daba la experiencia. Comunicamos una y otra vez a quienes disentían con nosotros en cuanto a sostener el vínculo entre estos papás y sus recién nacidos: No sabemos lo que no sabemos; hay una metapsicología que se hace andando y debe tener un espacio de comprobación. Desde el equipo de Seamos instrumentamos técnicas de intervención ampliando las posibilidades terapéuticas y los métodos de acompañamientos. Hicimos un seguimiento y documentamos esta experiencia. Nos mantuvimos muy de cerca en las etapas que transitaron estas nuevas familias dentro del Hogar, donde se movían cosas muy intensas y vitales. Nos centramos en estas nuevas familias –una mono parental- y sus necesidades psicológicas. El temor era que la nueva situación suscitara una regresión y la posible repetición. ¿Que podía repetirse y cómo? Pensamos a este grupo de humanos y como tal diverso, desde las fortalezas que el tránsito por el Hogar Comunitario Asistido podía haber promovido. Apostamos al “cambio del cambio”. Si hubo una intervención eficaz puede haber un “despertar” en sus posibilidades y sus necesidades también. Un hijo, un deseo y un sentido.
Muchos comenzaron a preguntarse acerca de la realidad sustancial de nuestro acompañamiento, hubieron fuertes cuestionamientos mientras estos jóvenes se comprometían seria y esforzadamente en su nuevo rol. El maltrato puesto a la luz de la reflexión. El riesgo de que los “valores” se conviertan en “antivalores”. Me explico, tomando este acontecimiento que como tal conmovió al Hogar, se ponen en juego los valores, la misión y el objetivo de nuestro proyecto. Nos cuestionamos en la interna y fuimos preguntados. Cuestionados por un afuera muy externo en tanto, ese afuera era transparente y se hizo visible solo cuando sucede esto novedoso. No había hasta el momento un afuera que se acercara y preguntara ¿hace falta algo? Este es un dato para nosotros no menor a la hora de pensar en valores. Contextúo valores: coraje –de tener valor-, valer –de ser considerado o valioso-. ¿Qué movía tanto? La competencia. Competencia como capacidad para. Reestructurar, codificar nuevamente la percepción que se tiene sobre este grupo o personas y sus posibilidades reales en determinadas circunstancias y contexto ha venido siendo nuestro desafío.
Competencia, en este significante nos focalizamos. Y reitero, competencia puesta en el hacer, no en la mirada de costado que husmea el hacer del otro y si es diferente lo aplasta para no evidenciar su no hacer. Si pretendemos seriamente erradicar la violencia en la sociedad, empecemos por nosotros ciudadanos con posibilidades de pensarnos. Hagamos equipos, practiquemos el nosotros, seamos una sociedad vanguardista y armoniosa. SEAMOS es el nombre que con toda esta fuerza en la intención tomo La Asociación Civil que impulso el Programa de Capacitación y Rehabilitación en el año 1997.
Este es el puntapié ” el descubrimiento con valor de meta” .
DESARROLLO DEL PROGRAMA
FAMILIA ARTICULADA
Las familias articuladas tienen relación directa con la competencia. Todo el tiempo que transcurrió desde el nacimiento de los pequeños y el afianzamiento del vínculo con sus padres, el cuidado amoroso y el intercambio afectivo, se relacionan directamente con la competencia.
“Hay momentos extraños y desesperados en los que el destino del hombre se consuma a toda velocidad, entre el silencio y la indiferencia de quienes los rodean y así va al encuentro de la enfermedad sobre un plano inclinado que corre bajo la superficie de la existencia” (Fausta Leoni)
Nuestra misión es que esto no suceda. Epicuro manifestó, propuso, que los humanos buscamos el placer. Los recién nacidos buscan natural y espontáneamente el placer y rechazan el dolor. Esto no es algo “enseñado”. Cuidar a la descendencia no solo se relaciona con la supervivencia sino que también es una acción que claramente, a estos padres, les da mucho placer. Pudimos observar y constatar como cuidando se cuidan, amando se aman. Pero ¿conocen la diferencia entre ilusión y realidad? Al haber sido “expulsados” de sus familias de origen ¿no reproducirían su drama?
Siempre hay algo que podemos hacer y el equipo apuntaló este deseo de los padres de conservar a sus crías. Sabíamos que solo una pequeña chispa podría encender todo el bosque. Estábamos bajo la mira de lo psico social, así funcionan a veces las cosas. Pero pasaba el tiempo y la “enfermedad” o “discapacidad mirada desde lo social” se desdibujaba. Las diferencias entre estos y otros padres eran simples líneas en la superficie. Eran amorosos y competentes. Muchas veces se discurrió acerca del bajo nivel de estrés de estos padres, en cuanto a no tener preocupaciones que otros adultos sostienen por sus actividades laborales, por el cambio en la relación de pareja y como ese estado de bienestar favorece plenamente a estos bebes que se ven serenos, que duermen bien y ríen mucho. También el factor tiempo, estos papas tienen mucho tiempo para sus pequeños, no tienen compromisos personales y actividades mas allá del Hogar Comunitario y los bebes son una novedad, un “juego” algo que los entretiene y los gratifica y por tanto muy valiosos a los que cuidan mucho. El equipo los felicita por la atención que les brindan, receptuando estos papas que desde lo social, está siendo visto con interés. De este modo se sienten importantes y reconocidos y eso los estimula más aun. El equipo de Seamos, apuntalo mucho este proceso. La común unión –Comunión Comunitaria- se evidenciaba en la felicidad de Hogar. Los intentos por separar a estos padres de sus hijos –que los hubieron- no prosperaron. En los momentos de más tensión los jóvenes padres sintieron temor, temor que se convirtió en ansiedad existencial y se pusieron en marcha toda serie de mecanismos, hasta “la fuga psicológica”. Trabajamos fuertemente en la responsabilidad, “no esperes que lo hagamos por ti”. Trabajamos sobre el cuerpo que tiembla de miedo y el cuerpo que tiene la fuerza de dar vida. Buscamos que conectaran con lo “mejor que hacen” y se logro que la agresividad fuera fuerza por sobre vivir y sostener. Logramos un nuevo y mejor contacto con la naturaleza que habita en ellos mismos. No se repitió la situación de desprendimiento y/o abandono. Se logro el objetivo y se constato el crecimiento de los padres y los hijos. A la vista de los profesionales que participaron en una especie de auditoría de la gestión, el trabajo fue altamente ventajoso, saludable.
Para compartir esta experiencia de un modo masivo, se realizo un trabajo documental. El corto se llamó “María que Vienes del Sol” y se declaro de Interés Nacional por Presidencia de la República, auspiciado por el Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Desarrollo Social. Obtuvo un premio del Instituto del Cine y Audiovisual del Uruguay (ICAU). Fue presentado en la facultad de Psicología de la Universidad de la República. Este trabajo documental puede verse en youtube.
Año 2012 los bebes se convirtieron en niños, despiertos, inteligentes, exploradores; necesitan limites y educación. Necesitan para desarrollarse y crecer, un contexto facilitador. Pese a estar muy contenidos y estimulados con el equipo técnico que acompaña e instruye a estos papas niños, se comienzan a evidenciar las fallas, la falta de capacitación para ese rol de “dirigir”, de señalar el camino. Falta de iniciativa para proponer juegos, salir de paseo, estimular lo social con amiguitos. Falta de adultos- adultos. Falta que no se hacía sentir hasta el momento. Estructura que conocíamos, de la cual ya hablamos pero que los deja insuficientes frente a este “aquí ahora” de la vida de los niños.
Recuerdo el día que me gano el insomnio, despertó la incomodidad. Por días tuve especial cuidado en considerar el torbellino de ideas y cuestionamientos que llegaban a mi conciencia sin tomar acción alguna. No dije, no hice, espere a que tomara forma, cuerpo, ese malestar.
Vuelvo al comienzo. Las conversaciones privadas que dieron forma a lo que instrumentamos: Las familias Articuladas.
Me resulta más sencillo para abordar el tema comenzar por lo que no es.
No es ceder sino dar a compartir
No es abandonar sino ser generosos en el amor a los hijos.
No es inconsciencia, es conciencia de los límites. Aquí yace el dolor. El dolor de querer y saber que el querer no habilita el poder.
Aquí comienza el cuidado, el cuidado a esta familia, los niños y sus papas biológicos; la contemplación de lo inevitable y poder trasmutar este dolor en la satisfacción de lo bien hecho.
Con la familia articulada no hay abandono sino habilitar otras presencias que implican también e inevitablemente tomar distancia, estamos consientes. Sin embargo en la distancia no hay ausencia sino un crear espacio a esas otras presencias, también amorosas y capaces de proseguir esta tarea de ser padres, facilitadores de un camino que habilite un porvenir no signado por el origen. Así la historia no se repite. Así atendemos, invertimos, sembramos en esta primera infancia cuna de un futuro promisorio o por lo menos con posibilidad para elegir como vivir.
El delicado borde comienza a perfilarse. ¿Cómo incluir? ¿para qué incluir? De las interacciones o desde ellas surgen los protagonistas que avisan lo que la familia esta necesitando.
Este es el eje de mi investigación: los derechos de estos niños.
INSTRUMENTACION
Trabajamos el proceso de dejar ir. Dar la libertad de ser. Para ser honestos, impecables, consideramos mucho los sentimientos, nunca desviamos la mirada ni desligamos de los detalles hasta los más mínimos que puedan suscitarse en este proceso. Nada queda a merced del capricho de las circunstancias. No estamos hablando o tratando desde “el ser más inteligentes” sino desde “el ser mas felices”. No abordamos esta situación desde “lo utilitario” no buscamos ser “eficientes” no estamos asistiendo, presentando una situación o población objetivo, sino que miramos esta realidad que se nos impone como la de un conjunto de personas, sujetos de amor.
Consideramos los venenos tan mentados del amor que se dibujan a veces en formas sutiles tales como la posesividad, los celos, la desconfianza. Conversando con colegas, juristas, gente común, pudimos ver que dependiendo como cada persona “cuente su propia novela” luego, desplegará una serie de supuestos y considerará interacciones futuras. Nos nutrimos de la mirada de estos otros también, para poder considerar todos los escenarios posibles.
Hay que dar un contexto a las familias articuladas. Trabajamos en un dispositivo mixto salud y ley. Desde lo saludable psicológico, desde lo que habilita la ley. Somos conscientes que estamos siendo punta de lanza, pioneros en una forma legal que tomamos de lo existe y adecuamos a la situación actual, con los bordes anteriormente referidos. No siempre todo puede incluirse. La voluntad de poder, la impecabilidad en la acción. Desde lo legal todo tiene su reversa, desde la salud, parece que el campo puede aclararse. ¿Cuál es la intención de articular familias? ¿Cuál debe ser la verdadera intención de las familias articuladas?
A simple vista unos dan y otros reciben. Curiosamente, los que “menos tienen” son los que mas dan. ¿Conocen desde la conciencia un desprendimiento mas difícil? ¿El de compartir a su propia prole por el bien de los mismos? Y aparece la primer desconfianza ¿y si se arrepienten?. La vida es incertidumbre y la mente un eterno mendigo que pide y reclama, que teme y no deja de repetir como un disco rayado todo lo que ha venido escuchando en su historia. ¿Cuántos escenarios nos presenta para apuntalar su eterno temor?. Es como el miedo de escena que padecen los actores. Cuando el “Yo” se siente amenazado por algún motivo, real o imaginario aparecen todos los miedos y con ellos las personas se visten de adultos paralizados. Solo olvidándose de sí mismos logran la relajación, solo siendo parte de, entregándose la mente comienza a silenciarse.
Articular una pareja no es un acto de impulsividad, una solución atrevida, este movimiento es un movimiento estudiado, trabajado, sentido. Es un dar sin “perder”, se trata de extender ese lazo invisible que une a los que se quieren bien. Se trata justamente de distancias que habilitan. Distancias facilitadoras que permiten mirarse, verse, individuarse, construirse. Se han cuestionado problematizado las circunstancias que han llevado a estos jóvenes, en este presente, a considerar la necesidad de sumarse a otros, de recibir apoyo. También se ha trabajado las circunstancias desde las cuales devinieron padres y sus fantasías.
Cabe someter a este estudio, los móviles que llevan a una pareja a ser parte de este Proyecto de articular-se. Cabe hacerse otras preguntas relacionadas:
Tanto se trate de un hijo biológico o articulado, nuestra inquietud es: se concibe un hijo ¿para qué? Cuando se nos presenta una pareja por nuestro Programa , se acercan al Proyecto de familia articulada ¿para qué?. Ya sea de naturaleza biológica o articulado, ese hijo ¿Se busca para completar la pareja fundando con él una familia?, ¿se espera compañía?, ¿se relaciona con la pareja más que con el hijo? ¿El hijo es producto o tiene como finalidad una reconciliación, se busca retener o conseguir al otro? En definitiva la respuesta que buscamos es ¿El hijo es sujeto u objeto “para”?
Responder a estos supuestos es impostergable por el bien de los niños.
Conocer bien a las parejas que pretenden calificar para la articulación es una tarea sumamente substancial. No podemos permitirnos caer en la seducción de postulantes que, aprovechando la vulnerabilidad de estos padres busquen beneficiarse a sí mismos ingresando al programa en detrimento del lugar de los padres biológicos. Son fundamentales las reuniones y el seguimiento de las parejas de padres en el proceso, así como el seguimiento de los pequeños.
Consideremos que Amor es dar, es ser generosos. Amar a nuestros hijos nos exige de posponernos, también de renunciar en ocasiones a un tiempo que antes nos pertenecía totalmente y de este modo, otras muchas situaciones. Ser padres, convertirse en padres, un rol que merece todo nuestro miramiento. Nos vuelve, nos mira y cuestiona a nosotros en nuestros propios pensamientos y acciones.
Estos padres del Hogar Comunitario han aprendido de sus posibilidades y los límites de las mismas, aceptan y hasta disfrutan de la opción de dar, compartir, lo más valioso que poseen. Aceptan lo que van entendiendo en el proceso y disfrutan de su tiempo para jugar, porque como dijimos, son también en gran parte niños y recuperar ese tiempo para el goce los reconforta tremendamente. Lo hacen a sabiendas, con total conocimiento de que la familia articulada puede continuar el trabajo de habilitación de esos hijos y que los mismos están bien.
Nos preguntamos ¿Pueden las familias articuladas educar amorosamente, y convivir con la existencia de estos papas singulares, que saben lo que no saben pero no pueden a veces dejar de interferir desde ese lugar? ¿Cómo comparten a los menores? Porque es condición del Acuerdo de Articulación el compartir, es el puntapié de lo novedoso de nuestro Proyecto. No hay renuncia de los padres biológicos sobre sus hijos, no dan en adopción, no renuncian a su condición, entendiendo sus limitaciones ceden el cuidado y la educación de sus hijos así como renuncian a su diaria compañía. Encontramos en las parejas que se articulan esa fortaleza yoica que les permite confiar en los efectos de su buen trato y el vínculo que van construyendo con los niños, sus niños también.
Los jóvenes padres han vivido los encuentros con el no saber. Se les impuso desde lo institucional al comenzar sus hijos el proceso formativo. Lo saben porque lo viven, porque les llaman desde el Jardín de Infantes donde concurren sus pequeños, les informan, nos informan. Comienzan a evidenciarse diferencias de estos pequeños y sus pares de aula. La falta de estímulo en el Hogar Comunitario los fines de semana, sin nada para compartir en el grupo de compañeritos el lunes siguiente, la comida que muchas veces no llega en forma , el cuidado de sus ropas, su aseo. El conocimiento de estas condiciones, la comprensión de esta realidad, cobra especial importancia al momento de ejecutar el programa. No hacer al respecto implica ser parte de ella.
Es importante considerar que desde el nacimiento de estos niños, la Comunidad del Hogar funciono como su nombre lo designa, comunitariamente, habilitando a otras mujeres en el rol de mamás, a participar de la crianza de los nuevos integrantes. Siendo las mamás biológicas las encargadas del amamantamiento, las otras mujeres asistían y tomaban el rol de madres cuando era necesario y lo mismo con la función paterna. Por tanto, la inclusión de estas Familias Articuladas resulta menos traumática tanto para los padres como para los niños. En el Hogar están acostumbrados a recibir el apuntalamiento de otros externos, que suman al bienestar de todos, al crecimiento al progreso.
El dolor al cual he referido en varias ocasiones y que delimito a los padres del hogar comunitario, se vincula con la distancia en cuanto a la cotidianidad y la locación, el hábitat. Del mismo modo, a la vivencia de fragmentación, por concebir a los pequeños como parte de ellos mismos, no como una “otreidad” lo que a su vez, se puede tornar peligroso para los niños. Son dos tipos diferentes de desequilibrio por exceso del “si” de la “proximidad”. En el programa de familia articulada, los niños se trasladan a otra casa, viven por tanto otro día a día que consideramos más saludable: concurren sistemáticamente a sus centros educativos, reciben los cuidados cotidianos que no tenían -baño tibio, alimentación organizada, variada y conveniente, horarios -entre otros. Este traslado resulta muy gratificante y beneficioso para los pequeños, quienes finalmente, pueden experimentar la niñez teniendo un apoyo, un respaldo con referentes amorosos, deseosos de dar y cuidar.
Estamos trabajando en esto, poniendo empeño, creando modos y dando forma. Tenemos que crear un “saber” y no apartarnos de la intención: el bien de estos niños, la continuidad en su existencia, este dulce traslado que suma presencias y no resta. Sostenemos que la continuidad en la historia de vida, lo diáfano del proceso es lo que proporcionará paz y salud. Apostamos a esto.
Mientras trabajo con este tema, un colega me acerca el siguiente material. Las ideas no surgen de la nada. Jung habla de sin cronicidad cuando en el espacio tiempo se producen movimientos, tendencias, ocasionadas por un mismo espíritu o concernientes, referentes, a una misma intención. El material decía así:
“SOY PORQUE NOSOTROS SOMOS” Filosofía Ubuntu.
Esta filosofía hace a las personas abiertas hacia los demás, sin miedos saben que pertenecen a una gran humanidad con la cual colaboran y no compiten en términos de exclusión. En esta filosofía no se descalifica porque al hacerlo se lo estaría haciendo a sí mismo.
Desde estos lugares creemos que podremos establecer un Acuerdo que contemple todo lo antedicho
Prohibir compartir entre seres humanos va en contra del sentido de comunidad.
Ubuntu es el concepto filosófico fundamental que le dio base a la Comisión para la verdad y la reconciliación Sudafricana.
Fernando Ulloa sugiere que la inacción frente a situaciones sociales que exhortan a promover cambios, se relaciona con “una disposición universal a la crueldad”.
Hay que atreverse a intervenir nos dice sin vueltas. La eficacia de las acciones se relaciona con una aptitud. La observación de una práctica sostenida a través del tiempo, estimula la producción que da cuenta de las acciones y genera un marco referencial de trabajo y conceptualización. Habilitar otros caminos de intervención en el campo de lo social es poder vencer obstáculos creativamente. Trascender los prejuicios a partir de los hechos.
Y sigo con Ulloa “saber cruel activado frente a lo distinto, por ejemplo una pauta cultural….es algo realmente grotesco, de donde se infiere que el saber cruel es nada menos que saber ignorante”.
Bibliografía citada
Martin Heidegger. (2006) Meditación. Buenos Aires Editorial Biblos
Fernando Ulloa. (2012)Salud ele-Mental. Buenos Aires Editorial Libros del Zorzal